"Hay momentos que siento que es la niñita de siempre y otras veces en que todo vuelve a empezar"
Daniela Moris, denunciante de Rodolfo Burgos por abuso sexual infantil contra su hija, revela sus sensaciones y el gran pesar que siente en un día especial. Transcurren horas claves.

Daniela Moris, denunciante de Rodolfo tercero Burgos en la causa por abuso sexual cometido contra su hija menor de edad.
Este sábado no es un día cualquiera para Daniela Moris. Es que este 19 de noviembre se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Abuso Sexual de Niños, Niñas y Adolescentes, una fecha que la atraviesa emocionalmente ante la lucha que viene librando hace más de un año en el Poder Judicial de Tucumán para que su pequeña hija, que hoy cursa 1° grado del Nivel Primario, encuentre la paz o, como ella misma atina a decir, a recobrar la paz.
Moris denunció penalmente a Rodolfo Tercero Burgos, todavía presidente de Canal 10 de Tucumán, el 13 de julio de 2021. Lo acusa de haber abusado sexualmente de su hija y, además, de corromperla sexualmente. La Justicia tucumana demoró casi un año en resolver la imputación al funcionario universitario (es presidente del directorio en representación de la UNT). Hoy la causa se encuentra en instancias decisivas, ya que el Juzgado debe decidir si elevarla o no a juicio oral con todas las pruebas presentadas por las partes. Un delito que para la Fiscalía de Instrucción de Violencia de Género y Delitos contra la Integridad Sexual, a cargo de Fernando Blanno, se encuentra debidamente acreditado. Transcurren horas claves.
Desde eltucumano pudimos hablar telefónicamente con la madre de la pequeña abusada, quien nos relató cómo es su día a día y cómo las encuentra a ella y a su hija esta fecha tan significativa.
“Hoy es un día simbólico, hay un daño que es permanente”, comienza diciendo la también abogada, que por momentos parece no caer en la cuenta de todo lo que tuvo y tuvieron que transitar para pedir Justicia hasta en su forma más abstracta.
“A veces la siento a mi hija como si fuese una montaña rusa. Hay momentos en que siento que es la niñita de siempre, que está estable o que se ha recuperado, como un tiempo que está detenido, como si no estuviéramos donde estamos. Pero hay otras veces en que es como un chasquido de dedos, como un momento en el que nada pasa, pero que todo vuelve a empezar y entra nuevamente en crisis”. Así define Moris lo que vive hoy con su hija de cinco años, a la que mantiene al margen de la cosa judicial. No se habla del tema frente a ella y, sin embargo, hay algo que no deja de estar presente.
“Llora de repente, es un espanto lo que pasa y sigue pasando. Y a veces pienso que ya pasó. Esta sensación mía, además, la siento como mamá y como mamá decirle que desde el Poder Judicial no encuentro respuestas”, se lamenta la denunciante de Burgos.
Daniela Moris vuelve a recordar el drama de pedir Justicia donde considera no la hay. Se basa en una serie de decisiones judiciales cuanto menos polémicas y que en principio –siente la abogada- tendieron a proteger al hoy imputado. Recuerda como la jueza Valeria Brand le rechazó pedidos de restricción de acercamiento o como le fueron negados requerimientos de pericias psicológicas al denunciado. Decisiones que Moris basa en un vínculo existente entre el imputado y varios actores que deben definir sobre la causa.
“Otra persona común, con la dolorosa declaración que hizo mi hija en Cámara Gesell, donde ella habla de todo lo que vivió, estaría preso. Fue a partir de esa declaración que queda imputado, pero a veces parece que no fuera nada”, señala y vuelve a insistir sobre lo que considera beneficios de la Justicia para con el imputado: “Mientras yo pedía Justicia, él como si nada declaraba desde Ibiza, tirado en un sofá”.
Mensajes imperceptibles
A pesar de todo, Daniela Moris hizo lo imposible este año para enviar a su hija a clases. Asegura que todo lo que vivió le dejó secuelas de aprendizaje, o al menos es lo que aparenta ser. ““La afectó escolarmente, por momentos está perfecta pero después se le hace una pregunta muy simple y no la puede responder”, explica.
En este sentido, hace hincapié en lo importante que es reconocer ciertas señales de alarmas, mensajes mudos que envía el niño o niña para manifestar algo que, al menos para ellos, no puede ser dicho con sus propias palabras.
“Si hoy pudiera dar un mensaje, sería que a los niños hay que escucharlos y hay que creerles. A veces el mensaje de un niño no es directo. El de mi hija no fue directo, fueron cambios de conducta que no supe resolver. De repente empezó a llorar, de repente se desbordo, empezó a lastimarse la piel. Busqué una psicóloga y después de meses me dijeron algo que no esperaba”, recuerda Moris.
La abogada se remonta a uno de los informes psicológicos más contundentes de la causa, el realizado por la Lic. Noelia Medina, ofrecido como prueba y que detecta el abuso sexual infantil. “Tengo que hablar con vos”, le adelantó la profesional en aquella ocasión, y le reveló: “Yo no tengo ninguna duda de que a tu hija la abusó sexualmente Burgos”.
Otro informe previo, de marzo de 2021, realizado por la psicóloga del Poder Judicial, Lic. Mabel Martínez, indicaba que la menor evidenciaba “indicadores de angustia, temor, inseguridad y tensión interna” a partir de una figura paterna calificada como "hostil, amenazante y muy temida". Un diagnóstico que no evitó que la jueza Valeria Brand, en primera instancia, ratificada por la camarista Ester Valderrábano, ordenara la revinculación forzosa del imputado con la víctima de abuso sexual infantil.
“Créanle a los niños cuando les digan algo, cuando se muestran diferentes; los niños son auténticos. Los niños sí sufren, no es porque son chiquititos, sí entienden y saben qué los hace sentir mal. Mi hija lo dijo en Cámara Gesell”, sentencia Moris. Y agrega: “Cuando les pasa tienen una confusión muy fuerte en su interior, de denunciar, de hablar o de decir que fue una persona cercana a ellos y más aún cuando esta persona los intenta hacer callar con amenazas o haciéndoles regalitos; hay que prestar mucha atención”.
“Es muy doloroso todo y sobre cómo está mi hija siempre doy distintas respuestas. Un día bien y al otro día es distinto. Trato de hacer de todo para que se sienta bien. Se relegan muchas cosas para tratar de salvarla, porque sí siento que es un momento que casi necesito un salvavidas. Todas las madres quieren que sus hijos sean felices y la felicidad hoy la describiría con la palabra paz, armonía, podría decir que es felicidad y a veces está ella un poquito parada ahí y otras veces no”, describe.
Grave denuncia
Daniela Moris sumó un nuevo padecimiento a la larga lista que conforma su calvario judicial por la causa Burgos. Aprovecha la entrevista para hacer pública una denuncia grave. Asegura que una las testigos que declaró en favor del imputado atormenta a su pequeña utilizando a su propia hija.
“Mi hija no es consciente de la situación judicial, sí es consciente de lo que pasó. Ella está recién en primer grado, está aprendiendo a leer y a escribir, por lo tanto en algún momento le va a llegar todo”, explica indignada Moris, que explica lo que detecta como un modus operandi.
“Es la hija de una testigo que declaró a favor del imputado, una abogada que se ha prestado a decir que yo soy una mala madre y que él es una gran persona. Su hija y la mía son compañeritas de escuela, pero van a divisiones distintas. En el recreo muchas veces se le acerca y le dice que ella no ve a su papá porque su mamá es mala, casi trasladándole las declaraciones realizadas por el imputado en la causa”, denuncia la madre de la víctima de abuso sexual infantil.
“Mi hija ha demorado casi tres semanas en decirme lo que estaba pasando, eran terribles berrinches, no quería ir más al colegio, después entendí el porqué y esto no ha cesado a pesar de que hablé con autoridades del colegio, pero lamentablemente esto no se detiene”, lamenta y se recrimina: “Siento que vivo en una burbuja; cualquier otra persona común estaría presa si no tuviera el apoyo que él tiene”.