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"Todo marchaba bien, excepto Malvinas": la historia de amor del héroe tucumano que murió antes de su casamiento

Recuerdo

Un 20 de abril de 1957 nacía en Tucumán el teniente Julio César Auvieux, que antes de morir en un campo minado en la provincia de Río Negro, donde realizaba trabajos en el marco del conflicto bélico, planificaba su vida al lado de Graciela.

Graciela y Julio juntos. Foto El Cuco.-





Este 20 de abril, pero de hace 67 años, nacía en Tucumán el teniente Julio César Auvieux, que falleció mientras realizaba trabajos en un campo minado en la provincia de Río Negro, en el marco de la Guerra de Malvinas, que Argentina mantuvo con Inglaterra.

Con motivo de su natalicio, recordamos la historia de amor que este tucumano mantuvo con Graciela Álvarez, con la que planeaba una vida juntos, pero las consecuencias del conflicto bélico deshicieron las ilusiones de llegar al altar. 

En 2019, el sitio El Cuco, diario digital del Valle de Uco, Mendoza, le realizó una entrevista a Graciela, por ese entonces concejal del departamento de San Carlos, que repasó los comienzos de su relación con Julio César y cómo se enteró de la triste noticia de su fallecimiento.


¿Cómo conociste al Teniente Julio César Auvieux?

Bueno, yo tenía aproximadamente 19 o 20 años y era docente del Colegio Santa Rosa de Lima. En ese periodo de tiempo en Campo Los Andes había unos soldados que iban a ser destinados al conflicto del Beagle, una disputa fronteriza, que afortunadamente no llegó a convertirse en guerra. Entonces, se me ocurrió la idea de que mis alumnos les enviaran cartas de ánimo y agradecimiento a todos los héroes que siempre están atentos para defender la patria. Los chicos dibujaron, escribieron y mandé todo en un sobre. Un buen día me llamó el Teniente Auvieux a mi teléfono fijo para agradecerme por el gesto- no sé cómo consiguió el número- pero nos sentimos felices con mis alumnos de que recibieran nuestros mensajes.

En otra oportunidad, me suena el teléfono y era él nuevamente, esta vez me quería conocer personalmente, yo accedí, hablamos y nos hicimos amigos. Julio César también era profesor de folclore, así que le comenté que con mis alumnos íbamos a bailar “El Cuándo” en una fiesta patria y él se ofreció a preparármelos; a lo cual también accedí. Desde ese día nunca más nos separamos.

¿Y después de un largo tiempo, empezaron a planear el casamiento?

Sí, así fue. Vivimos cinco años de noviazgo; mi primer amor, mi primera ilusión. Pero a los tres años de estar juntos  lo asignaron a Buenos Aires, asi que para vernos teníamos que viajar y eso ya nos había cansado, por lo que decidimos casarnos. Sí, planeábamos concretar nuestro amor en el mes de octubre. Teníamos las tarjetas en marcha, habíamos elegido el Club de La Consulta para la fiesta, los muebles ya hacía tiempo los habíamos empezado a comprar y todo marchaba bien; excepto Malvinas; en ese tiempo que nosotros planeábamos nuestra vida juntos se estaba llevando a cabo adelante la Guerra de Malvinas y Julio vivía angustiado y yo con un nudo en la garganta por lo que estaba pasando. Muchos de sus amigos y compañeros no regresaban y eso nos estrujaba juntos el corazón.

A él no lo habían mandado a Malvinas, pero estaba afectado a la guerra por los trabajos que le tocaban realizar. Faltaban dos días de la fecha que debía presentarse en Buenos Aires y me dice “Gra, me voy, quiero estar con tiempo allá para preparar mis cosas y no sobre la hora”. Así que con mi apoyo se fue a cumplir sus deberes. Cuando llegó, me llamó y me dijo que el jefe del batallón le había comentado que el teniente que debía ir a levantar los campos minados que habían quedado en Río Grande, había tenido un problema familiar y no iba a poder presentarse a trabajar. Así que mi novio, Julio, el Teniente Auvieux, un hombre comprometido con el trabajo, decidió hacerse disponible y se fue.


-¿Desde ese día nunca más volvió no cierto?

Si volvió, pero al hospital de Buenos Aires porque pisó una mina y explotó. Paso 24 horas en terapia intensiva y nunca más despertó.


–¿Quién te informó la noticia?

Mi papá. Yo me estaba bañando al otro día que Julio se había ido a Río Grande y mi padre me tocó la puerta y me dice ¡Dale Graciela que tenemos que hablar!. Ahí supe que algo había pasado. Al otro día viajamos a Buenos Aires con mi papá y allí me logré despedir de él. Su papá había viajado de Tucumán a verlo con un amigo y también pudo despedirse.


-¿Cómo siguió la historia?

La historia siguió así: al otro día volví a Mendoza y me presenté a trabajar en su memoria; le conté a mis alumnos y ellos me dieron los abrazos más fortalecedores que pude sentir. Malvinas se llevó un amor y un héroe. Yo conocí a un gran héroe de Malvinas; está bien, no fue a la Guerra, pero fue parte de ella. Y murió como consecuencia de ese enfrentamiento. Lo vuelvo a decir, fue un gran héroe. De hecho, en Tucumán hay dos escuelas que llevan su nombre. Malvinas me tocó el corazón por ese amor y por los hombres que murieron defendiendo con su sangre la patria argentina.