En la histórica toma de las facultades de la
Universidad Nacional de Tucumán (UNT) del año 2013 nació el
“Colectivo LGTB en lucha”, la semilla de lo que posteriormente se transformó en la
Comisión Organizadora de la Marcha del Orgullo en Tucumán, que ultima detalles para una nueva y masiva manifestación en las calles.
Este sábado 7 de diciembre, a las 17, convocan a concentrar en plaza Urquiza para trasladarse, por calle 25 de mayo, hasta la plaza Independencia. Allí los espera un escenario montado para la ocasión, en la que habrá intervenciones artísticas, performances, y un cierre a toda fiesta de la mano de las
“Macumbias”.
“Comenzamos a trabajar en agosto para llegar a diciembre con todo organizado”, explica
Alejandro Díaz Véliz, activista y militante por los derechos de la comunidad LGTBIQP+. “Somos un grupo muy heterogéneo, compuesto por organizaciones sociales, estudiantiles y de derechos humanos, que realizamos acuerdos básicos para poder concretar esto”, detalla.
Uno de los acuerdos es la autogestión: todo lo que se organiza se hace con dinero obtenido a través de ingresos genuinios, por eso organizan rifas o venden merchandising con los colores de la bandera del orgullo. Otro punto central es la independencia del Estado. “No recibimos nada de parte del Gobierno”, aclaran. Por último, la construcción horizontal y colectiva del espacio. “La toma de decisiones se hace en reuniones abiertas, siempre intentando llegar a un consenso”.
En esta ocasión, la manifestación alzará varias banderas, antes de terminar la jornada con una celebración. “Además de la reivindicación y la visibilización de nuestro derechos, exigimos ‘basta de genocidio trans’, ‘cupo laboral ya’, ‘implementación de ESI’, ‘separación de la Iglesia del Estado’, ‘aborto legal, seguro y gratuito’, y nuestro apoyo a las personas con VIH por los tremendos recortes que se han dado en su cobertura y la degradación del ministerio de Salud, convertido en secretaría”, indicó Díaz Veliz.
“Y este año, sumamos también nuestro reclamo por la situación de los adultos mayores que son parte de la comunidad LGTB. Son personas que sufren mucho, y que muchas veces son obligadas a volver al closet para no ser violentadas”, detalló.