Cuidado con el caño: hoy cumple años El Pulga Rodríguez
Luis Miguel Rodríguez nació un 1° de enero hace 37 años, en Simoca. Con su fútbol y goles se ganó el amor del Pueblo Decano. Gritó campeón en Colón y conmovió al país; hoy en Gimnasia, va por más. En un loop eterno de lujos y goles, es capaz de hacer sonreír a todos con un toque, con un caño. Como El Diego.

Caño al árbitro del Pulga en el Deca. (Captura de video)
La Patria Futbolera se funde en un abrazo fraterno, se saca la modorra de los festejos de Año Nuevo y se pone de pie para aplaudir y saludar al Jugador del Pueblo: hoy, Luis Miguel Rodríguez cumple 37 años. Un día como hoy nacía en Simoca el delantero que enamoró con sus lujos y sus goles a todo Atlético Tucumán, el Gigante del Norte con el que fue del Argentino A a la Copa Libertadores; dejó nuestra provincia para llevar a Colón a la final de la Copa Sudamericana, dónde erró un penal, pero se redimió y gritó campeón un año después. Hoy festeja en su Simoca natal mientras se prepara para volver a La Plata, donde sigue conmoviendo al país con su magia, talento de potrero e impronta bien tucumana.
En la antesala del Mundial 2010, fue Diego Armando Maradona quién bendijo a Luis Miguel Rodríguez al citarlo a la Selección Nacional: fue El Diego, antes que todo el país, el que vislumbró que el simoqueño era un elegido, un distinto, un jugador con el gen argentino, potrero, desfachatez, humildad y coraje. El Pueblo Decano ya lo sabía, pero faltaban algunos años para que sus hazañas trasciendan las fronteras de nuestra provincia y que todo el país y el mundo conozca las aventuras de PR7. Brilló en las canchas de mierda del Argentino A y la rompió toda para ascender a Primera. Volvería a la máxima categoría más sabio, más fino, más asentado: con los años, El Pulga se va poniendo mejor. Como el vino.
Goles, lujos, caños, goles, lujos, caños. La vida de Luis Miguel Rodríguez es un loop elegante, vistoso, único e inigualable. Sus 165 centímetros de altura no le impiden ser grande entre los grandes: tras un periplo adolescente por Europa que lo llevó a dejar el fútbol, llegó a Atlético Tucumán para conquistar los corazones Decanos que todavía lo extrañan. Del Argentino A a la Copa Libertadores, un pacto de amor entero y un anhelado reencuentro que se hace desear. Hubo un coqueteo hace un año, un amague sin final feliz pero con la promesa vigente de volver a 25 de Mayo y Chile para que vuelva a florecer el fútbol en territorio tucumano.
El Pulga fue a Santa Fe por otro desafío y llevó a Colón a la final de la Copa Sudamericana. Erró un penal en la final y se redimió un año después, siendo el líder total, capitán, goleador y figura del primer título de la historia del Sabalero. El simoqueño fue la estrella que le puso su primera estrella al Sabalero. Por el Cementerio de los Elefantes también lo extrañan e imploran por su regreso. Fue a La Plata por otro desafío, en la que fue la última casa del mejor jugador de todos los tiempos, el astro mundial que convocó a la Selección al astro de Simoca. Lo que hubiera sido verlos juntos.
El Pulga cumple hoy 37 años más vigente que nunca: la rompió en Gimnasia y no dio ni un paso atrás en su cuota de fútbol y goles. Hizo tres goles en el clásico ante Estudiantes hace algunas semanas. Días atrás también la rompió en el partido solidario entre estrellas y leyendas en el Monumental José Fierro, su casa. A los días fue a Casa de Gobierno a hablar de fútbol y también de política con el gobernador Osvaldo Jaldo. Luis Miguel es peronista, todos lo saben. Luis Miguel es del pueblo, de la gente, de los compañeros y de los gorilas. Sus goles, caños y lujos en un compilado de magia eterno son patrimonio y orgullo de los tucumanos, pero nos trasciende y ya es de todos los argentinos. El jugador del pueblo, made in Tucumán.
Póngase de pie para aplaudir al jugador más carismático del país, a uno de los pocos que puede en una jugada torcer el desarrollo de un partido, enderezar el destino de sus fieles devotos y llenarle los ojos de fútbol en un segundo a toda la Argentina. Tenga cuidado cuando se ponga de pie, porque el ídolo de Simoca, como hacía El Diego, le tira un caño a todo aquel que se cruce en su camino (los árbitros son su víctima predilecta) porque sabe que así le roba una sonrisa al pueblo entre tanta mala. Felicidades Pulga, Tucumán te aclama y siempre te espera.
El último show del Pulga: