Top

"Viviendo allá en Buenos Aires me di cuenta de que no es Coca papi"

John C íntimo

El cantante tucumano volvió a la provincia para pasar las fiestas junto a su familia y habló de todo: la fama, su vida en Buenos Aires, las grandes ligas de la música urbana, sus comienzos, la Villa Mariano Moreno, la C90 y todo lo que se viene: “Vaya donde vaya todos me quieren. Si me envidian, lo hacen a mis espaldas”.





Villa Mariano Moreno está de fiesta. No se trata sólo de la alegría por los festejos navideños y de la cercanía del fin de un año donde la pandemia hizo todo cuesta arriba, sino que también marca el regreso del último hijo pródigo del barrio: John C, el popular cantante de música urbana ha regresado a la provincia y se lo puede ver por las noches en el corazón de Las Talitas, ranchando en la plaza con amigos y participando de batallas de freestyle al igual que lo hacía hace no mucho tiempo atrás cuando por acá todavía lo conocían como Juan Cruz López. Aún no había estallado el hit de la C90, ni había empezado su recorrido por algunos de los escenarios más importantes del rap, ni se había instalado en Buenos Aires para continuar con su meteórica carrera artística. Juan o John, ha vuelto a la Villa Mariano Moreno, el lugar del que asegura nunca haberse ido: “Desde que empecé le había dicho a mi mamá que yo desde acá iba a ser un fenómeno tan grande que, por efecto dominó, en Buenos Aires iban a decir qué está pasando en Tucumán, quién la está rompiendo tanto allá. Creo que me enfoqué tanto en romperla aquí que salió así y la gente de Buenos Aires dijo: qué onda. Creo que hay que empezar a caminar antes que a correr y nosotros fuimos haciéndolo así. Al principio, nos hicimos conocidos acá en el barrio, después en el centro, después en las semanas de colegio. Íbamos a todas las semanas, aunque no nos pagaran nada. Esa era nuestra estrategia: que la gente conozca nuestras caras y lo logramos”.

Son días de fiesta para John C en Tucumán. Los días que han pasado desde su vuelta a la provincia el 17 de diciembre y los que vendrán hasta que vuelva a Buenos Aires el próximo seis de enero, fueron y serán días de recuentro. Con los viejos y hermanos, con tías, tíos, primos y abuelas y con los amigos de siempre.  También con las calles que lo vieron iniciar su camino con la música, ese mismo camino que lo llevó a instalarse en septiembre pasado en una casa de Banfield junto a su compañero de escenarios Xanax, el cantante tucumano de cumbia David Lozano y Piloto, su manager. “Irse siempre es sacrificado y duro porque uno tiene a sus afectos lejos, pero se hace más llevadero porque estoy con ellos que viven conmigo. Gracias a eso puedo estar con la cabeza en otra cosa, trabajando, sino uno empieza a extrañar a la gente de acá”, comenta la experiencia del desarraigo el artista de 21 años en dialogo con eltucumano.com. Esa nostalgia de la provincia y del barrio ha quedado atrás en estos días en los que ha recibido gestos de cariño de parte de conocidos y extraños: “Una locura la gente del barrio… la verdad que yo estoy bien agradecido porque acá toda la gente me respeta y me quiere, como yo a ellos. En todo lo que hago en mi carrera siempre llevo bien presente la bandera de Tucumán y de la Villa Mariano Moreno”.

Con pandemia y todo, el 2020 ha sido un año muy importante en la carrera artística del tucumano. En septiembre se estrenó el videoclip de “Duele”, la canción en la que colabora con la famosa cantante y actriz Tini Stoessel; una experiencia que, según revela, le ha servido de aprendizaje: “Fue un honor. Es algo que te sirve de verdad para tu evolución, ya sea en tu carrera, ya sea como persona. Hay personas muy profesionales trabajando ahí y tenés que estar de punta en blanco, como se dice. La verdad que se nota un montón la evolución que tienen y hay mucho que aprender de esa liga. Fue una experiencia muy linda. Ella es súper humilde, sencilla y fue súper amable conmigo… la verdad que una genia”. A su vez, hace apenas unas semanas, estrenó el video de su tema “Nota cabrona” con una gran producción que incluye música pegadiza y autos a toda velocidad con una estética muy rápido y furioso: “En un día lo hicimos. Nos atrasamos y lo tuvimos que hacer sobre la hora, pero salió tremendo, la producción fue a otro nivel. La canción vos la escuchabas y te causaba como adrenalina, entonces yo quería un video que acompañe eso, quería que acompañé la velocidad y la explosión que tiene la canción y fuimos para el lado de los autos”.


“Viviendo allá en Buenos Aires me di cuenta de qué no es coca papi… Está muy bueno porque los pibes están agarrando un nivel muy profesional, están avanzando mucho y eso lleva a que todos avancen y ese avance de todos en conjunto está haciendo que, sin que nos demos cuenta, la Argentina se posicione en los primeros puestos de la música urbana mundial. Después de Centroamérica, la segunda potencia en habla hispana son los músicos argentinos”, cuenta John C lo que significó a nivel artístico su desembarco en la capital en el epicentro de una movida que no para de crecer como es la de la música urbana.

A pesar de codearse con algunos de los referentes de la movida y de estar jugando en la primera división de la música urbana, el tucumano asegura que no se la cree. Es consciente de que las alturas de la fama pueden llegar a marear y John prefiere no prenderse en ese viaje: “Lo que pasa es que, cuando se habla de las grandes ligas, mucha gente no piensa ni se da cuenta de que los que están ahí son pibes de barrio, como yo. Nos juntamos y somos todos iguales, nadie habla de quién tiene más. Nos juntamos a ranchar como si fuera que estamos en la plaza y todo bien. La verdad que todavía no conocí a ninguno agrandado, todos los que conocí fueron bien humildes, bien transparentes. Debe ser un poco eso de que venimos todos del barrio y se conserva la esencia. Hice muy buena relación con los pibes, ellos me demostraron que me respetan por lo que hice, por el lugar de donde vengo, por cómo soy. Yo soy muy respetuoso y ubicado, por eso también creo que soy bien recibido en todas partes”.

Entre sus comienzos en 2016 cuando participaba de batallas de rap en las plazas tucumanas y cantaba en semanas de colegios a este presente de reconocimiento nacional, parece haber pasado mucho, demasiado. El salto fue vertiginoso, pero todo empezó acá y el músico no se olvida de esos orígenes: “Cuando yo comencé no había esa movida de gente que hacía canciones y videos que después subían a YouTube. Estaba el ambiente de la plaza a full, el de las batallas de freestyle. Creo que, junto a Gonza Beltrán y algunos pibes más, fuimos los pioneros en el género urbano en Tucumán. Creo que, cuando pasó el auge de C90, siento y me dijeron también que muchos sintieron que podían… sintieron algo de aliento y se pusieron a meterle pilas. Hoy la veo piola a la movida tucumana, se está haciendo buena música la verdad”. John C no siente que haya celos ni disputas con otros artistas locales: “La gente me quiere una banda, por eso yo siempre estoy dispuesto para la gente. La gente me quiere un montón y yo estoy agradecido. Vaya donde vaya todos me quieren. Si me envidian, lo hacen a mis espaldas”.


Esos inicios estuvieron marcados por las ganas de hacer música y por la autogestión. De aquel entonces a hoy, no sólo creció su carrera personal, sino también toda una movida que se ha vuelto cada vez más pujante en la provincia: “Al principio no había nada hermano. Yo arranqué haciendo videos en una camioneta. Ponía la instrumental en el estéreo, mi primo me grababa y yo rapeaba frente a la cámara. Mientras, iba juntando platita cortando el pelo y cortaba el pasto también. Juntaba plata para comprar la compu. Recién en 2017 me la pude comprar y ahí me metí como en la cápsula del tiempo de Dragón Ball, pero en mi habitación. Imaginate que yo no vengo de familia de músicos ni nada, así que tuve que aprender todo de cero. Por YouTube pude aprender cómo crear las canciones y usar el programa de edición. Por eso estoy contento porque pude tomar las riendas de mi vida a tan corta edad y decir yo quiero esto, yo lo voy a hacer y meterle con tantas pilas”.

Ahora, adonde sea que vaya, el músico tucumano carga con un estudio portátil que le permite grabar canciones dónde sea y a cualquier hora. Si la inspiración pinta a la madrugada, los artefactos están ahí para que ese impulso se vuelva canción: “Empecé con un micrófono y una compu medio chombi y, a medida que la música fue dando sus frutos, fui comprando mejores herramientas para mi estudio portátil que lo tengo ahora acá en Tucumán. Yo soy también de producir, de meter mano, así que hacemos las canciones nosotros nomás. Todas las canciones están hechas por mí.  Todo lo que canto, todo lo que sale de mi boca, está escrito por mí”.

¿Qué es lo que inspira las letras que salen como un torrente de la boca del rapero? Él lo explica con una anécdota: “Tucumán está siempre en las canciones porque soy tucumano, eso me da un acento distinto para rapear que a la gente le gusta. Fui formando mi estilo. Una vez estábamos en San Pedro de Colalao con Xanax, yo estaba pasando un momento chombi, por una chica, andaba en modo enamorado creo y mi amigo me dijo: Todo lo bueno que vos sientás y todo lo malo que vos sientás transformalo en arte, loco. Desde ese día que vivo con ese concepto, cada cosa que me pasa, cada cosa que vivo, trato de llevarla a alguna canción. Es por eso que me salen algunas letras medio picaronas, son cosas que pasan en el día a día y las voy tirando. Todo lo que canto es porque alguna vez ha pasado o pasa, yo creo que fuimos inteligentes y toda esa etapa de rockstar, por así decirlo, ya la vivimos este verano y ahora estamos en la etapa de estar tranquilos y trabajar, acomodarnos bien, digamos”.

El camino a este presente artístico no estuve exento de escollos y frustraciones. Según confiesa, uno de los peores momentos fue justo antes del gran éxito que impulsó su carrera a alturas estratosféricas: “Antes de que salga la canción de C90 me dije: por qué culiao, por qué no se nos da si nosotros hacemos todo, sí realmente lo sentimos, si nosotros lloramos por esto, por qué a nosotros no se nos da. Y se nos dio, fue como una locura. Siempre están los altibajos, a veces, me agarra esa frustración, pero siempre hay gente que me rescata y me dice: vamos John hay que seguir dándole y nos ponemos activos”. Con la C90, John C se subió a la moto de un éxito que parece no tener una meta definida en el horizonte: “Esa va a ser mi canción especial, ya era una canción era especial antes de que salga porque la C90 era mi motito del 2015. Siempre va estar en mi vida como la canción que me cambió la vida y vamos a seguir creando himnos de ese tipo”. ¿Pero qué pasó con la Honda Econopower que lo llevó hasta donde está ahora?: “Está guardada, olvídate, esa queda ahí, no se vende. Cuando me compre una casa, la pongo ahí”.

“En esto tenés que estar ahí, siempre activo. Ya no es el mercado de la música como era antes que vos sacabas un hit y duraba ocho meses, ahora, un hit dura una semana y ya está, tenés que sacar otro. Esta es una carrera que no para nunca”, describe el tucumano dando cuenta de que cualquier éxito puede ser efímero dentro de la movida de la música urbana. Por eso, Jhon C parece no dormirse en los laureles y es de los que creen en la prepotencia y la insistencia del trabajo: “La perseverancia es la clave de todo porque, con la perseverancia, viene la práctica y con la práctica, viene la excelencia y, si vos juntás todo eso, sin darte cuenta, venís entrenando un montón y venís haciéndolo hace un montón. Y cuando pasa y estás arriba, te podés mantener porque vos tenés entrenamiento previo de todo eso. Creo que esa es la calve, la perseverancia”.
 
Lo que se viene en el futuro de John C
 
A la hora de describir su estilo, el tucumano prefiere no circunscribirlo a ningún género específico: “Lo que yo hago es música urbana, bro… género urbano. Porque yo soy rapero de alma, comencé con el rap y soy rapero desde siempre, pero también me di cuenta que se me da el trap, que se me da el reggaetoncito, se me da también que la gente baile, llore, hay de todo…”. Con esa impronta, John C apuesta a un año nuevo mucho más prolífico que este año que ya se termina: “De cara al 2021 la idea es sacar música más fresca, en el sentido de que tengo muchas canciones y voy a empezar a sacar canciones cada dos semanas o dos semanas y media. Todos los días o casi todos los días estoy creando canciones que muchas veces quedan ahí, como en el olvido, y la verdad que no quiero que en 2021 pase eso. Quiero que la gente escuche lo que más pueda o lo que más quiera de Jhon C porque tenemos canciones de todo tipo, de todo ritmo, para hacer llorar, para hacer bailar, para hacer saltar...”.

También espera volver a tocar en la provincia, como pasó el año pasado con una serie de recitales que rompieron la taquilla: “Creo que los primeros shows que se van a activar son los de la costa, igual me gustaría venir a mitad de año y romper Tucumán, llenar algún lugar, eso estaría muy lindo. El año pasado hicimos un show en San Pedro y se vendieron todas las entradas. Estuvo increíble. A todo eso siempre lo vivo con los pies en la tierra y pensando que cada segundo que estoy ahí es por todas las noches que me pasé practicando, haciendo esto y llorando por esto. Siempre lo veo como el fruto de un montón de esfuerzo. Sé que nadie me regaló nada”.

“La verdad que la música ya me va dando un montón de cosas. Te soy sincero, cambió mi vida, estoy trabajando de la música que es lo que yo siempre quise. Pude ayudar un montón a mi familia. Sería un gran paso para mi vida comprarme una casa, algo así. Sería muy lindo decir: fuaaa me compré una casa haciendo música… Sería una locura, pero vamos a eso, no sé cuanto faltará ni nada, pero el que se rinde no tiene premio”, reflexiona un John C que, lejos de abandonar la carrera, parece tener nafta para rato.