"Los que criticaban las obras después estaban con una copa de champán en la inauguración"
La ingeniera Olga Cudmani brindó explosivas declaraciones sobre el poder en la UNT al declarar en la causa que investiga el Robo de la Ciudad Universitaria. “Después de las elecciones, todos volvían a ser amigos”, arremetió. Le reprochó al fiscal Brito que la imputó para “congraciarse con la opinión pública", cargó contra la prensa y sus “operadores” y contra la UNT: "Me dejaron sin obra social".
Olga Cudmani se levanta tras declarar casi dos horas ante el juez. (Foto: eltucumano)
La ingeniera civil Olga Cudmani declaró el pasado miércoles ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal en el marco del juicio que investiga el desfalco de los fondos de Yacimientos Mineros Aguas de Dionisio que debían destinarse a la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional de Tucumán. Cuando llegaron los fondos mineros, ya se desempeñaba como Directora General de Construcciones Universitarias, y está orgullosa de todas las obras que realizó con los mismos: destacó la velocidad, bajos costos de mercado y gran calidad. La exfuncionaria rechazó todas las acusaciones y disparó con munición gruesa contra el fiscal Carlos Brito, contra la prensa y contra los opositores al ex Rector Juan Cerisola en el marco de la “puja política” que motivó las denuncias por las que se siente “condenada” hace 15 años. “Después de las elecciones, todos volvían a ser amigos”, reprochó, y hasta disparó: "Los que criticaban las obras después estaban con una copa de champán en la inauguración".
“Cuando Cerisola asume como Rector yo ya era la Directora General de Construcciones”, aclaró Cudmani, quien repasó que esa área “era la mayor dependencia de la Universidad, tenía aproximadamente al momento que yo asumo 260 personas”. Allí, según explicó, “nuestra función era hacer obras, eso hice toda mi vida en la Universidad, es lo que hice siempre”, y consignó que “antes de que llegue el dinero YMAD cumplimos nuestros deberes, hacíamos obras para toda la Universidad”. “Yo era una empleada más, no estaba calificada como una funcionaria política, con cargo de secretaria ni nada por el estilo. Nunca tuvimos objeción a la tarea, trabajábamos en función de los requerimientos de toda la Universidad”, planteó. Todo eso cambió –según su relato- cuando comenzaron a llegar los fondos de YMAD.
“Cuando llegan fondos de YMAD comienza la comunidad universitaria a solicitar una gran cantidad de obras. En Infraestructura edilicia la Universidad estaba muy deteriorada, llevábamos como 50 años de presupuesto restringido para obras, se hacía mantenimiento y obras menores. Debíamos hacer más obras con la misma infraestructura; es duro escuchar quejas cuando hemos trabajado mucho. Las obras se las hicieron de buena calidad, de manera rápida, con buenos precios, han sido útiles, no tuvieron objeción ni perjuicio, están en uso y las disfruta la comunidad universitaria”, enfatizó, y subrayó que “nosotros ejecutamos el plan de obras, éramos los ejecutores de las obras”.
Cudmani recordó que “nos llamaban de todas partes, había mucha presión para hacer las obras”, y lamentó que “en el fatídico noviembre de 2009 en el seno del Consejo Superior empieza una puja interna” a partir de la cual “comienzan a aparecer todo tipo de cuestionamientos” a partir de que la Vicerrectora María Luisa Rossi de Hernández decide enfrentar al Rector Juan Alberto Cerisola en las elecciones de 2010. “Estábamos hasta las once de la noche en el Consejo explicando con toda la documentación que nos pedían de las obras… pero a nadie le interesaba. Al Consejo Superior llevaban los dictámenes armados desde la casa”, aseveró.
La exfuncionaria aseguró que desde la oposición en plena sesión “sacan un acta que decía que había una malversación de fondos en la ejecución de las obras, que las colocaciones financieras, que la Ciudad Universitaria había quedado inconclusa porque el dinero se había derivado a otro lado... era una operativa para desprestigiar a la gestión del contador Cerisola. Eso es lo que ha pasado en ese momento”.
“Después vamos a las elecciones, gane el contador Cerisola y los consejeros que estaban criticando el plan de obras, la ejecución de obras, en el momento de la inauguración de las obras estaban copa de champagne en mano brindando. Todos volvían a ser amigos. Si ustedes piden las fotos de las inauguraciones, a mí me choca ver eso por todo lo que pasó después y todo el descrédito que vivo hace 15 años. Se peleaban para agarrar los bocaditos con la copa de champán en la mano”, fustigó.
Cudmani también apuntó contra la prensa: “En una campaña muy sucia van a prensa y sacan titulares: ‘Fin de la Ciudad Universitaria’, ‘fondos distribuidos de manera irracional para las obras’, ‘se robaron el dinero’, una serie de cosas que no tenían ni un sólo elemento de pruebas”. A la hora de dar nombres, reprochó que el candidato a Vicerrector arquitecto Pablo Holgado “decía que el metro cuadrado valía tanto en Tucumán sacado de una revista de casas, que no tienen nada que ver con una obra universitaria”.
“Hubo tres denuncias, ninguna estaba dirigida en contra mío. La prensa bombardeaba, se instaló de forma negativa en la opinión pública: ni una sola vez me han consultado y era Directora General de Construcciones Universitarias, la que se paraba en el Consejo a dar la planificación de las obras. La prensa con información de operadores que se olvidaron y no tomaron nunca conciencia del daño que hicieron. Hace 15 años estoy condenada en los medios, ya soy una señora grande, estoy cansada de esto”, arremetió contra los medios de prensa y los armadores de la por entonces oposición universitaria.
La ex directora de Construcciones sostuvo que “con esa presión mediática, toma el caso el fiscal Carlos Brito y no tenía un solo elemento para imputarme” pero “presionado por la prensa, para congraciarse con esa historia instalada en la opinión pública decide solicitar buscando un elemento de acusación le pide una pericia a Gendarmería”. La ingeniera reprochó que la fuerza nacional en junio de 2011 realiza una serie de allanamientos en 18 obras “sin criterio” y “la Universidad hasta les abre las puertas” para que “en cuatro días nada más visitan las obras” y con esa pericia “llena de errores” el fiscal evalúa las mismas.
“¿Con qué criterio evalúa Brito? Tiene hasta multiplicaciones mal hechas, ítems no contemplados, y un error grave de concepto: Gendarmería evalúa sobre el presupuesto de las obras respecto al oficial de la repartición -que sirve para la administración sepa la probable inversión-, y lo toma como si ese fuera monto de contrato, cuando al precio de la obra lo pone el mercado, la oferta y la demanda, y el monto lo pone la empresa que gana licitación. Todos los “sobreprecios” de Gendarmería refieren al presupuesto oficial, un parámetro que no se tendría que haber considerado. Brito lo toma como algo acertado y basa en eso mi acusación, o tenía con qué acusarme y empieza el baile de la prensa”, manifestó.
“Presentamos la pericia del Colegio de Ingenieros Civiles de Tucumán. Presentamos tres, cada uno era una carpeta de este tamaño (muestra una carpeta de gran tamaño), con su estructura analítica, variaciones y características. La prensa podía más. Gendarmería saca valores de una revista que no es de Tucumán y la toma como valores. Mi acusación se basa en informe de Gendarmería, y yo supe de qué se me acusa en la indagatoria. Allí me imputan sobreprecios respecto de informe de Gendarmería y empieza la variabilidad de la causa que afectó mi defensa. Nos enteramos por los diarios que estábamos procesados. Me procesan por 13 obras, sacan unas y ponen otras no sé con qué criterio”, arremetió.
Para Cudmani, “este juicio tiene índoles políticas” y en su rol de funcionaria “lo único que hice fue con un grupo de gente hacer 100 obras”. “Las obras están hechas, no falta ninguna. ¿Qué repartición del país ha trabajado tanto con casi 50 empresas? Traigan un solo ejemplo. Todas las obras hechas en tiempo y forma, lo que se pagó se hizo. Caigo acá por ser funcionaria”, afirmó, y recordó que el Rector Cerisola y el secretario general José Hugo Saab le pusieron su firma al Expediente 365 que modificó el Régimen de contrataciones de obras a realizar con los fondos de YMAD a partir de un dictamen de la Dirección de Asuntos Jurídicos a cargo de Augusto González Navarro.
“Intervinieron un montón de personas y acá estoy yo. Acá había fines políticos. Con criterio jurídico acá debiera estar explicando el doctor Augusto González Navarro que debe haber trabajado de forma correcta, con toda la solvencia lo explicaría”, indicó.
“Acá tengo un listado de 100 obras. Si le cansa escuchar esto, no se imagina el trabajo que es hacerlo. Puede haber improlijidades o errores, pero nada que afecte patrimonialmente a propósito, no hay perjuicio o daño a la Universidad. Las obras están, se las ve. Durante 15 años he sido castigada por la prensa. La doctora Bardón en un momento de amnesia decide hacerme un sumario, me saca del cargo y me hace una suspensión sin goce de haberes: me dejó sin obra social. Dañaron mi salud, mi prestigio profesional y personal, a mi familia. Pido a la acusación que tome conciencia sobre daño que se pueda producir y se ciña a la plataforma fáctica. Que el proceso sea jurídico y deje de ser una farsa política que daña familias”, remató.