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La máxima coronación de un prodigio tucumano: "Hay que intentar hasta que se da"

ORGULLO DE ACÁ

El fin de semana, David Quinteros se consagró como campeón argentino en la Liga Nacional de Robótica. Sin embargo, su historia comenzó mucho tiempo atrás. "Hace cinco años estoy intentando ganar un premio como el que gané", recordó este crack.

David Quinteros, el prodigio tucumano que crece en el mundo de la robótica: consiguió el campeonato nacional.





David Quinteros es puro esfuerzo, dedicación y tenacidad. Se trata del prodigio tucumano en robótica que el fin de semana se consagró como campeón en la Liga Nacional de Robótica en la categoría Mini Sumo. El estudiante de ingeniería comenzó a acercarse a la robótica sin saberlo, cuando apenas tenía 4 años. Tras cinco años de perseguir uno de sus sueños, lo alcanzó.

La pasión de David Quinteros por la robótica nació cuando todavía no había pisado la escuela primaria. "Mirá, abu, hice un ventiladorcito", le dijo a su abuelo cuando tenía apenas 4 años. Los elementos que usó en aquella ocasión fueron cables y el motorcito de un autito a control remoto que acababa de desarmar. "Desde que era chico desarmaba mis juguetes, iba probando, traveseando los cables, armando ventiladorcitos. Siempre quise saber cómo funciona todo. Hice hasta primer año de la secundaria en el colegio San Francisco, pero ya no me gustaba y me cambié al Anacleto Tobar: ahí tomó forma mi pasión, empecé a construir robots y armamos un club de robótica", le contaba hace dos años a eltucumano.com. 

Hoy, David tiene 19 años. Y el fin de semana logró alcanzar la meta que persiguió arduamente durante cinco años. El joven estudiante de Ingeniería Electrónica se consagró campeón de la Liga Nacional de Robótica. Para alzarse con el máximo galardón debió avanzar por zonas regionales y enfrentar varias llaves que le dieron el pase a la final, en la que logró imponerse. "Son batallas en las que el que caiga afuera del ring pierde. Es al mejor de tres", explicó el adolescente. "Este es el logro más importante para mí hasta el momento, es la primera liga que gano, se trabaja todo el año para poder ganar", remarcó.

Sobre los robots y el armado, aclaró: "No es tanta la fortaleza, sino que es dedicación, horas y horas de programación e ir probando cosas; es prueba y error más que nada. Hay robots muy buenos, pero que no están bien programados, entonces no sirven mucho".


Para lograr su objetivo, enfrentó algunas dificultades. En ese sentido, señaló que el factor económico es limitante. "La mayoría de las piezas son de otros países: son placas chinas, motores suizos, sensores turcos, por ejemplo. Son cosas que comprás en dólares y cuando llegan acá tenés que pagar impuestos, envíos y si compras varias cosas se hace un montón", graficó. Además, señaló que los revendedores argentinos muchas veces ofrecen los productos con un costo aun mayor. 

Además de los gastos, conseguir respaldo institucional muchas veces resulta complicado. En ese sentido, destacó el apoyo que recibió el año pasado por parte de Carolina Vargas Aignasse -actual ministra de Gobierno-, que ayudó junto con particulares de Buenos Aires a que pudiera viajar a Japón para una competencia internacional

Luego de este logro, el objetivo de David es continuar con la robótica. "Me encantaría tener una fuente laboral ahí y dedicarme ciento por ciento a esto", compartió. Además, anticipó que quiere aportar a la comunidad "no necesariamente desde la robótica, sino del lado del software y aplicaciones para celular".

Tras el triunfo y luego de haber sorteado diversas dificultades, el prodigio tucumano de la robótica reflexiona sobre lo más importante. "Al que le guste algo, lo que sea, que lo intente e intente hasta que se le de. Yo hace cinco años estoy intentando ganar un premio como el que gané el sábado y fue la primera vez. Son muchas horas, pero vale la pena, hay que intentar hasta que se da, no hablando de la robótica en sí, sino de todo, de persistir en lo que sea que uno haga", alienta este talento que sigue haciendo camino con sus robots.