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Radicales tucumanos buscan superar la intervención, las grietas y "disputar el poder"

QUE SE ROMPA, PERO QUE NO SE DOBLE

Lucho Argañaraz se reunió con José Cano y Silvia Elías de Pérez buscando "fortalecer Juntos por el Cambio". "No me causa gracia ser interventor", aclaró, y celebró que dejará un partido sin deudas tras evitar el remate de la Casa Radical. Todavía dentro del macrismo, aspira a recuperar la “vocación de poder” y vencer al peronismo, pero lejos de Bussi.

Elías de Pérez, Lucho Argañaraz y José Cano. Foto: Twitter @SilviaEdePerez





"Vengo teniendo reuniones con todos nuestros referentes: me junté hace 30 días con (Sebastián) Salazar, la semana pasada con (Mariano) Campero, hoy con Silvia (Elías de Pérez) y José (Cano) y en estos días con Roberto (Sánchez) siempre y cuando lo permita la situación en Concepción. Vengo charlando con todos nuestros referentes, también nuestros legisladores y concejales, es una rueda de charlas a los fines de ir viendo cómo sigue este tema; teníamos la normalización a mano y nos agarró la pandemia. Si sorprendió al mundo, imaginate a nosotros".

Lucho Argañaraz, concejal de San Miguel de Tucumán por Vamos Tucumán e interventor de la UCR Tucumán, le explicó así a eltucumano los motivos del encuentro que compartió con el diputado nacional José Cano y la senadora nacional Silvia Elías de Pérez: los últimos candidatos a la gobernación de Tucumán del radicalismo se mostraron juntos nuevamente, esta vez con el interventor de su espacio, buscando brindar un mensaje de unidad puertas adentro del centenario partido fundado por Leandro N. Alem.

"No me causa gracia ser interventor", se apuró en aclarar Argañaraz, quien lamentó que la pandemia de Coronavirus le impidió seguir avanzando en su plan para "normalizar el partido antes de fin de año". "Queremos que el radicalismo se fortalezca y para mí es importante tener la opinión de todos para llegar a una interna, no importa cuándo, pero llegar con un partido sin grietas, unificado, que permita que la UCR se consolide como partido y fortalecer el frente Juntos por el Cambio", detalló.

Durante su gestión como interventor, Lucho Argañaraz consiguió impedir el remate de la Casa Radical Tucumán, la casona de calle Catamarca al 800 en la capital, previsto  para el pasado 6 de diciembre. "Estamos terminando de pagar en una semana la última cuota", acotó orgulloso de dejar "un partido libre de deudas" gracias al valioso aporte de muchos correligionarios que unieron fuerzas (y pusieron plata, claro) para salvar la sede.

"Falta la parte política", subrayó el concejal capitalino y advirtió que "hacer política hoy es irresponsable" pero que por su rol de interventor debe mantener estos encuentros con los referentes provinciales en el marco de la pandemia en pos de esa ansiada normalización partidaria. "Más allá de la pandemia y la preocupación que todos tenemos por la salud, los dirigentes y grupos internos piden elecciones; sabemos que no es el momento ahora, pero yo quiero dejar sentadas las bases de un partido que tenga vocación de poder", señaló al ser consultado por la "rosca radical".



Argañaraz destaca que, de manera virtual, se vienen realizando Conversatorios con los afiliados a falta de mitines políticos: por ese ciclo ya pasaron el legislador José María Canelada y Aurora Tata Pisarello para hablar sobre "Seguridad y Derechos Humanos - Policía/Gatillo Fácil" y este jueves será el turno del legislador José Ricardo Ascárate y el diputado José Cano. "En zoom encontramos la posibilidad de mantener el partido abierto en forma virtual" y desde allí "responder las dudas e inquietudes de los afiliados", apuntó.

La UCR Tucumán ronda hoy los 50 mil afiliados, a los que Argañaraz debe convocar a elecciones partidarias con 90 días de antelación: "hoy por la pandemia no tenemos fecha clara y estamos dispuestos a ayudar al Gobierno que son hoy los que manejan la cosa pública. En esta estamos todos juntos, no es momento de hacer política", insistió, y recordó el respaldo que los legisladores y concejales radicales han brindado en la Legislatura y los Concejos desde el inicio de la pandemia, o el trabajo conjunto de los intendentes de Yerba Buena, Concepción y Bella Vista con el Ministerio de Salud.

"No hay culpables del virus, pero de la inseguridad y la Justicia ya es otra la cosa", ironizó, marcando claras distancias del Gobierno de Tucumán. "La pretensión mía es dejar un partido normalizado, que lleguemos de la mejor manera a la interna, con códigos y reglas de juego claras; quiero fortalecer el partido para disputar el poder. Me gustaría dejar un partido que dispute el sillón, el premio mayor, y para eso falta diálogo y consenso", remarcó.

Esa UCR con vocación de poder hoy se mantiene dentro de Juntos por el Cambio y en ese sentido el interventor es contundente: "Somos un partido orgánico: la última Convención definió que se integre el frente Juntos por el Cambio y hasta que no haya una nueva Convención que defina la política de alianzas estamos dentro de este espacio más allá de los gustos personales: acatamos lo que resuelva la Convención Nacional y Provincial", enfatizó.

Al ser consultado por las reuniones que mantuvieron Campero y Sánchez con Ricardo Bussi, o el armado de CREO que encabeza hoy desde la Sociedad Rural Sebastián Murga, Argarañaz opinó que "ninguno tiene mordaza y cada uno tiene las reuniones que tiene y todos somos responsables de lo que hacemos". "Todo el espectro político del radicalismo sabe que esto se define por Convenciones y que actuamos en consonancia con lo que dicta el Comité Nacional. Puede haber acercamientos, todo... pero en el momento de la verdad, define el partido. Para eso estamos afiliados al partido", expresó.

"Falta un año para las elecciones nacional, no podemos adelantar nada. En el frente provincial hemos convivido con un espacio que tiene un pensamiento distinto como es Libres del Sur y lo pudimos hacer porque no somos un partido que cierra puertas, las abrimos y entra el que quiere entrar", analizó.

Sin embargo, rápidamente recalcó que "no haría alianzas políticas con una persona que reivindica el terrorismo de Estado y es funcional al Gobierno de turno desde que hace política. No hay elección que Fuerza Republicana no se presente a dividir el voto opositor para que sigan gobernando los mismos". 

En ese sentido, recordó el respaldo del bussismo en el Concejo capitalino a Carolina Vargas Aignasse en 2015, Armando Cortalezzi en 2017 y Fernando Juri en 2019: "Que yo sepa, son peronistas. Bussi dice que los combate pero los vota y hoy integra su mesa, lo mismo en la Legislatura en la mesa de (Osvaldo) Jaldo. En los hechos son funcionales al peronismo, la semana pasada votaron el pliego de (Facundo) Maggio. Es fácil decir soy antiperonista, pero hay pruebas contundentes de lo que hacen", remató, dejando en claro dónde estará su límite en pos de la unidad para enfrentar al gobierno provincial.

Así, bien lejos de Bussi y con todos los radicales adentro, Lucho Argañaraz seguirá de reunión en reunión buscando rearmar el rompecabezas del radicalismo tucumano, recuperar la mística partidaria, dejar atrás todas las internas (suena casi utópico, ¿no?) y poder volver a disputarle la gobernación al Partido Justicialista, que marcha invicto y triunfante con amplio margen en el Siglo XXI. El concejal e interventor apunta a que la intervención de la UCR sea sólo un mal recuerdo y, cómo hiciera Alem, dar por concluida su misión y pedir a los correligionarios "que se rompa, pero que no se doble".

 
El álbum de fotos de Lucho Argañaraz hacia la unidad radical:

Con el intendente de Bella Vista, Sebastián Salazar.
Protesta en Tribunales de referentes de la UCR Tucumán: en primera fila, el legislador José María Canelada; la diputada Lidia Ascárate; el propioArgañaraz; la senadora Silvia Elías de Pérez y el legislador José Ricardo Ascárate.
Con Elías de Pérez y su par concejal Agustín Romano Norri.
Con el intendente de Yerba Buena, Mariano Campero.
Elías de Pérez, Argañaraz y Cano.