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¿Viva la libertad? Los planes del abogado de Alperovich si Milei es presidente

RUMBO AL 22 DE OCTUBRE

El nombre de Mariano Cúneo Libarona toma fuerza de cara a un eventual gobierno liberal. El juicio por abuso sexual y violación contra el exgobernador de Tucumán comienza el 5 de febrero de 2024. “Creo en la inocencia de Alperovich”, afirmó en 2020.

José Alperovich. (Foto: Flickr)





El 5 de febrero de 2024 es la fecha fijada para el inicio del juicio contra el exgobernador de Tucumán, José Alperovich, en la causa por abuso sexual y violación de su sobrina segunda y exsecretaria privada. Su abogado es Mariano Cúneo Libarona, a quien se menciona como posible juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación si Javier Milei (La Libertad Avanza) resulta electo presidente. El letrado fue quien intentó que Alperovich sea juzgado por un jurado popular, pero no tuvo éxito.

A pocos días de las elecciones presidenciales, La Política Online aseguró que "el abogado Mariano Cúneo Libarona quiere que Javier Milei lo proponga como juez de la Corte Suprema si llega a la presidencia", y recordó que ya "el penalista suena para el Ministerio de Justicia de un hipotético gobierno libertario".

Cúneo Libarona lidera la defensa de Alperovich desde que fue denunciado por abuso sexual y violación: "Yo soy abogado; no soy mago, aunque a veces hago magia, pero creo en la inocencia de José Alperovich. Creo que hay un armado y una saña fuera de lo común, y confío en que las pruebas van a demostrar la inocencia de él", le confesó a La Gaceta en febrero de 2020.

"Todo Tucumán sabe cómo es la verdad de esto. Una cosa importante es la diferencia (de Tucumán) con Buenos Aires. Buenos Aires no sabe nada, leen de los diarios. Si preguntás a la gente quién es Alperovich y no sabe. Que fue gobernador de Tucumán 12 años, que fue ministro, no sabe, que fue senador... En cambio en Tucumán conocen a todos: conocen a la denunciante, conocen la relación que tenían. Hay más de 100 personas que estuvieron en contacto con ellos durante el lapso que duró el trabajo en común y conocen perfectamente todo. Tucumán sabe perfecto que acá no hay ningún delito, que esto está armado. Lo sabe todo Tucumán; (...) el delito no existió", insistió.

 

¿A la Corte con Milei?

"Si llega a la presidencia, Milei se vería urgido de establecer un buen vínculo con la Corte Suprema puesto que, ante la falta de mayorías propias en el Congreso, debería gobernar prácticamente por decreto. Decretos que ante las previsibles impugnaciones judiciales, deberá convalidar -o no- el máximo tribunal", planteó LPO.

Sobre las aspiraciones de Cúneo Libarona, el citado medio sostuvo que 2su vínculo con los jueces de la Corte Suprema, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, es malo y cree que esto afectaría su rol en esa cartera", y que "su nexo con la Corte es Ricardo Lorenzetti, que espera un cambio de aires en el Ejecutivo para reacomodarse en el Máximo Tribunal".

"Cuneo Libarona se promociona para juez de la Corte, amparado en la deuda del Tribunal de contar con un penalista entre sus miembros, un déficit importante en su actual composición", remarcó LPO.


La causa contra Alperovich

En 2019, tras las elecciones provinciales, la sobrina segunda de José Alperovich -que en ese momento se desempeñaba como su secretaria personal- lo denunció por tres hechos de abuso sexual -dos de ellos cometidos en tentativa- y seis sucesos de violencia sexual agravada por haber sido con acceso carnal. Los hechos se produjeron tanto en Tucumán como en un departamento de Puerto Madero.

En una primera instancia, la causa se tramitó en dos jurisdicciones distintas: en el fuero criminal y correccional de la Ciudad de Buenos Aires y en la Justicia tucumana. Sin embargo, tras una resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, se dispuso que todos los hechos fueran investigarse en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°35 de la Ciudad de Buenos Aires.

El tres veces gobernador de Tucumán y exsenador nacional fue citado a declarar recién el año pasado, cuando negó responsabilidad en esos hechos. Desde que fue denunciado, se manifestó públicamente a través de su cuenta oficial en Twitter.

La estrategia judicial de Alperovich no dio resultado: en los últimos meses, sus abogados   reclamaron que sea juzgado por un jurado popular, pero el planteo fue rechazado por el juez de primera instancia que investigó el caso, Osvaldo Rappa, por la Cámara del Crimen y luego por el juez del Tribunal Oral Criminal 29, Juan Ramos Padilla.

Infobae explicó que este último sostuvo en su resolución que los juicios por jurados no están previstos para la justicia nacional -si bien lo establece la Constitución Nacional, el Congreso nunca sancionó la ley que lo regule- y que el delito por el que está acusado no fue transferido a la Ciudad de Buenos Aires, donde su justicia si tiene jurados de ciudadanos.

Para la defensa de Alperovich, correspondía aplicar la ley 6451 de la Ciudad, que establece el juicio por jurados obligatorio para los delitos que superen la pena de 20 años de prisión, lo que se da en su caso.

“A nuestro modo de ver, no existe óbice para que un tribunal de la justicia nacional aplique una ley de procedimiento dictada por la ley Legislatura de la ciudad de Buenos Aires”, sostuvo su defensa.

Al momento de pedir la elevación a juicio de la causa, los fiscales Mariela Labozzetta, a cargo de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM) y Santiago Vismara manifestaron la relevancia de evaluar los distintos factores de la causa con perspectiva de género.

En ese sentido, recordaron que la Ley 26.485, de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, define a la violencia contra las mujeres como “toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal”.

“Los métodos para obtener el control de la víctima consisten en infligir el trauma psicológico de forma sistemática y repetitiva. Son técnicas organizadas de debilitamiento y desconexión. Estos métodos están pensados para causar terror e indefensión y destruir el sentido del yo de la víctima en relación con los demás. El efecto de esta técnica es convencer a la víctima de que el abusador es omnipotente, que resistirse es inútil y que su vida depende de que se gane indulgencia a través de la sumisión absoluta”, precisaron los fiscales.


(Mariano Cúneo Libarona - Foto: Télam)