El año pasado, el músico tucumano Alejandro García se instaló en España donde hace unos días compartió escenario con Los Nocheros. De las guitarreadas con amigos al sueño de abrir su peña en Madrid: “Acá hay un gusto muy especial por lo nuestro”.
Alejandro García lleva la música tucumana a España.
Si su vida se proyectara como una película, sin dudas, comenzaría con los boleros de Luis Miguel y las canciones de Los Nocheros como la música de fondo que Alejandra, su mamá, ponía en la radio cuando él era apenas un niño. Después, llegó la primera viola que ella le regaló. El bombo que le compró Gaby, su papá, y, tiempo más tarde, las guitarreadas a las que lo llevaba su tío Cristian en trasnoches regadas de música y amistad. Así comienza el camino de Alejandro García con la música, andar que lo ha llevado a viajar a España para instalarse en Madrid. Ahí donde ya no es extraño que una zamba bien tucumana irrumpa con la caricia de su poesía y la nostalgia del terruño.
El músico de 28 años desembarcó en Madrid en agosto del año pasado. Llegó con su guitarra, su música y muchas ilusiones a cuestas. Pronto empezó a tocar en lugares donde suele escucharse música argentina, principalmente, tango y folclore. Días atrás, mientras tocaba en la parrillada “Abuela Herminia”, llegaron al lugar los integrantes de Los Nocheros, banda de la que es seguidor desde muy chico. Los músicos lo escucharon, charlaron, y llegó una propuesta que lo llevaría de gira por España como telonero de los músicos que tanto admira: “Fue una emoción tremenda cuando los vi porque yo me crie escuchándolos. Les pedí si los podía acompañar en algún show y al rato vino alguien de la producción y me dijo: ‘Tucu, hay un rumor de que vos abrís el show mañana”.
“Fue una experiencia única. Toqué con ellos en Alicante hace unos días con todas las funciones llenas”, comenta Alejandro quien cerró su presentación con la tradicional “Luna Tucumana” que el público local recibió con mucha emoción, aunque, a esta altura, eso ya no lo sorprende: “Acá hay algunas hay peñas y lugares donde se fusiona mucho el tango con el folclore. Algo que me sorprendió bastante es que la gente de acá consume mucho nuestra música. Se escucha mucho a Facundo Cabral, a Alberto Cortez, Mercedes Sosa que acá es palabra mayor también. Noto que acá hay un gusto muy especial por lo nuestro”.
Después de vivir un tiempo en México y otro en Buenos Aires, el tucumano decidió recalar en Madrid un poco siguiendo la lírica de Sabina y otro mucho para conocer un nuevo público: “Siempre me ha gustado salir, llevar mis canciones a otro lado. Y se ha dado lo de Madrid, lo elegí porque me gusta mucho la cultura española, consumo mucha música de acá. Yo vengo del palo del folclore, dije me mando a probar y ver cómo sale. Creo que a veces tenés que salir para poder demostrar lo tuyo”.
“Mi pasión por la música me viene de muy pequeño. Mi mamá me podía la radio y los discos y yo cantaba arriba. Ella escuchaba boleros, folclore, de todo… Ya de chico llevaba esa mezcla de géneros. Soy amante de la música argentina, me gusta mucho Cerati, Los Nocheros, el romanticismo de la zamba… Tucumán es cuna de autores, la verdad que hay un montón de artistas y de poetas con un nivel muy alto. A veces no nos damos cuenta de lo que tenemos cultural y artísticamente y está bueno llevarlo a distintos puntos del planeta”, comenta el músico.
Por estos días, Alejandro vive de la música. No sólo toca en bares y festivales, sino que también da clases. Proyecta para dentro de poco producir un álbum con sus temas: “Me está yendo muy bien por suerte. Estoy tocando y componiendo a full. Ahora voy a tratar de grabar un material sólo con canciones mías. Hay zambas, chacareras, algunas baladas… Trato de jugar con distintos estilos y géneros, por ahora, tengo la mente puesta en eso y en seguir tocando, me encanta porque acá el público es muy cálido”.
Cuando escucha o toca una zamba el viaje en el recuerdo a su Tucumán querido se vuelve tan grato como inevitable: “Siempre se extraña… las guitarreadas, las reuniones con amigos, los asados… Acá no existe eso, con algunos argentinos que viven acá armamos esos rituales, tomar mate, hacer un asado…Tratamos de juntarnos y de compartir”.
Alejandro tiene un sueño: llevar a Madrid algo de la magia de esos encuentros que derivan en guitarreadas que, a su vez, terminan en trasnochadas eternas. Su plan es armar allá una peña como esas de acá donde aprendió a compartir su música. Es un melómano que busca compartir algo de lo nuestro con los demás.
Mirá el video de Alejandro tocando en vivo: