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Adiós a Walter: el héroe de Concepción ya descansa en paz

Cómo fueron las últimas horas con vida de Walter Monzón. Familiares y amigos lo despidieron en el cementerio municipal de La Perla del Sur. El mediodía con lluvia que cierra la historia que conmovió al país.

25 Oct 2018 - 18:45

“Tu esposa e hijos Ale, Anto Kiara y suegra”. Las letras doradas sobre el fondo lavanda  brillan en la corona que reposa sobre la tumba de Walter Monzón. Son las doce del mediodía en el cementerio municipal de Concepción y la familia del héroe del río Gastona ya se ha ido a la casa de la suegra de Walter, donde todos se habían mudado luego de que las inundaciones le hicieran perder todo lo que tenían. Hoy también llueve en el Sur. A las 10.55 ingresó el cortejo fúnebre por la calle Joaquín V. González, frente a unos perros flacos y mojados que les ladran hasta a los niños que van con sus madres a la escuela.

La tierra donde descansa Walter Monzón todavía está mojada. Los trabajadores del cementerio esperarán a que se seque para colocar una lápida de azulejos blancos como la que yace al lado donde fueron enterrados su padre Marcelino Monzón el 28 de julio de 2003 y uno de sus hermanos, Ramón Omar Monzón, el 12 de agosto de 2007. No hay nadie en el cementerio. El silencio abruma por momentos y sólo se corta a través del chirrido de un taller mecánico. Cuatro ramos de flores acompañan a la corona de la familia Monzón, pero delante de todo hay una rosa, sola, clavada a la tierra por el tallo, y más adelante ocho velas blancas sin prender.

El clima que se respira en Concepción es el mismo desde que se conoció la trágica noticia: Walter, golpeado por la crisis laboral y deprimido por su detención de seis días por “actitud sospechosa” en las calles del centro de la ciudad, armó el bolso y se fue a probar suerte a Tunuyán, Mendoza, donde había sido recibido por su hermana Carmen y su hermano Gustavo en la casa donde el sábado Walter le pidió a su hermana una comida favorita y había recibido de regalo un perfume. Nada, pero nada, les hizo pensar a los hermanos que esas eran las últimas horas de Walter. De hecho, su amiga y abogada Julia Tellene lo contaba a Canal 5: “Estaba contento, les comentaba cosas de acá. Hasta bailó un chamamé el sábado. Pero el domingo salió y ya no volvió”.

Gustavo Monzón, quien acompañó desde Mendoza el traslado de Walter, atendió la llamada que le informaba de un cuerpo encontrado sin vida, fue a reconocer el cuerpo y, luego de la autopsia de la fiscalía, se iniciaron los trámites para su llegada a Tucumán concretada este miércoles a las 20.30, cuando se dio inicio al velorio en la empresa fúnebre Cecilia, anclada en la arteria principal de Concepción, en 24 de Septiembre entre 25 de Mayo y Avellaneda. Allí la intendencia de Concepción se hizo cargo del servicio calculado en 24 mil pesos con el ataúd plano para tierra: su familia ocupó las seis sillas de terciopelo mostaza de la sala velatoria y muchísimos vecinos desbordaron hasta la vereda la noche del miércoles.

Hubo un momento de confusión y caos cuando se trenzaron familiares de Walter, pero esta mañana todo se realizó en calma: el cortejo fúnebre recorrió las diez cuadras que separaban a la empresa fúnebre hasta el cementerio donde, por motivos laborales, Julia Tellene y Natalio Danzo, los amigos que cumplieron de verdad con Walter en todo lo que necesitó desde que rescató a una pequeña de 7 años en el río Gastona, ninguno pudo asistir aún al cementerio: “Fue un amigo muy fiel, un muy buen amigo, quien me ha cuidado mucho, y al cual le estoy muy agradecida que se haya cruzado en mi vida”, indicó Julia. Y Natalio se despide: “Ya voy a ir a despedir a mi amigo como corresponde, así será”. Eso dice Natalio Danzo mientras el omníbus Tesa deja Concepción y atrás queda el puente del río Gastona, donde esta historia empezó.

Walter Monzón, la noche que fue ovacionado por todos en un hotel de Mar del Plata, donde conoció el mar.


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