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Ingreso a Medicina 2022: "Queremos que el estudiante que ingrese sea consciente de lo que quiere"

educación superior

Liliana Tefaha, vicedecana de una de las facultades más importantes de la UNT, explicó cómo será la nueva modalidad de ingreso sin cupo ni examen a partir del próximo año. Curso de ambientación obligatorio, las dificultades de la masividad y la importancia de la virtualidad. “No creo que volvamos a una normalidad en el 2022”, confesó.

Foto archivo. eltucumano.com.-





El 9 de diciembre de 2019, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Tucumán, decidía que a partir de 2020 la Facultad de Medicina no tendría más cupo de ingreso y que el mismo debía ser  "irrestricto" en 2021.

Sin embargo, la pandemia de coronavirus, obligó a que esta resolución se prorrogue hasta el 2022, año en que la carrera no tendrá un límite de ingresantes ni tomará los exigentes exámenes para ingresar.

Liliana Tefaha, vicedecana de la facultad, se refirió a este importante cambio que deberá afrontar una de las carreras más importantes que dicta la UNT y que tendrá como principal desafío mantener la calidad educativa a pesar del número de estudiantes  en un contexto sanitario ya conocido. 

La doctora, que asumió la conducción de Medicina junto al decano Mateo Martínez en 2018, explicó que se encuentran acatando la resolución tomada por el Consejo Superior hace casi dos años, con parte del nuevo plan de estudios autorizado que consta de dos etapas para los quieran convertirse en médicos. 

El decano Mateo Martínez y Liliana Tefaha.- 


Los alumnos que actualmente cursan el último año de la secundaria y quieran inscribirse en la carrera, deberán pasar por una etapa previa que es realizar de manera obligatoria el Curso Virtual de Ambientación a la Vida Universitaria, que se iniciará en septiembre y tiene una duración de 160 horas. Este consta de tres unidades consecutivas que deben ser promocionadas para poder avanzar y completarlo. “Está calculado para que el estudiante estudie 4 horas por día. Es asincrónico lo que significa que ellos deben manejar el tiempo. Lo único que marcamos es el orden. Cuando promocione la primera unidad pasa a la siguiente. El tiempo lo determina el estudiante dentro de un margen”, explica la profesional en una charla con eltucumano.com.

“El manejo del tiempo es de ellos, pero el curso finaliza el 14 de febrero con el receso de enero en el medio. Si el estudiante no hizo esto, no podemos inscribirlo. Cuando lo completa recién se puede inscribir y entra al módulo introductorio, compuesto de otras tres unidades que lo acostumbran a la vida universitaria”, agrega Tefaha. 

Al no existir ni cupo ni examen, las autoridades de la facultad dependiente de la UNT apuestan a que la información que los aspirantes reciban en esta etapa de ambientación les de un panorama sobre lo que significa la medicina. “Queremos que el estudiante que ingrese a nuestra carrera sea consciente de lo que quiere. Le mostramos no sólo lo que es ser médico sino lo que es ser universitario. Depende de su responsabilidad y creemos que con esto al que realmente le guste la carrera va a seguir”, indica y deja en claro que esto no requiere una preparación externa:  “Debe empezar a aprender por sí mismo y con las armas que le damos en la universidad, no con preparaciones extra”.

“Creo que una actitud responsable es que haciendo el curso se de cuenta si realmente quiere estudiar Medicina o es una percepción que tiene la sociedad de la Medicina como una cosa utópica de éxito profesional. Que entre en la realidad de ser médico y que al final del curso decida si quiere seguir la carrera o es una percepción equivocada”, reitera la vicedecana. 


Ingresantes 

Las autoridades de la Facultad de Medicina saben que la nueva modalidad de ingreso puede representar una masiva afluencia de estudiantes a la carrera, número que esperan se encuentre entre los 3.000 y 4.000 ingresantes. "Siempre tuvimos una preinscripción que era para rendir el examen de ingreso y esta iba entre 3.000 y 4.000 estudiantes. Pensamos que son los mismos los que se van a inscribir ahora porque siempre había un fenómeno que los que se preinscribían en Medicina también lo hacían en otras carreras. Este año creemos que al no haber ingreso, pueden inscribirse sólo en Medicina por lo que estimamos que sigamos manteniendo esos 4.000 alumnos”, apunta la vicedecana que apuesta a que esta cifra disminuya luego de que los aspirantes realicen el primer curso de ambientación: “Suponemos que muchos chicos con actitud responsable se dan cuenta que no era lo que ellos pensaban. Pueden decidir no inscribirse y buscar otra carrera, ha pasado con muchos”.

En ese sentido hizo referencia a la falta de preparación que los jóvenes tienen para pasar de la secundaria a la universidad, con poco conocimiento de las carreras y las profesiones que derivan de estas: “Nuestras escuelas no nos preparan para la universidad. En otros países, en el último año, los chicos no están pensando en ir a Bariloche sino que piensan que es lo que van a hacer en el año que ingresan a la universidad. Ven orientaciones, programas, carreras y recién decide lo que va hacer. Eso existe muy poco acá. Puedo tener una percepción equivocada, pero hay que preguntar a los estudiantes que quieren ingresar a una carrera que saben de ésta en términos reales. Eso le debemos a nuestros estudiantes: orientarlos para que ellos decidan. La UNT tiene un curso de orientación y es muy interesante que lo hagan, pero muchos lo abandonan porque no es obligación. Pero este (por el Curso Virtual de Ambientación a la Vida Universitaria) es obligatorio por esas razones”, analiza la educadora. 


Capacidad edilicia

Otra de las grandes cuestiones es si la facultad tiene la capacidad necesaria para albergar a un gran número de estudiantes, tal vez tres veces más que años anteriores cuando el cupo y los exámenes tenían controlado el ingreso. 

Sin embargo, la pandemia de coronavirus ayudó a la universidad a adaptarse a la virtualidad y manejarse con una enseñanza dual. “Con la pandemia, la capacidad edilicia es insuficiente en cualquier institución universitaria y ya no se piensa en aulas llenas. En muchas facultades, los ingresos masivos provocaban que muchos estudiantes se sienten en el piso para escuchar las distintas asignaturas. Pensar en esa forma de enseñanza es imposible”, asegura Tafaha.

“Estamos buscando recursos para no bajar la calidad académica, que son el uso de la virtualidad en lo que no sea esencial porque no tiene sentido tener 500 alumnos en un aula para una clase expositiva. Todo lo que sea puramente expositivo o sea conceptual, los estudiantes los van a tener virtual lo que ya requerirá una mayor exigencia y dedicación de su parte”, advirtió.

Por esta razón, los encargados de la carrera se encargaron de dividir cada asignatura en conceptual, presencial y las que necesitan práctica. “Para los ingresantes la presencialidad quizás no sea tan importante, pero quizás tengamos problemas de conectividad. Durante la pandemia hicimos el ejercicio de lo que puede darse por virtualidad y presenciales. Tenemos aulas invertidas e hicimos educación dual que creo que lo vamos a seguir haciendo. No creo que volvamos a una normalidad en el 2022”, confesó la doctora

“Vamos a tener una presencialidad gradual pero vamos a seguir con el sistema de burbujas. Hoy tenemos serios problemas en la actualidad, porque  Medicina requiere del Sistema de Salud para hacer prácticas a partir del 3er año. Vamos a depender siempre de la posibilidad de que el Sistema acepte nuestros estudiantes, que está también reglado a como sea la situación de la pandemia”, explicó para luego hacer hincapié en la conectividad y los problemas que esta pueda causar durante el 2021: “Puedo decirle que el primer año irrestricto puede ser complicado principalmente por la conectividad, por el flujo de información y vamos a tener que ir adaptándonos gradualmente”.

“No queremos que baje la calidad educativa, pero seguramente en Medicina vamos a tener una equidad con la tasa de abandono del primer año con otras facultades que no la teníamos antes. Teníamos un alto promedio de egresos en tiempo y forma, y en promedio la duración era de 8 años con muy pocos que abandonan. El fenómeno en todos los ingresos masivos es la gente que abandona en el primer año. Es un costo que tendremos que asumir”, confiesa Tefaha.