El templo data del Siglo XVII y su estado edilicio generaba gran preocupación, pero los trabajos de refacción ya permitieron hasta realizar allí una misa. "Queremos que cada tucumano sienta orgullo por su lugar y lo vea crecer", afirman desde Turismo.
(Foto: Ente Tucumán Turismo)
Tras años de deterioro e inminente peligro de derrumbe, los vecinos de Villa Chicligasta celebran que avanzan a paso firme las obras de restauración de la Capilla Nuestra Señora de la Candelaria, la más antigua de Tucumán. El templo que data del Siglo XVII y que fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1941 está siendo recuperado por el Ente Tucumán Turismo, y ya se oficia misa allí desde diciembre pasado. "Como nacidos y criados en este pueblo, sentimos un gran orgullo", aseguró el comisionado comunal Emilio González.
Las tareas de refacción comenzaron en septiembre del año pasado, y son producto de un trabajo articulado entre el Ente Tucumán Turismo y la comuna local. El presidente del Ente, Domingo Amaya, recorrió el predio junto al comisionado comunal Emilio González y al subcomisionado Dardo Rivadeneira, para supervisar los avances y proyectar los próximos pasos. Además, visitaron la plaza principal de la localidad, recientemente renovada.
“El año pasado se empezó a trabajar en la parte de adentro, que estaba toda deteriorada. Se le hizo revoque nuevo y prácticamente está habilitada. El 13 de diciembre hicimos la primera misa adentro de la capilla. Lo importante es que hay una decisión política para seguir avanzando, y nosotros, como nacidos y criados en este pueblo, sentimos un gran orgullo de ver cómo progresa”, expresó González.
Amaya subrayó el valor histórico y comunitario del templo: “Recorrimos esta capilla histórica que es la Candelaria, y evaluamos cómo continuar con su recuperación. Es una decisión política del gobernador Osvaldo Jaldo que cada lugar de Tucumán recupere sus espacios más queridos. Esta plaza y esta iglesia son un ejemplo de eso. Queremos que cada tucumano sienta orgullo por su lugar y lo vea crecer”.
La capilla, de estilo virreinal, fue construida en 1797 sobre una edificación aún más antigua, vinculada al paso de San Francisco Solano en el siglo XVI. Con una nave angosta, techos de madera y fuerte impronta colonial, este templo se convirtió en un símbolo para los fieles de Chicligasta, que sueñan con verla restaurada por completo y celebrando nuevamente sus fiestas religiosas, especialmente cada 2 de febrero, día de la Virgen de la Candelaria.