Top

"Ha sido como un Bardahl": así se salvó el Mellizo Orellana del Coronavirus

ACTUALIDAD COVID

El intendente de Famaillá rompe el silencio después de casi dos semanas de estar internado en el Centro de Salud, donde conoció el verdadero dolor y se negó a dar su último respiro. “Me permitió elevarme físicamente”, cuenta el jefe municipal sobre el milagroso componente que le permitió volver a creer.

José Orellana, triunfal, en junio de 2019, mes que fue electo intendente de Famaillá. (Foto





“Ya estamos de alta formal, pero la aparición pública la vamos a hacer el lunes”, adelanta el mellizo José Orellana, intendente de Famaillá, que este viernes fue dado de alta por profesionales del Sistema Provincial de Salud (SiProSa), que habían recomendado su internación inmediata al conocerse su diagnóstico por Coronavirus, a fines de febrero. 
 
La legisladora Sandra Mendoza, esposa de Orellana, también recibió hoy el alta médica, aunque a diferencia del jefe municipal permaneció en aislamiento en su domicilio. Es ella quien revela a eltucumano.com el verdadero padecimiento que tuvo que sortear su compañero de vida, quien se batió entre la vida y la muerte en una cama del Centro de Salud de la Capital, ante la mirada atente y permanente de médicos y enfermeras conscientes de las comorbilidades del paciente. “A él se le ha complicado, yo estaba en mi casa y me moría por él”, recuerda la parlamentaria, ahora aliviada luego de días y horas que parecieron interminables.


 
José Orellana fue internado un sábado por la noche, por recomendación de la ministra de Salud, Rossana Chahla. Las primeras 24 horas pasaron sin complicaciones. Fue a partir del tercer día cuando la historia cambió radicalmente y el reloj comenzó a contar segundos claves. “Han comenzado con oxígeno y antibióticos como paracetamol inhalado, hasta que han hecho una nueva tomografía y salió algo; entonces dicen ‘vamos con lo otro’”, describe con la voz todavía entrecortada el Mellizo. “Lo otro” a lo que se refiere el mellizo, es nada menos que suero equino, un componente desarrollado por investigadores argentinos a base de anticuerpos obtenidos de caballos, que generan defensas a cantidades ampliamente mayores en comparación a los humanos y cuya administración está indicada por el Ministerio de Salud de la Nación “en pacientes con enfermedad severa con hasta 10 días desde el inicio de los síntomas, con diagnóstico confirmado de COVID-19”

“Eso (el suero equino) ha sido como un Bardahl, algo como me ha elevado físicamente”, recuerda Orellana, que compara al suero con una conocida marca de lubricantes para vehículos, un líquido que le abrió las vías respiratorias cuando estaban tan cerradas que ni una molécula de oxígeno cabía en sus alveolos, atrofiados por el SARS-CoV-2 maldito que le demandaba su último respiro. Su aplicación fue definida por el propio jefe municipal como un “antes y un después” de la enfermedad, que le permitió casi de inmediato sortear el intenso dolor y respirar nuevamente sin dificultad. “
 
“Había días que me faltaba el aire y que me quería romper el cuerpo del dolor; hubo dos o tres noches que la pasé horrible, que creía que me moría y que no sabía si amanecía, que me decía a mí mismo ‘cagó José’”, vuelve a recordar el intendente famaillense, quien agradece inmensamente la atención brindada por aquellos héroes de chaqueta, guantes y barbijos. “Ya lo peor ha pasado; quiero rescatar lo humano en el hospital, desde los médicos hasta los enfermeros, me han mimado mucho”, señala. “Fue como una burbuja que le entraba por el cuerpo, le tenía mucha fe”, agrega Sandra Mendoza sobre el efecto del suero que hoy también le está siendo aplicado al vicegobernador de la Provincia, Osvaldo Jaldo, que el mismo día en que se le diagnosticó COVID-19 fue internado en el mismo nosocomio que el intendente. 
 
“Siempre estuve pensando en volver a la actividad, ahora tenemos otra mirada de la vida; mirá si me tocaba irme”, aventura el Mellizo, que el lunes volverá a recorrer –aunque no con el ritmo e intensidad que lo caracterizan- las calles de su querida Famaillá. “He vuelto con las pilas cargadas, ya ordenando todo. Los días se me hacen largos porque estoy acostumbrado a estar afuera. La idea es salir despacito, el lunes vamos a hacer alguna inauguración y a atender a la gente”, concluye el intendente, que aprovechará el fin de semana para escribir, leer y –ahora sí- respirar nuevamente el aire de su hogar y, por qué no, de alguna de las empanadas más famosas de Tucumán.