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"Siempre les tienen que creer": recomendaciones y herramientas ante casos de abuso en la infancia

abuso sexual

Ante las recientes denuncias en instituciones educativas en Tucumán, la psicóloga Mariela Ventura identifica algunos signos que los adultos pueden tener en cuenta para comenzar a indagar. Desde la Fundación Pañuelos Amarillos indican las complicaciones de probar los casos en la Justicia.

Imagen ilustrativa.





En Tucumán se encendieron las alarmas en los padres tras conocerse públicamente la denuncia por un presunto caso de abuso sexual en el jardín maternal del instituto JIM. Días después, otra familia difundió una acusación presentada en julio de este año, también por un abuso que habría ocurrido en 2013 en el jardín municipal Querubines. Estos dos casos  se suman al de un alumno de nivel primario del Colegio Tulio que se conoció semanas atrás.  ¿Cuándo tomar cartas en el asunto y cómo prevenir?

“Los chicos cambian de conducta cuando sufren abuso”, asegura a eltucumano.com, Mariela Ventura, Doctora en Psicología y psicóloga clínica de niños y adultos. “Pueden estar irritables, tristes, dormir mucho, pueden estar hipersexualizados. Hay cosas que llaman la atención a los padres”, destaca la profesional. 

En esta dirección la recomendación hacia los padres o tutores de los niños, es estar atentos y ser muy observadores. “Un chico que ha sido de una manera normalmente y de pronto se manifiesta de otra, debe generar alarma. Si de pronto hay mucho llanto, se muestra irascible o tiene miedo a alguien o se resiste a ir a algún lugar. Aparecen también las fobias. Depende de quién lo hizo y el lugar donde ocurrió", enumera.

 Además, hace especial hincapié en que siempre que un niño comente que vivió una situación donde relata contenido sexual, deben creerles. "Muchas veces los padres o allegados desconfían de estos comentarios, porque no quieren creer que sea real. Siempre les tienen que creer. El chico no inventa, sale espontáneamente. No puede inventar. No lo conoce. Si lo dice es porque tuvo registro. ", explica Ventura.

Entre los signos más comunes que se presentan en casos de abuso infantil, los niños pueden manifestar Conductas evitativas hacia personas o lugares, trastornos en la alimentación, ganas de vomitar, problemas en el sueño, pérdida de orina o heces, o bien retención. "Cada caso es particular, pero hay muchos síntomas que los adultos a cargo pueden identificar y empezar a averiguar qué es lo que está pasando".

Los datos aportados por la profesional no son alentadores ya que asegura que "Abusos hubo siempre”. "Yo atiendo pacientes adultos de todos los estratos sociales que me cuentan historias de abuso en infancia o adolescencia. Y se lo guardó y se lo calló mucho tiempo, no le contó a nadie. El abuso existe y se lo vive con culpa. Se mantiene en secreto porque creen que hicieron algo malo", describe. "Muchos pacientes presentan amnesia. Puedan representar síntomas fóbicos ante algunas cuestiones. En el tratamiento aparecen recuerdos cortados, cosas no hiladas, una angustia".

La gravedad en el caso de los niños pequeños que asisten a jardín de infantes, es que muchas veces no entienden que eso está mal. "A esa edad no llegan a dimensionar entre el bien y el mal. En algún momento lo dimensionan, pero se sienten culpables y aparece una tendencia a querer taparlo. Sobre todo, cuando es un ser querido, un allegado. Lo ama y no entiende la brutalidad del hecho".

Por último, Ventura indica que en el consultorio es necesario tener paciencia hasta que se establezca el vínculo de confianza. "No se puede apresurar la cuestión de decir. En algún momento hay una proyección de los actos, en el relato de historias, en los dibujos o en los juegos. En el mejor de los casos, empieza a aparecer y a poder hablar. Elaborar esa situación es fundamental para sanar y en el futuro poder tener una sexualidad saludable.

La única manera que se puede prevenir, según la experiencia de la profesional es hablar y enseñar a preservar la intimidad de los niños dependiendo de la edad en cada caso. Indicarles que al baño tienen solo o sola, indicar que sus partes íntimas no las puede ver ni tocar nadie. "Tenerlos advertidos como precaución, tienen que estar solitos en su intimidad. Siempre tender a la autonomía del chico. Siempre hace bien enseñarles ese tipo de cosas. Lo que está bien y lo que está mal". 

Por su parte, la abogada tucumana Colomba Nasca, señala que “los abusos en los establecimientos educativos de niños son los más difíciles de probar, porque el niño hasta los 5 años no siempre llega a expresar lo que ha vivido. No acusa lo que ocurre antes de los 10 años”, destaca en dialogo con eltucumano.com. 

Nasca es presidenta de la Fundación Pañuelos Amarillos de acompañamiento emocional y legal a madres cuyos hijos sufrieron abuso sexual en la infancia. Si bien en Tucumán Nasca no acompaña ningún grupo de padres que denuncien abuso en el ámbito de la escuela, acompaña las causas de conjuntos de padres en otras provincias. “En Tucumán no hay ningún grupo de madres que tengan esta denuncia en particular, pero representó casos en Córdoba, en la Matanza, en Caballito, en Salta y en Mar del Plata”.

Todos estos casos son de denuncias de abuso sexual en jardines de infantes por parte de docentes u otros miembros de la institución. Además, asegura que hay una tendencia en los abusos en el ámbito escolar a que el abuso no sea a un solo niño, sino a un grupo de niños.  En Salta la denuncia es contra una maestra de música por abusar de 30 niños en los jardines de infantes de los colegios Gianelli y Fleming. En Córdoba también se trata de una maestra por abusar de 7 niños y en Caballito, la denuncia es contra un docente por el abuso de 10 niños. 

"Puede haber muchos abusos y pocos niños pueden hablar", lamentablemente son muy pocos los casos que obtienen condena. "No llegan a contar todo. Se confunde mucho la fabulación del niño. Si bien es difícil prevenir este tipo de cosas, es importante poder hablar con ellos y acompañarlos indicándoles lo que está bien y lo que no".