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"He podido sanar a esa niña": tras dos años de lucha, Nataly tendrá el primer Juicio por la Verdad en Tucumán

EL DOLOR NO PRESCRIBE

Después de 22 años de haber sufrido abuso sexual infantil, este juicio inédito en la provincia podría devolverle la paz y la justicia. Además de marcar un precedente en la provincia. “El sistema tiene que entender que nosotras hablamos cuando podemos”.

Nataly Frías sostiene un cartel con la foto de su agresor, tras la audiencia.-





Nataly Frías mantuvo silenció durante más de veinte años hasta que dijo basta y se animó a denunciar a su primo, Sebastián Cacéres, quien abusó sexualmente de ella desde los siete hasta los quince años de edad.

Pese a que la causa prescribió, Nataly junto a su abogada Colombo Nasca y la fundación pañuelos amarillos, pidieron e insistieron para que se lleve a cabo por primera vez un Juicio por la Verdad, y de esta manera tener paz y justicia, y así poder cerrar una etapa dolorosa de su vida.

Según explicó su abogada en un diálogo anterior con eltucumano, el objetivo del juicio por la verdad es creerle a la víctima y respetar el artículo 12 de la convención de los derechos del niño, “ya que el caso es un abuso que sucedió durante su infancia, entonces la convención de los derechos del niños sigue protegiendo a ese niño por más que haya pasado el tiempo, eso se une con los juicios de la verdad de lesa humanidad, donde se busca la declaración de culpabilidad y la reparación del daño a la víctima”. Estos juicios se realizan cuando la causa ya ha prescrito. En el caso de Nataly, los hechos sucedieron hace veintidós años, y la causa prescribió hace diez años.

En la última audiencia celebrada el día de ayer, 28 de noviembre, en la unidad fiscal de delitos contra la integridad sexual 2, se sobreseyó a Sebastián Cacéres. Pero también habilitaron a Nataly a “acceder a la determinación de la verdad de los hechos que denuncia en este proceso, instando por la vía de amparo pertinente la realización de un juicio por la verdad”. Esto implica que la jueza accede al pedido del juicio y lo garantiza. “Ahora tenemos que ir por otra vía, otro trámite legal”, asegura Nataly en diálogo con eltucumano.com.

Desde la primera denuncia que realizó Nataly hasta la fecha en que sobreseyeron a su agresor y le garantizaron un juicio por la verdad han pasado dos años. En el medio, Nataly asegura que hubo trabas en la justicia. “En todos los procesos y audiencia los jueces se lavaban las manos, se declaraban incompetentes. Hasta que nos tocó la jueza Ana María Iácono, esta jueza tomó el caso, se hizo cargo y nos dio una buena respuesta”.

Por otro lado, es importante aclarar que el sobreseimiento de Cáceres “es por prescripción y no por inocencia”. En el juicio por la verdad, se espera que se declare su culpabilidad en los hechos y Nataly tenga la paz y el respiro que busca. “La doctora tomó una decisión importante, es un antes y un después, demostrando que después de tanta lucha y sufrimiento podemos tener un respiro y que el agresor se sentirá juzgado”.

“Desde que denuncié he sentido un abandono total del estado, nadie se comunicó conmigo ni psicólogo, ni nada. Él tuvo una defensoría de menores, porque en el transcurso de los hechos, los dos éramos niños. Y yo no tuve esa defensoría, solo tengo mi querella. No se ocupan de la víctima sino del abusador, nadie me ha llamado”, denuncia Nataly sobre las irregularidades que ha vivido durante estos dos años.

En una audiencia anterior, realizada en septiembre, Nataly cuenta que “el fiscal Mariano Fernández, a quien le pedíamos el juicio por la verdad, dijo que a mí ‘me crearon falsas expectativas’ y lo llamó ‘el famoso juicio por la verdad’. Me chicaneo desde el momento uno en que empezamos la audiencia. Además, dijo que ‘no hay presupuesto para hacer el juicio’. Gracias a Dios la jueza nos dejó firme el acceso al juicio”.

Por otro lado, denunció el “poco tacto que tienen con la víctima”, y pidió que “hagan más capacitación”, ya que “el sistema no está preparado”. Después de la elevación a juicio que realiza el fiscal Blando, los jueces se declaraban incompetentes “porque era difícil estudiar la causa”. En este sentido, el juicio de Nataly marcará un antecedente en la provincia para futuras víctimas que decidan denunciar, más allá de que la causa esté prescripta. 

El sistema tiene que entender que nosotras hablamos cuando podemos. Hoy me siento más fuerte y orgullosa de que he podido sanar a esa niña, que ha podido sentir paz. Voy a cerrar un capítulo doloroso en mi vida.

“Nuestro silencio es tortura y avala al abusador. El silencio es lo que fortalece a los abusadores”, afirmó Nataly. “Después de tanta lucha tenemos y hay justicia, ojalá que este primer juicio por la verdad marque un antecedente y podamos tener esa paz que necesitamos”.