Porqué votamos contra la ley ómnibus
El diputado nacional Pablo Yedlin anticipó que desde Unión por la Patria "daremos el debate, fundamentaremos nuestras posiciones y votaremos en contra del proyecto del Poder Ejecutivo", y subrayó que “hoy para Tucumán lo más conveniente es que no haya media sanción”.*
Yedlin en los debates de comisión en Diputados. (Foto: Prensa Pablo Yedlin)
Esta semana, finalmente se pondrá en discusión la llamada Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados de la Nación. El primer desafío que deberá superar es la presencia de más de 129 diputadxs en sus bancas dando quórum. Luego vendrá la votación en general y luego la de cada tema en particular. Con mis compañeros del bloque de Unión por la Patria —boleta por la que me eligieron los tucumanos— daremos el debate, fundamentaremos nuestras posiciones y votaremos en contra del proyecto del Poder Ejecutivo.
Cuando se vote en particular la norma que modifica la Ley de Biocombustibles apoyaré los cambios propuestos siempre y cuando impacten positivamente en la actividad y redunden en beneficios para Tucumán. Habrá que estar atentos también a la defensa de nuestros jubilados, de nuestros artistas y de la Cultura dado que buscan vulnerarlos y someterlos a ajustes innecesarios.
Para aquellos diputados “dialoguistas” el desafío de cómo actuar sigue presente. No alcanza con el retiro de la derogación de la Ley de Azúcar para votar una norma que le da facultades delegadas al presidente de la Nación. ¿O acaso qué garantías hay que al delegarle facultades no vuelva el Presidente a reintroducir esa misma derogación sin pasar por el Congreso de la Nación?
Fue el mismísimo presidente de la Nación quien propuso terminar con la protección a la industria del azúcar. Y fue el reclamo de los gobernadores, empresarios y de los diputados de Unión por la Patria que frenó la iniciativa. El gobernador Osvaldo Jaldo fue parte de ese reclamo. Pero ¿quién puede ser Garante de que el presidente Milei, una vez que le voten las facultades delegadas no va a derogar la Ley del Azúcar otra vez?
De igual modo con las modificaciones que se pretenden con los biocombustibles. ¡O aún peor! ¿Qué diputados votarán una ley que va en contra del bioetanol de caña, bajo la promesa incierta de que al llegar ese tema se cambie el texto de la norma y esa modificación tenga el número de votos suficientes para que la ley salga corregida?
Recordemos que los propios diputados “aliados o dialoguistas” del presidente Milei han dicho que fueron “sorprendidos” por un dictamen que se firmó bajo una supuesta redacción y horas después se encontraron con otro texto que no respetaba los acuerdos.
Hoy para Tucumán -bajo una mirada incluso estrictamente local- lo más conveniente es que no haya media sanción. De esa manera la Ley de Azúcar se mantiene y no podrá reinstalar su derogación el Presidente con facultades delegadas. La Ley de Bioetanol queda como está ahora y así regirá hasta el 2030 preservando el piso de corte y el precio adecuado, y las retenciones al limón y sus derivados se mantienen en 0%.
Y si pensáramos con una mirada más amplia, no estaríamos dejando a 40 empresas estratégicas y nacionales -que no son deficitarias- en condiciones de ser privatizadas a sola firma (Aerolíneas Argentinas, AYSA, YMAD, Telam, Ferrocarriles Argentinos, Belgrano Cargas, Fabricaciones Militares, etc).
Dejar afuera la Emergencia Previsional, no significa que evitemos el desguace que se propone la Ley Ómnibus del fondo de garantía de sustentabilidad (FGS) al Tesoro nacional.
¿Qué medida tomará el presidente Milei con la progresiva pérdida de valor adquisitivo de los jubilados de la mínima y de las otras categorías? En Tucumán son más de 200 mil los jubilados/as que tenemos que cuidar y recomponer sus ingresos.
¿En verdad alguien piensa en votar la Ley Ómnibus en general?
¿La prórroga del Presupuesto 2023, en cuánto afecta a Tucumán?
¿Cómo se sostendrá la Universidad Nacional de Tucumán en la que estudian 80 mil jóvenes?
¿Cómo se hará frente al desfinanciamiento del CONICET que tiene 17 Unidades Ejecutoras/Centros de Investigación, más de 450 becarios/a y más de 350 investigadores en nuestra provincia?
¿En verdad alguien piensa en votar la Ley Ómnibus en general?
¿Cuántos proyectos iniciados o por iniciar de obras públicas quedan suspendidos en Tucumán? ¿Cuánto empleo se pierde con estas suspensiones?
¿En verdad alguien piensa en votar la Ley Ómnibus en general?
También estoy convencido que un país no es sólo sus finanzas y no todo puede ser evaluado en cuanto ingresa y cuanto “se gasta” en cada política. Estoy convencido de que es necesario sostener la Educación y la Salud Publica, convencido en que las 38 bibliotecas populares de nuestra provincia son parte del tejido social de sus comunidades y colaboran a tener una sociedad mejor.
El Fondo Nacional de las Artes, que, así como ayudó en sus inicios al legendario Antonio Berni o a Astor Piazzola, en estos años financió a más de 800 proyectos y artistas de nuestra provincia a través de becas, subsidios y préstamos. Es mi obligación defenderlos a ellos también. El INCAA, que hace a la identidad y a la esencia de nuestro país, también vería recortadas sus capacidades y potencialidades.
Sin dudas, las discusiones y peleas que dimos alcanzaron a frenar en parte los avances sobre la Salud Pública, las economías regionales y la industria tucumana en particular, Pero ese triunfo es parcial y no es suficiente.
Por último, vamos a trabajar para recomponer los ingresos del Estado provincial a través de la Coparticipación. Vamos a presentar un proyecto que le devuelva de forma estable y regular sus ingresos a Tucumán sin afectar a los trabajadores sin restablecer el impuesto a las Ganancias.
*Este artículo fue publicado originalmente en el sitio parlamentario.com.