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"Hola, Melina, ¿sabés quién soy?": terror por el joven acusado por medio Tucumán

INSEGURIDAD

Leyó la nota publicada ayer en el tucumano donde un padre de familia revelaba el drama sufrido el último viernes y el escenario, con el correr de las horas, se pone cada vez peor: "Estoy esperando su venganza". Testimonios y capturas de chats.

Las denuncias están realizadas en Delitos Telemáticos.





"Poné mi nombre completo: me llamo Melina Lizárraga y no me callo más. Ya sufrí muchísimos abusos en mi vida y quiero que todo el mundo sepa quién es Ezequiel".


Una olla grande como Villa 9 de Julio se destapó este último martes cuando Martín, padre de un alumno del colegio San Francisco, denunció en Delitos Telemáticos a un ex compañero de su hijo en 2017, actualmente un joven de 21 años, por acoso: “Me mandó ocho taxis, tres remises, deliverys y tengo mil llamadas perdidas”.
 
La denuncia publicada abrió la puerta a otras denuncias y, entre ellas, el testimonio de Melina es estremecedor: “Esto viene desde hace un mes. Ya desde el año pasado me llamaban con números privados de Buenos Aires y de Tucumán. Como buscaba trabajo, a veces atendía. Pero el drama empezó cuando un día empezó a llamarme él y me dijo: ‘Hola, Melina, ¿sabés quién soy?’. Insistió tanto que cambié el teléfono. Luego intentó hackearme las redes sociales”.


“Entre el 5 y 6 de marzo, por chat, una amiga que se llama Lara, me pide mi correo y mi contraseña para recuperar su mail. Ya la había hackeado y no era Lara sino él haciéndose pasar por ella. Yo le pasado mis datos ya y empezaron a llegarme mensajes de alerta avisándome que intentaban cambiar mis contraseñas”, relata Melina.


“Al principio pensé que era una estafa, que querían acceder al homebanking, pero luego se puso grave: accedió a mis rutas de camino cuando activaba el Google Maps, sabía por dónde me movía, tenía toda mi data, lo supe viendo el historial a través de Chrome. Todas son capturas que hice para presentar en Delitos Telemáticos”.


“El viernes 8 de marzo me llaman de nuevo y ahí comete el primer error: no bloquea su número como desconocido y se hace pasar por otro: ‘Hola, Meli, me llamo Yoel, vos me pasaste tu número ayer en Yerba Buena’. Eso era imposible porque yo no había estado en Yerba Buena. Desde entonces nunca paró de llamarme”, agrega Melina, ya preocupada, al punto de acudir a su cuñado.


“Mi cuñado lo atendió y se hizo pasar por mi marido. Él le dijo que me llamaba a mí porque yo le debía 50 mil pesos, que lo había escrachado por violador, que me llamaba Melina Belén Chávez (que no es mi nombre) y un montón de cosas incoherentes. Lo bloqueo para que no vuelvan a entrar más llamadas de números desconocidos. Decido hacer la publicación en el Facebook y empiezan a llegar más testimonios”.


“Entre los testimonios, aparecen muchas chicas acosadas por él: es muy inteligente, sabe hackear, sabe de cuentas bancarias, le hace lo mismo a todos los vecinos de villa 9 de julio, vive cerca de la comisaría 10ma y les hace la vida imposible a los mismos vecinos: les baja la llave de luz, les manda taxis, deliverys, como le hizo a don Martín, el señor de la nota”, retrata Melina, quien llegó a lo peor del caso con Ezequiel cuando, después de publicar las capturas de pantalla en Facebook, denuncia que recibió mensajes gravísimos y ofensivos desde otro perfil.


“El 25 de marzo me escribe: ‘Puta, trola, suicidate’. Sabía que estuve internada por un intento de suicidio, sabía cosas de mí muy privadas que las cuento para que sepan de quién estamos hablando. A otra chica iba y la buscaba en la puerta del departamento. Sacaba datos de la Iglesia Universal hasta que lo corrieron por hacer daño a muchas personas, luego hacía daños a los vehículos en la iglesia. Me dan fe que tiene problemas con medio Tucumán”.


“Muchos se preguntan, ¿y los padres? No hacen nada y son cómplices. La Policía no hace nada. Están esperando que le pase lo que le pasó a la señorita Paola Tacacho. Hay muchísimas chicas que tienen miedo de hacer la denuncia. Se hace pasar por discapacitado, no puede ser que vivamos lo que estamos viviendo. Yo tengo trastorno de ansiedad, todo el tiempo tengo ataques, me da miedo salir a la calle. No sé si será capaz de venir a mi casa. Sabe dónde vivo, sabe todo eso. Nunca lo conocí, no hay ningún tipo de conexión conmigo, ¿qué le puede hacer a alguien que conoce?”, se pregunta la joven.


“Tiene más de 20 números de celular, tiene varios perfiles falsos de Facebook. Vamos a pedir las medidas necesarias para que quede preso. Es una bomba de tiempo. En los comentarios y en las redes sociales te das cuenta: la gente está muy indignada. Lo peor de todo es que había gente que no le daba importancia. Yo con todo esto estoy esperando su venganza, ¿qué querés que te diga?”, dice Melina, quien también piensa en los taxistas burlados, en los deliverys enviados: “¿Quién les devuelve el tiempo, el desplazamiento, la nafta, la comida, todo lo que hace padecer a esa gente?”


Si hablamos de trabajo, Melina recuerda su renuncia al Hiper Libertad: “Toda la situación me obligó a dejar el trabajo. Tenía ataque de pánico, me desorienté, me perdía, tenía náuseas, dolor de estómago, miedo, estaba paranoica, pensaba que cualquier persona me podía dañar. Gracias al feminismo aprendimos a no callarnos más: no quiero que a ninguna más le pase ni sufra lo que estamos sufriendo. Yo sufro de estos trastornos, pero hay gente que se deprime y se mata”.


Y cierra: “Se hace pasar por empleado de Esco para sacar plata y obtener datos de la víctima, o entra a la página de Claro, mira los comentarios de las quejas, saca los datos de las personas, hace lo mismo con las personas que reclaman en la página de Edet, promete que va a solucionar los problemas, le terminan depositando la plata a él, y vos decís: ¿cómo puede ser que la gente caiga en eso? Pero es así: mucha gente no sabe de tecnología o la traiciona el sentido común y cae,  lamentablemente cae. Hay que tener cuidado con esta persona. Hay que tener cuidado. Las denuncias ya están hechas. Hay que tener mucho cuidado”.