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"Le decimos Juan XXIII": aseguran que Manzur irá como vice de Jaldo

Rumbo al 2023

Medios porteños aseguran que el actual Jefe de Gabinete ya tomó la decisión de volver a Tucumán para integrar la formula junto a Osvaldo Jaldo de cara a las elecciones por la gobernación: “Sólo piensa en el año que viene”.





La intención de Juan Manzur es regresar a Tucumán en un futuro próximo y el presidente Alberto Fernández lo sabe hace rato. Es lo que asegura el periodista Sebastián Cazón en su nota de este domingo en Página 12. El actual Jefe de Gabinete habría decidido acompañar a Osvaldo Jaldo en la fórmula a gobernador y vice del oficialismo provincial de cara a las elecciones que se celebrarán el 14 de mayo de 2023. El regreso de Juan XXIII.

“Nosotros le decimos Juan XXIII y no es por el Papa”, ironiza un histórico dirigente peronista. “Desde que asumió solo piensa en el año que viene”, agrega esta fuente a Página 12. Según la nota, deteriorado en su rol como jefe de Ministros, con menos funciones que al inicio de su gestión, el gobernador en uso de licencia procurará mantener el control político de su provincia. “Si no vuelve, Jaldo le hace pelo y barba”, explican con sorna en Tucumán sobre la consolidación del mandatario interino y la pulseada que tiene con Manzur. La cuenta regresiva para los comicios locales ya arrancó. Se adelantaron a mayo para despegarlos lo máximo posible de los nacionales. Así, y a pesar de no poder ser reelecto, el jefe de Gabinete proyecta una fórmula invertida encabezada por quien fuera su vice. “Jaldo candidato, Manzur conducción”, es la premisa.

Siempre de acuerdo con la nota de Página 12, ese sería el primer movimiento de una jugada doble: lograr en primera instancia un triunfo contundente en la provincia y, llegado el caso, utilizar ese impulso para en una segunda etapa promover su figura en la carrera presidencial; por ejemplo, como candidato a vicepresidente. La ambiciosa jugada, no obstante, no solo presenta las dificultades lógicas del malestar social por la crisis económica, sino también obstáculos judiciales. Desde la oposición advirtieron que la carta magna local habilita al vicegobernador a ser candidato a gobernador, más no al gobernador a postularse para vice. Se descarta, por lo tanto, que la competencia electoral tenga también un capítulo en los tribunales.

Frente a la eventual salida, que se concretaría en los primeros meses del próximo año, la incógnita inmediata que se abre es cómo resolverá la cúpula del Frente de Todos una nueva designación de alto calibre, sin acumular más traumas. Porque si bien el enfrentamiento público se enfrió con el desembarco de Sergio Massa y el ataque a Cristina Kirchner, las tensiones continúan latentes y la comunicación entre el presidente y la vice cayó nuevamente en un bache. El nivel de profundida tal vez lo conozcamos dentro de poco. Aunque aún no está confirmado, CFK podría volver a aparecer en público en un acto el 17 de noviembre, aniversario del regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina en 1972.

 

Panorama del oficialismo nacional

El último ruido interno con Fernández surgió a partir de los cambios en el Gabinete. El arribo de “Kelly” Olmos (Trabajo), Victoria Tolosa Paz (Desarrollo Social) y Ayelén Mazzina (Mujeres, Géneros y Diversidad) no fue consultado con el kirchnerismo. Sin embargo, el enojo no se produjo por la falta de consenso. Era sabido que en el loteo ministerial, esos cargos pertenecen a territorio albertista. La irritación en el entorno de la vicepresidenta radicaría en que consideran que, para mostrarse empoderado, el Presidente hizo circular con especial énfasis que la decisión salió exclusivamente de su despacho. “No es bueno que haya trascendido que no todo el Frente fue consultado a la hora de tomar esas determinaciones, pero bueno...”, se quejó el ministro bonaerense Andrés Larroque, con tono de resignación.

El libro de quejas al Presidente sumó firmas en los últimos días. El estacionero Carlos Acuña expresó que en la CGT se sintieron “ignorados” a la hora de definir a la reemplazante de Claudio Moroni en la cartera de Trabajo. “Nos hubiera gustado opinar”, reclamó el cotitular de la central obrera, aunque apoyó el nombramiento de Olmos. Más contundente fue la postura del camionero Pablo Moyano, quien recibió a la flamante ministra recordando su pasado menemista. “Ojalá haya cambiado”, lanzó. Ante las críticas, la respuesta del Gobierno fue concreta. Desmintió que no hayan consultado a los representantes de los trabajadores y aseguraron que ante la falta de consenso en la CGT, el Presidente avanzó en una definición.

Más allá de la explicación oficial, el objetivo de Fernández es sostener sus cuotas de poder en un Frente de Todos fragmentado, pensando sobre todo en que la campaña electoral está cada vez más cerca. Quienes rodean al mandatario confían en que hasta el momento no armó ningún grupo de trabajo para avanzar en un proyecto de reelección. No lo descartan para más adelante. De lo que sí está seguro el Presidente es que va a discutir fórmulas y listas como actor central de la coalición.

A diez meses para las PASO (si es que las hay), las cuentas presidenciales con los propios tampoco cierran. En la columna del debe ahora se suman las organizaciones sociales oficialistas. “Sigue habiendo una deuda enorme del Gobierno con la economía popular”, admitió Emilio Pérsico, líder del Evita y funcionario de Desarrollo Social. Sus palabras no fueron solo una autocrítica. Estuvieron dirigidas a Fernández y al ministro de Economía, Sergio Massa, que a principios de octubre les prometió, entre otras cosas, incorporar a cooperativas a la obra pública. Hasta el momento, no hubo novedades y es otro ítem que extiende la lista de promesas incumplidas.

A pedido de CFK y Juan Grabois, en noviembre podría anunciarse un refuerzo para las personas que están por debajo de la línea de la indigencia y también novedades para trabajadores registrados.