Caso Alperovich: un hito del feminismo contra la impunidad política y patriarcal
El final del juicio a José Alperovich por abuso sexual contra su exasesora y sobrina terminó con una condena a 16 años y con cárcel inmediata. Un mensaje contra la impunidad del poder político y patriarcal. Por Maby Sosa.

(Foto: Archivo LA GACETA / Álvaro Medina
“Proceda señor comisario Bringas sin ninguna situación de degradación y trasládelo a las inmediaciones de los tribunales”, dijo el juez Juan Ramos Padilla tras la lectura del fallo por el que José Jorge Alperovich, tres veces gobernador de Tucumán y exsenador por la provincia, quedó condenado a 16 años de prisión con detención inmediata, por abuso sexual contra su exasesora y sobrina.
El fallo fue contundente respecto del grave delito que cometió Alperovich. Ya no hay dudas sobre la denunciante quien con una valentía gigante llevó a fondo la denuncia contra el entonces senador, y se mantuvo firme en su decisión con el sólo objetivo de obtener justicia. En aquel noviembre de 2019, después de haber perdido las elecciones en julio, fue el tiro de gracia para el poderío alperovichista. Y el fallo, cinco años después plantea una necesaria reconfiguración en el poder político tucumano.
Fueron cuatro meses de debates extensos con jornadas de hasta 12 horas durante las cuales declararon 69 testigos. En el juicio no sólo quedó demostrada su culpabilidad a la hora de juzgar los hechos que le valieron la condena, también quedó en claro cómo el exgobernador ha hecho uso en forma extrema de su poder político y económico.
Un poder que continúa
Tras la última crisis, heredada del menemismo y del gobierno de Fernando De La Rúa, Tucumán, al igual que el resto del país, pasaba por uno de sus peores momentos. La llegada del kirchnerismo al gobierno nacional con un plan económico y social sostenido en un proyecto político popular, encontró en Alperovich (asumió su primer mandato en 2003) un aliado clave para la construcción en el Norte argentino. Para el entonces gobernador, en cambio, fue el inicio de un largo camino en el que incrementó su patrimonio y construyó un poder que hoy todavía flota en el aire.
Las declaraciones a favor de Alperovich -antes de la condena-, la tibieza de los funcionarios que sí se pronunciaron y el enorme silencio del sector político resulta abrumador, pero no sorprende. Hay al menos tres generaciones de políticos que hoy están cumpliendo sus funciones que le deben a él haber accedido a esos espacios de poder. El exgobernador y actual senador Juan Manzur fue su vicegobernador y el actual mandatario, Osvaldo Jaldo, fue su ministro del Interior.
La imagen de la llegada a la cárcel con las manos esposadas fue impactante y dolorosa por la materialidad de una impunidad aletargada en 15 años de poder. Pero también fue un mensaje contra la impunidad patriarcal enquistada fuertemente en la política tucumana.
“Un juicio contra la impunidad del poder”
A la hora de su alegato, el fiscal de la causa, Sandro Albadres, se refirió al proceso judicial como “un juicio de la impunidad del poder”.
Esto estuvo claro desde un primer momento, tanto para la denunciante como para las dos periodistas, Milagros Mariona y Celina de la Rosa, quienes la acompañaron desde la primera denuncia en 2019 hasta el final de la audiencia. “Estamos acostumbradas a recibir muy poco de la justicia”, dice a El Tucumano, la periodista y editora de La Nota, Milagros Mariona.
“No nos imaginábamos esta condena, por todas las condiciones que rodean este caso. Pensando en que algo de todo ese poder iba a pesar, o los pactos patriarcales y machistas que todavía sobreviven. La sentencia muestra que el juez entendió la gravedad de lo que había pasado. Que no se trataba solamente de hechos de abuso sexual, sino que (los hechos) estaban rodeados de una asimetría de poder, de un abuso de poder y de un abuso de la función pública de Alperovich para ejercer ese poder”.
El trabajo realizado por Santiago Vismara a través de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), cuya titular el Mariela Labozzeta durante la instrucción y el desarrollado por el fiscal Sandro Albadres fue determinante para la valoración de las pruebas en un contexto de abuso desmedido de poder.
Para la periodista, en el caso de Tucumán y ante la falta de pronunciamientos de los políticos locales, “hay todavía un pacto patriarcal, de complicidad y de lealtades. Pero esta condena moviliza mucho a un montón de personas que han sufrido distintas vulneraciones de derechos en los 12 años que José Alperovich fue gobernador de Tucumán. Implica como cierta reparación, y hay también una reparación para un montón de víctimas de delitos sexuales que tal vez no han llegado a juicio o no van a llegar, o no han denunciado.”
Por su parte, para Adriana Guerrero, representante de la Coordinadora Nacional del Comité de América Latina y El Caribe en Defensa de los Derechos de las Mujeres (CLADEM): “El sector político de Tucumán deberá acusar recibo en el mediano plazo. Seguramente lo haga cuando organizaciones de mujeres sigamos pidiendo terminar con otras impunidades que están dando vueltas. Van a dejar de tomar tan livianamente nuestras acusaciones, nuestra posibilidad de accionar frente a las impunidades. El fallo ha roto con la mirada de la imposibilidad de que los poderosos paguen algo.”
En ese sentido, Alejandra Castillo, de Ni Una Menos, declaró al diario Tiempo Argentino, ese mismo día que “la condena demuestra que estos políticos no son intocables, que con la lucha se puede enfrentar la impunidad. En Tucumán son numerosos los casos que involucran al poder político y está condena demuestra la importancia de estar organizadas y sostener la lucha por difícil que sea”.
El caso no es el único ni el primero en Tucumán. José Orellana tiene una condena de tres años por abuso sexual y la inhibición para ejercer cargos públicos, pero continuará en su banca hasta que la condena esté firme. También Ricardo Bussi está denunciado por abuso sexual, así como el ex diputado nacional Isaac Benjamín Bromberg, primo de Alperovich.
“La condena que tiene José Orellana también se logró en Buenos Aires. Hay algo para mirar en la justicia tucumana de por qué las otras causas que están ahí asentadas no prosperan. O por qué hay tanta desconfianza de la sociedad en general, sobre todo en Tucumán, de la justicia”, destacó Mariona.
Paulina Lebbos otra cara de la impunidad
Alberto Lebbos, el papá de Paulina Lebbos, quien lleva ya 18 años buscando saber qué pasó con su hija, relató a El Tucumano que luego de conocerse el fallo condenatorio a Alperovich, desde todas partes del país le escribieron contándole que habían pensado en Paulina.
Paulina Lebbos desapareció el 26 de febrero de 2006 de la zona del Abasto, y apareció muerta días después en la zona de Raco. Alperovich atravesaba su primer mandato en la provincia. En la causa estuvieron implicados desde funcionarios de su gobierno, judiciales, policiales y hasta su hijo.
“Ojalá que ahora esta repercusión sirva para que en Tucumán tengan impulso las causas que están pendientes, que están hace cinco años paralizadas en el Ministerio Público Fiscal. No se acata la sentencia la Sala Penal III y no hay sanción: el Expediente 36469/2019 ordenó que se lo investigue a Alperovich por encubrimiento agravado del homicidio de Paulina, falso testimonio, abuso de autoridad, incumplimiento de los deberes de funcionario público a Alperovich y 30 personas más”, enfatizó.
En ese sentido, tanto Mariona como Guerrero ven que este fallo tan contundente puede servir para que otras víctimas de abusos sexuales del poder político se animen a denunciar o a continuar con las causas. “Hay un antes y un después de algunos fallos. De la misma manera que no es lo mismo la justicia antes y después de que se haga un juicio político a Francisco Pisa y se lo haya sacado. No es la misma manera en la que se toman las denuncias y las acciones que hacemos. Quizá no todo podamos conseguir, pero sí se rompe esa certeza de impunidad”, expresó Guerrero.
Pisa fue destituido como juez de Instrucción de la provincia por su mal desempeño en el caso de Paola Tacacho, víctima de femicidio en octubre de 2021.
Denunciar, tejer redes, acompañar: la fortaleza de los movimientos transfeministas
La condena por abuso sexual, que resulta trascendental para el mundo de la política tratándose de un exgobernador tres veces electo, es un mensaje para la sociedad tucumana y un aval para los movimientos feministas y organizaciones civiles que resultan fundamentales a la hora de acompañar el recorrido de las víctimas a la hora de buscar justicia y reparación.
Han sentenciado a uno de los hombres más poderosos de Tucumán, con un peso político e histórico importante que, además, tuvo la defensa del estudio de Mariano Cúneo Libarona, hoy ministro de Justicia del gobierno de Javier Milei. En la órbita de ese ministerio está la Secretaría de Derechos Humanos, organismo que deberá, tras la disolución del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de Nación y la subsecretaría de Políticas contra la Violencia de Género ocuparse de implementar programas vitales para las mujeres y diversidades. Una paradoja política y, sobre todo, cívica.
Para Adriana Guerrero ni la política tucumana ni la ciudadanía terminó de registrar el impacto de este fallo: “Se trata de un empresario rico, un hombre poderoso. Si le tenemos que poner un nombre a lo hegemónico es Alperovich en esta provincia, y hoy está condenado. Todavía no se ha registrado la implicancia a nivel social y política. Nunca hemos tenido una condena de estas características, y esto significa romper con esta idea de la impunidad absoluta de quien fue dueño de vidas y destinos de nosotros los ciudadanos por mucho tiempo”.
Esta percepción no es la misma para los feminismos. “Sentimos el impacto que tiene y que va a tener (después que pase un tiempo) porque lo hemos estado trabajando. Hace cinco años estamos construyendo esta posibilidad de que se haga justicia a pesar de lo poderoso del acusado. A esto lo hemos gestado. De alguna manera todas nosotras hemos conseguido esto. Entonces el impacto es inmediato, nos damos cuenta, nos fortalece y nos permite pensar en que vamos a poder seguir rompiendo con algunas impunidades”, dice.
Además, destacó el rol de las mujeres que han estado acompañando a la víctima. “Han puesto su voz, han acompañado en forma permanente. Y nosotras, organizadas en distintos espacios las hemos sostenido a ellas”, relata.
Este caso, atravesado por el poder político y sobre todo el poder del patriarcado resulta hoy un emblema de lucha feminista. Lo confirma tal vez, un acotado y tendencioso perfil del juez Juan Ramos Padilla publicado por el diario Clarín, a horas de conocerse el fallo.
Mujer y política en Tucumán
En el caso de Milagros Mariona, vocera de la víctima, dice que regresa a Tucumán sintiéndose abrazada. “El sector político es patriarcal y resulta hostil ante estos casos. Sin embargo, vuelvo más liviana, en unos días nos encontraremos con la denunciante para abrazarnos. Ya me lo han preguntado, pero no hay festejo ni regocijo acá. Siempre quisimos que haya justicia, nada más que eso”, agrega.
En ese sentido, agrega que es momento de repensar los espacios políticos de las mujeres en la configuración de poder en Tucumán. “La política en Tucumán sigue siendo súper hostil y a veces inhabitable para las mujeres. Y muchas veces quienes lo habitan son las mujeres que están dispuestas a utilizar estas mismas estrategias, los mismos maltratos. Lo vivimos el año pasado durante la campaña política. Hubo varias intendentas electas pero el nivel de utilización de esa figura de mujeres para la campaña y el ninguneo para el momento de ejercer la política es tremendo. Entonces, llegamos, pero cómo, quiénes, a qué costo”. Resaltó también la observación del fiscal Albrades respecto a que Alperovich se vanagloriaba de ser un político que tenía a su lado siempre a una mujer en puestos de poder. “Claro, era la esposa, la hija, o alguna familiar. Entonces no era un lugar para empoderar mujeres ni para que crezca políticamente”.
Actualmente la esposa de José Alperovich, Beatriz Rojkés, está alejada de la vida política. De la familia, Sara Alperovich fue postulada por el gobernador Osvaldo Jaldo para ocupar la Secretaría de la Mujer, pero luego del repudio de las organizaciones feministas por la denuncia contra su padre, su nombre fue descartado. Como pasó con su hija, otras mujeres que crecieron políticamente durante la gestión del exmandatario, como Silvia Rojkés o Beatriz Mirkin terminan perjudicadas por este grave hecho de abuso.
Ante el retroceso de la política, el avance de la justicia
El lunes 10 de junio en las oficinas de Amnistía Internacional la actriz Thelma Fardin junto a su equipo de abogados y la responsable del área jurídica del organismo anunciaron que Juan Darthés fue condenado por la justicia de Brasil en segunda instancia.
La noticia fue celebrada por los movimientos transfeministas dada la importancia y trascendencia del caso. También porque fueron tres ministerios públicos fiscales de tres países quienes trabajaron en una exhaustiva elaboración de pruebas para llevar a juicio al actor y obtener su condena. A la semana, el resultado de este juicio, tras el fallo que pone la mirada sobre el abusador y no sobre la víctima tiene la misma reacción.
El fallo llega a días de que el gobierno de la nación anunciara la disolución del único organismo que quedaba en pie para elaborar políticas públicas de género en un marco institucional. Y en un contexto de crecimiento de discursos de odio enfocado directamente hacia los movimientos feministas y la agenda de género. El poder político de turno es negador sistemático de la desigualdad de género y trabaja en estigmatizar la agenda de género.
Desde los sectores políticos progresistas, durante un tiempo también ha insistido en la idea de que la agenda transfeminista es piantavotos, sin mirar si en sus filas existen abusadoras, acosadores o violentos. Este fallo también es un mensaje para ellos.