Top

Turko Rasuk, íntimo: "Hago el Tucumán Indie porque es el festival que nunca tuvo Tucumán"

ENTREVISTAS DE ACÁ

Es el productor independiente más exitoso de la escena y en esta entrevista explica por qué. Cómo piensa el vampiro indio que una noche dejó Bella Vista pero que vuelve al vientre materno cuando se manda una cagada. Milei, Santos, San Martín, la guita, la noche, el día, los ídolos y todos los mundos que habita un chabón que no boludea | Por Alfredo Aráoz

El Turko, pa.





Entre una inmobiliaria de alquileres imposibles y una tienda de animé con funkos màs baratos, entre esos dos mundos incompatibles brilla una estrella cuasi imperceptible colocada arriba de la dirección que nos ubica en la calle Crisóstomo Álvarez. Casi todo Tucumán pasa por aquí: los que esperan el 17 y la horda de colectivos que nunca llegan, y hasta los turistas que visitan la Casa Histórica aquí a la vuelta. Todos y todas pasan por la puerta de hierro de esta casa donde todo pasa, pero pocos conocen.

Es bien temprano, es jueves, hace frío, molesta la llovizna, ni Paco García levantó las persianas, pero acá viene el mejor cliente de Adidas después del escriba: campera roja, tiras blancas, Superstar negras, tiras blancas. La casa donde todo pasa no tiene timbre. Fernanda tenía terapia y está un poco demorada, pero aquí llega Julio César Rasuk para hacer lo que mejor le sale: abrir puertas.

Sorteamos los pasillos, subimos las escaleras, la academia de Ivana presente ahora y siempre, cuelgan fotocopias de tálamos e hipotálamos en una pared, hay dos fraperas vacías y nos cuida un cuadro de Evita, la Jefa Espiritual de la Nación que ilumina este diálogo íntimo con el Turko, a una semana del festival Tucumán Indie en el Palacio de los Deportes, el festival que el norte todo espera cada año. Una entrevista que con dos mates (muy calientes) y una cucharada de azúcar dice así: 

-En estos tiempos tan difíciles para todo, ¿cómo estás vos en lo personal, en lo anímico, en lo espiritual y por qué hacés lo que hacés?

-Y ahí vamos. Está difícil. Está bien difícil, amigo. Y vamos a tener que reinventarnos y cambiar modos. Ya me han pasado crisis en el medio de estos 10 años que vamos como productora, pero no ha pasado esto de que no haya plata en la calle. Hablemos de Alberto para que no se enojen los que saben que uno es peronista, o hablemos de Macri donde empezó el comedor que nosotros hacemos en Santos. Pero antes había plata en la calle. Ahora no sabés qué hacer. La gente tiene que tomar decisiones: pagar el alquiler, la boleta de la luz, todo lo que se ha ido al carajo. Entonces es entendible que haya que repensar las cosas. Los artistas tienen que repensar las cosas para que la gente pueda seguir teniendo un festival. Yo tengo esa energía que me hace que vaya para adelante, pero… la vamos a tener que empezar a controlar. Antes vos ibas y decías: ‘Sí, bueno, dale, no sale, no importa’. Pero ahora está complicado invertir. El ejemplo ahora es esto: haberme arriesgado, animado, haber tenido la convicción de hacer este festival Tucumán Indie. En las ediciones anteriores veníamos de meter 600 personas y pasamos a 3 mil. La idea es que se siga haciendo y que no se caiga. Estoy en un cruce de energías: están los que te dicen que hay que seguir haciéndolo porque es lo que hacemos nosotros y están los que te tironean por todas estas políticas donde todos los días las cosas aumentan, se te van los proveedores, y si no has arreglado en dólares ya se te ha complicado, la inflación, así que ahí, en ese cruce de energías. Pero vamos a dejar que prime la positiva y vamos a seguir trabajando.

-¿Nunca parás? Cuando llegás a tu casa después del laburo, ¿bajás? ¿O seguís craneando lo que hablamos: ‘¿Por dónde le encuentro la vuelta?’.

-Nunca paro. Todo el tiempo estoy pensando eso que decís. No solo tengo la productora sino un par de bares bastante conocidos como el de Santos que también me lleva un trabajo, pero ese ya viene caminando porque uno tiene gente donde delega. Si no se delega, estás complicado. Hay 43 bocas que dependen de mí y de lo que yo genere para los sueldos. Entonces no paro de cranear todo el tiempo. Ayer, literal, he dejado la moto, me subí a un taxi, levanto la cabeza y le digo al chabón: ‘¿Dónde estamos?’. No habíamos hecho tres cuadras, miro el reloj: 1750 pesos. Le pregunto qué ha pasado con los números, me dice que ha subido el taxi esta semana, me bajo ahí nomás, estaba hermoso para caminar bajo el agua, caminé, compré unas cositas, un vino, me encerré, abrí el vino y ahí está: empecé a pensar en el cómo. Es un tema. Todos los días tengo que pagar acá, pagar allá. Son muchísimas bandas las que traemos, boludo. Es un festival muy ambicioso y todo el tiempo están que te escriben, que te llaman. Entonces mi mejor momento cuando llego a mi casa y a partir de las diez de la noche el celular deja de sonar tanto. Los porteños a esa hora ya no trabajan. Los porteños a las siete de la tarde cortan. Ellos trabajan temprano desde la mañana entonces a las siete de la tarde cortan y cortan. Ese es mi mejor momento. Pero no me duermo. Podría dormirme a las diez de la noche, pero no me quiero dormir porque es el momento donde más tranquilo estoy. Me duermo a las 2, me despierto a las 8 y ya salgo a la calle. Pero sí, ese es mi búnker. Mi departamento es mi salvo. Como también me pasa cuando me mando cagadas y me voy a Bella Vista a ver a mi vieja y estoy en la casa de mi vieja y me acuesto en la cama donde dormía antes. Se vuelve a la casa de la madre para reconfigurarse porque es mucho. Es mucho laburo. Y mucha presión todo el tiempo. Hoy ya tengo un festival (Tucumán Indie) pero después en mayo ya tengo otro festival (Nafta). Antes, imaginate: tengo que hablar con Emmanuel Horvilleur que es historia de la música, con Fabiana Cantilo que es historia de la música, con Usted Señalemelo que es una banda cabeza de cualquier festival hoy, mucha gente a la que tenés que hacer sentir porque ese es mi trabajo y si hacés una mal todos se enteran. Pero ahí voy. Me encanta. La adrenalina de ser productor es una timba constante, una verdadera timba. Todo el tiempo apostás, apostás, apostás. Por ahí sale el número y por ahí no y hay que hacerse cargo. Es más difícil que salga que no salga. Y ojo: que salga no es que se llene. Cuando no era productor iba a Floresta y pensaba: ‘Estos se han llenao, cómo han vendido entradas’. Y no.  No es así. A veces podés llenar el lugar y no llegás a los costos. Te faltaban 300 entradas. Pero ojo: lo mismo eso está bueno. A mí me encanta. No le tengo miedo a perder plata porque así como la hago también se puede ir. Yo le tengo miedo al fracaso. 

-¿Y qué es el fracaso para vos? 

-Estamos por hacer Nafta en All Boys. Miedo al fracaso es que vayan 30 personas. Que no vaya nadie, ¿entendés? Puede pasar. Sé de un artista conocido que lo han bajado de una fecha porque ha vendido 12 entradas en Tucumán y el año pasado lo ha llenado al Mercedes Sosa, ¿entendés? Esas cosas me dan cagazo. O abrir Santos un día y que no haya nadie. Soy un pelotudo. Yo todas las mañanas lo primero que hago es mirar el celular esperando que no haya ningún quilombo, no para ver si alguien me mandó besos. O los sábados, haya ido o no a Santos, me levanto esperando que a nadie le haya pasado algo malo. Todo el tiempo es así. Pero va en orden con lo que me gusta, con lo que hago de corazón.   

-Antes de meternos en el Tucumán Indie, ¿cuándo decidiste convertirte en productor? ¿Cuándo le agarraste el gusto? ¿Cuándo dijiste: ‘Para, esto está bueno’?

-Cumplimos los 10 años el 19 de julio del año pasado y me fui a Buenos Aires a hablar con Las Manos de Filippi que fue la primera banda que yo hice. Les dije que ellos habían sido la primera banda y los traje por una entrada de 5 mil pesos, un precio que ya no existe, justamente para celebrar esos 10 años. ¿Y por qué empecé? Porque cuando yo tenía mi banda Vampiro Indio estaba en ese papel de enojado onda ‘Somos del interior, no nos invitan a ningún lado’. Entonces ahí me di cuenta: ‘Che, si nosotros queremos tocar en todos lados, lo hagamos nosotros’. Entonces desde ahí empezamos a traer las bandas: Las Manos, un montón de bandas punk como Sin Ley, Mal Momento, y ahí me di cuenta de eso que decís: ‘Che, esto está bueno’. Dejé de tocar y hacer cosas para producir y empezaron a aparecer Miss Bolivia, La Delio Valdez, hice varias cosas y después tuve un click cuando apareció Wos y explotamos Floresta. Y hoy Wos es el número 1. Y te lo pondría como el número 1 del rock, pero esa es una discusión para otro momento porque hay muchos que no van a opinar eso. Como también opino que el indie es el nuevo rock. En fin: después de Wos, cuando me quise dar cuenta estaba haciendo una fiesta para 10 mil personas. He vendido 10 mil tickets y supe que estaba encaminado. Ha sido la Bresh, la primera acá, y en Santiago he hecho una para 25 mil, algo increíble en el Madre de Ciudades. Increíble. Ni un disturbio. Un fiestón. Y ahí te das cuenta que vas avanzando: ‘Quiero más, quiero más, quiero más’. Uno ya es así por naturaleza y ahí me di cuenta: ‘Bueno, hay que hacer un festival en Tucumán’. Pasé de hacer el Bella Vista One Love que es un festival que llevamos toda la gente de acá para allá a comprar medio avión para traer artistas. ‘Eh, algo ha pasado acá. Estamos comprando 75 pasajes para traerlos al festival cuando antes hacíamos Bella Vista. Me he ido dado cuenta y cada día me he ido enchufando más y más a tal punto que ahora estoy ciego. Voy a delegar porque estoy muy ciego con esto. Me encanta. Me encanta. Estoy muy ciego con esto y quiero hacer más. Quiero ir a producir a otros países también. En esa estoy.

-Todo bien con lo que estamos hablando, pero si no tenés la calle, si no conocés la tribuna, si no conocés Ciudadela, Bella Vista, si no has tocado para 10 amigos, para 100, sin ese germen es más difícil, ¿no?

-Totalmente. Ahora que lo decís vos me doy cuenta que tiene un montón que ver todo eso para hoy poder estar ahí, para poder distinguir las cosas, los momentos, los lugares, con quién voy a trabajar, hasta dónde me puedo enojar, hasta dónde no. Depende un montón que yo he vivido, que me ha pasado, de ser presidente de mi club, de estar en la tribuna, señalar el palco y decir: ‘Yo quiero estar ahí’. Ya estoy grande para la tribuna y quiero ser presidente. Soy muy cabeza en lo que hago. En todo. Hemos grabado tres discos. Hemos grabado con Gaspar Benegas, el violero del Indio Solari, hemos viajado por toda la Argentina, hemos salido afuera. A mí Vampiro Indio me ha dado todo. He pasado por todos lados. He ido viviéndolas a todas. 

-Esa amplitud y calle es la que te permite sentarte con el gobernador para armar una Bresh y con el que vende latas en Central Córdoba. 

-Sí. Es lo que me permite hablar con todos. El gobernador de Santiago me ha abierto las puertas de su despacho. O me ha tocado estar sentado conversando en la misma mesa con Calamaro y Mala Fama los tres. Es un montón. Me han pasado un montón de cosas. He conocido a mis ídolos que no se lo recomiendo a nadie porque por ahí te podés dar un golpecito y decís: ‘Pa qué pingo lo he conocido, estaba bien idolatrándolo ahí’. He vivido un montón, de estar en lugares, en situaciones y está bueno. No me puedo quejar. Espero poder sostener este año. Me voy a dedicar a pelear por la gente con la que laburo porque yo no trabajo solo: ya empieza el comedor en Santos, acá en esta casa le damos asistencia psicológica a más de 30 personas y vamos por la segunda tanda porque pienso en la importancia de la salud mental y en los privilegios: ‘¿Por qué yo puedo ir a terapia y otro no?’. De ese lado vengo yo: del comedor, hemos tenido un albergue cuatro años para gente en situación de calle, me gusta todo. Me gusta gestionar. Me considero un gran gestor.

-Me decías que estás con los guantes puestos para pelear. No podés permitirte que la cadena se corte. Ahí entra este festival, el Tucumán Indie. Contame de dónde has sacado la energía y la pulsión de ir para adelante y producir el festival que se viene, contame cómo está yendo la venta y con qué se va a encontrar la gente.

-Primero que nada lo he hecho porque ya lo tenía pensado hacerlo por no parar esto de que lo quiero instalar, quiero que sea el festival de Tucumán. Hago el Tucumán Indie porque en Tucumán no tenemos un festival. Y no lo hemos tenido nunca. Alguna vez quisieron hacer El Rock del Valle y duró una fecha. Después, a ver pará, está el Norte Rock que lo hacen megaempresas que está perfecto que exista eso y porque tienen la posibilidad de venderle una entrada a la gente más barata porque es marketing que necesitan empresas como esas, pero lo nuestro es independiente entonces es el festival independiente del norte argentino. Y vamos por esa, por instalarlo, y yo dije: ‘Vamos a hacerlo’. Cuando yo lo largué, recién estaba asumiendo este nuevo Gobierno y pensé: ‘Lo hacemos en septiembre como lo veníamos haciendo o lo traemos más acá porque en septiembre no sabemos cómo va a estar todo y capaz que está todo explotado’. Pero no ha faltado llegar a septiembre. Cuando yo lo largo empiezan a decir: ‘Los peores meses van a ser marzo y abril’. Pero, bueno, va a ser duro. Calculo que iremos a tener 2 mil personas. Necesitamos un poco más de personas, pero por cómo viene calculamos ese número. Ahora volvió a arrancar la venta de nuevo porque se acerca la fecha. Tuvimos un buen arranque, frenó, y ahora volvió. Pero claro que está complicado. El otro día una banda que tocaba para 5 mil personas tocó para 1200. Yo sabía que iba a pasar. Mientras la pueda y la tenga yo lo voy a hacer. Siempre he compartido lo que tengo con la gente. Siempre tengo metas, pero mi sueño es tener plata para repartir, para poder hacer cosas. Me gustaría ser uno de esos millonarios y darle a la gente para que haga cosas. Poder pagarle en esta casa la terapia a 30 personas, ¿a quién se le ocurre? Insisto: si yo puedo ir a terapia, ¿por qué no otro? O el comedor. O ahora el Paseo Santos que le damos a los feriantes. El espacio está, no les cobro nada, que vayan y aprovechen que está el lugar. Esas cosas siempre van a estar en mí. Si alguna vez me toca, me encantaría tener para hacer un montón de cosas. 

-¿Y el festival? ¿Cómo lo imaginás?

-El festival va a ser un gran festival. El que vaya a ese festival se la va a pegar en la nuca. Encima el Palacio de los Deportes es una locura de lindo. No puede más de lindo. Ya era lindo y ahora techo nuevo, camarín de los dos lados. Te sentés donde te sentés podés ver. Algo muy importante para la gente en silla de ruedas puede ver bien, no desde abajo. Todo está cuidado. La técnica va a ser increíble. Este pibe C.R.O. trae cosas increíbles. Ver a Usted Señalemelo, ver a Fabiana, a Emmanuel con esa técnica va a ser increíble.

-Vos sabés que Albertina, mi hija, me dice: ‘Che, papá, preguntale al Turko por Fabiana’. Ella tiene 17 y me dice que va al festival a ver a Fabiana Cantilo. ¿Por qué pensaste en ella?

-Mi hija tiene 18 y me pasó lo mismo que a vos con la tuya. Mi hija la puso en la grilla. Me dice: ‘Pa, mirá, nosotras la estamos escuchando mucho a Fabiana’. Obviamente que resurgió por la serie de Fito y todo, pero es Fabiana. Y viene con un bandón. Fabiana viene con una banda de 11 personas y va a hacer un tremendo show. Está tocando en varios festivales, grabó con Silvestre y la Naranja una canción de Charly, en fin, el show de Fabi va a ser increíble. El martes vamos a publicar la grilla para que la gente sepa. También está C.R.O. que va a tocar más temprano y Usted Señalemelo cierra como a las once de la noche. Va a ser un festival largo, varia horas y la gente tiene que ir bien predispuesta. pero con todas las comodidades para la gente. Y los que lleguen temprano van a poder hacer taller de cerámicas, aprender a andar en patineta, glitter, juegos de mesa, de todo.

-Te hago la última: cuando suene la última canción, cuando se cierre la última caja, cuando se apaguen las luces y salgas del Parque 9 de Julio, ¿qué vas a hacer?

-Me voy a Santos a romperme la cabeza. Y es probable que vaya a poner música. Tengo la suerte de que acá la tengo a la Fer que es una genia y a Rodri y a mucha gente más. Porque yo al festival como productor no lo disfruto. Los festivales no terminan cuando terminan. Siguen 10 días más. Pero esa noche, después del festival, me voy a Santos. Me voy a poner música, a olvidarme de todo. Es el único momento que me olvido del teléfono, de la gente. Y lo hago en un horario donde la gente está bailando y ya a la semana siguiente tengo un re casamiento donde voy a tocar y ahí me termino de desenchufar para arrancar de nuevo. Cuando yo hago algo, siempre espero que sea el otro día. Mi mejor día es el otro día.