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"Se tiñó de rojo la Plaza Independencia": cadetes tucumanos despidieron a Willy

INSEGURIDAD EN TUCUMÁN

Cientos de repartidores de toda la provincia se reunieron para despedir por última vez a su compañero de trabajo. “Era lo peor que esperábamos; teníamos la esperanza de que iba a salir”, se lamentaron en la manifestación.

Mochilas y velas en la explanada de Casa de Gobierno en honor a Willy. (Foto: Javier Cacieccio)





Pasada la medianoche, a medida que los repartidores de toda la provincia culminaban sus turnos de trabajo, cientos de ellos se congregaron en Plaza Independencia para dar el último adiós a Guillermo Willy Sahad, de 60 años, quien murió a causa de las heridas de baja provocadas por un delincuente en un asalto, el pasado miércoles por la noche.

Luego de que se confirmara la noticia de la partida de Willy, cerca de las 22 de este viernes, cadetes se organizaron a través de sus grupos de WhatsApp para dirigirse, primero, al Centro de Salud, donde permanecía internado el trabajador, y más tarde al principal paseo público de la Capital tucumana, en donde rindieron un emotivo homenaje a su compañero fallecido.

Los trabajadores posaron sus mochilas en las pocas escalinatas de Casa de Gobierno que dejaron libres un grupo de Infantería de la Policía de Tucumán, que se apostó frente al edificio estatal para controlar de cerca la manifestación pacífica. También prendieron velas y despidieron con aplausos al repartidor, otra víctima de la inseguridad en Tucumán.

“Simplemente es un duelo simbólico porque se fue uno de los nuestros, uno que podría haber sido cualquiera de nosotros. Es una noticia que nos paralizó a mitad de la jornada de trabajo”, señaló al móvil de eltucumano el vocero de los cadetes autoconvocados, Gonzalo Zamorano. “Era lo peor que esperábamos, teníamos la esperanza de que iba a salir. El panorama no era bueno y empezaron las oraciones hasta que llego la triste noticia”, añadió.

Richard, también cadete y quien supo hacerse amigo de Willy en el trabajo, se emocionó hasta el borde del llanto al recordarlo en vida. “Era un hombre que salía tempranito, era técnico químico recibido de la Agricultura, que ha trabajado en el azúcar y siempre me comentaba que había estudiado bilogía en el Miguel Lillo. Conversábamos de ciencia y cosas religiosas. Era un hombre con hijos, había estado en Estados Unidos, había estado hace poco, trabajaba mucho, era uno de los primeros que salía a trabajar, trabajaba día y noche. Era un buen hombre y vivía para trabajar”, lo recuerda y se le llenan los ojos de lágrimas.

“Nunca te contestaba mal. Hoy yo pienso que todos los que estamos acá sentíamos aprecio por él”, agrega Richard y es inevitable que se refiera a la situación de inseguridad actual. “Es indescriptible esto y lo que ha pasado. No es el primero, pasa siempre y hace dos años a él le robaron la moto. Ninguno de los que trabajamos acá es ajeno a la inseguridad. Hay otros cadetes que no son de Pedidos Ya que están en la calle, que necesitan trabajar para comer. Somos gente trabajadora que ha venido acá por esta pérdida; es muy doloroso”, se lamentó.

Otro amigo, Cristian, con un nudo en la garganta, le dedicó unas breves palabras al cadete asesinado. “Era un hombre que no le gustaba la injusticia, siempre buscaba hacer nuevas cosas”, señaló.



Por lo reciente de la partida de Guillermo Sahad, aún no hay datos precisos de dónde velarán y descansarán sus restos. Los cadetes presentes en su despedida organizaron de manera espontánea una colecta para que su familia pueda cubrir parte de los gastos que deban afrontar. Hasta el lunes, definirán medidas preventivas y un nuevo reclamo ante las autoridades encargadas de velar por la seguridad.