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Murió el cadete de Pedidos Ya baleado en Barrio Norte

INSEGURIDAD EN TUCUMÁN

El miércoles, el hombre de 60 años había recibido dos heridas de bala: en una pierna y en su abdomen. Se descompensó este viernes y tuvo que ser intervenido de urgencia. Repartidores de toda la provincia se organizan para realizar un duelo masivo en Plaza Independencia.

Cadetes de Pedidos Ya salieron a trabajar con este afiche para pedir por la recuperación de Guillermo.





Pasadas las 22 de este viernes, murió Guillermo Sahad, cadete 60 años que trabajaba para Pedidos Ya, que había sido baleado en un asalto el pasado miércoles por la noche, apenas horas después de que se venciera la prohibición a locales gastronómicos para abrir sus puertas por el Censo Nacional.

La noticia cayó como un baldazo de agua fría en la comunidad de repartidores tucumanos, que hasta esta tarde aún guardaban la esperanza de ver retornar al trabajo a su compañero. “Ya no dan ganas de seguir trabajando”, se lamentaron algunos de sus compañeros, en comunicación con eltucumano.com.

Durante la mañana, cadetes de toda la provincia se organizaron para salir a trabajar con un afiche pegado a sus mochilas con la cara de Willy, como lo conocían en el ambiente. Un apoyo simbólico y también una forma de visibilizar la situación grave que atraviesan los trabajadores del rubro, uno de los más afectados por la inseguridad en Tucumán.

“Hoy todos los chicos salieron a la calle así”, contó Gonzalo Zamorano, cadete y vocero de los repartidores de aplicaciones móviles a eltucumano.com. El joven, que empezó a trabajar en el delivery de comida cuando arrancó la pandemia, mostró el afiche con que todos sus compañeros salieron a trabajar para pedir por la recuperación de Guillermo.

A estas horas, minutos antes de la medianoche, repartidores se organizan para dirigirse hasta Plaza Independencia, donde se reunirán para hacer un minuto de silencio masivo y reclamar por la muerte de su compañero, una víctima más para abultar las desconocidas cifras oficiales del delito en la provincia.

Hola, soy Guillermo. Estoy dolorido, pero bien. Gracias”. Ese fue uno de los últimos mensajes que pudo enviar Willy –como lo conocen sus colegas-, ya con otro celular (al anterior se lo robó el delincuente que lo baleó) y antes de que su estado de salud empeorara. Hasta ayer jueves, permanecía estable. Sin embargo, este viernes sufrió una descompensación que hizo que fuera intervenido de urgencia.

La última novedad que tuvieron los cadetes fue un pedido de la familia, que les pedía que pidan por él, por su pronta recuperación. “Recen por él; el que crea rece por él”, ruegan desde el entorno familiar a sus compañeros.

El miércoles por la noche, a las 23:45, Guillermo se encontraba en Monteagudo al 400 dejando un pedido. Allí fue abordado por asaltantes que se apoderaron de su moto y de su celular, objetivo que cumplieron luego de disparar dos veces contra su víctima. Los proyectiles impactaron en una de las piernas y en el abdomen del repartidor.

Este jueves, desde el Ministerio de Seguridad de Tucumán anunciaron con bombos y platillos la detención de uno de los asaltantes, a quien sorprendieron in fraganti cuando apuntaba con un arma a un camionero a bordo de la moto sustraída al trabajador, hoy en estado crítico. “Venimos trabajando junto con los cadetes día a día, tenemos comunicación fluida y lo que hablamos con respecto a los GPS en las motos está en plena ejecución, está firmado un convenio. Hay un compromiso en todo esto no solo del Ministerio de Seguridad sino también del gobernador Osvaldo Jaldo”, sostuvo el ministro Eugenio Agüero Gamboa.

Por su parte, el vocero de los repartidores, tuvo una opinión diametralmente opuesta. Para él, y para el resto de sus compañeros, la situación no ha mejorado. “Nos movilizamos en diciembre pasado haciendo un pedido de seguridad y llegamos a tener una reunión con el gobernador Osvaldo Jaldo y con Agüero Gamboa. Nos recibieron y recibieron el petitorio donde dejamos en claro que lo que pedimos es nuestro derecho de resguardo de la seguridad. Esa vez nos prometieron monitoreo por GPS y botones antipánico… Son proyecciones que ellos nos dieron como medida de respuesta. Nos pidieron empadronarnos y hemos presentado una planilla, pero todo eso quedó en la nada y nunca más nos recibieron. Desde entonces no cambió nada para nosotros, todo eso quedó en dichos nomás… En la calle, mientras tanto, a nosotros nos siguen dando con un caño”, reclamó tras una masiva movilización que comenzó en el Monumento al Bicentenario y terminó en Casa de Gobierno.


El caso de Guillermo Sahad se suma a otros resonantes que tuvieron a repartidores como tristes protagonistas de un hecho de inseguridad. En enero de este año, Martín Abraham, un joven cadete de 19 años, sufrió la amputación de cuatro dedos luego de ser atacado con un machete en Muñecas a la altura de Isabel La Católica mientras entregaba pedidos para una sanguchería. En mayo del año pasado, Alejandro Sánchez, un repartidor de 31 años de Los Eléctricos fue abordado en avenida Colón al 1.400 por dos ladrones que quisieron robarle su moto y le pegaron dos tiros que terminaron causándole la muerte.