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"No voy a comer hasta que me den el resultado del hisopado", amenaza el tucumano en Jujuy

ALERTA: PANDEMIA

Hace 21 días que Antonio Nieva permanece aislado en territorio jujeño. Luego de viajar hasta allí por trabajo, el Gobierno de esa provincia le aseguró que se contagió de Coronavirus. Días después dio negativo y ahora espera el resultado de una segunda muestra, que se encuentra demorada más de 48 horas. “Si salgo vivo va a ser un triunfo más grande que haber soportado el entrenamiento del Ejército”, señala.

Antonio Nieva, desde su encierro en Jujuy. (Foto gentileza de Antonio Nieva)





“Llevo muchos días acá”, se lamenta Antonio Nieva desde una habitación compartida en el hospital estatal San Roque, de San Salvador de Jujuy, capital jujeña. El tucumano oriundo de Tafí Viejo cumple este domingo 21 días de “aislamiento arbitrario”, como lo define él mismo, luego de padecer una serie de acontecimientos que denuncia a través de los medios de la provincia desde fines de junio, cuando comenzó a percibir malos manejos de parte de las autoridades sanitarias de la provincia que gobierna Gerardo Morales.

Actualmente, Antonio comparte la habitación con un hombre mayor de edad que no para de toser y que asegura ser el padre de uno de los dos policías contagiados de Coronavirus que obligaron a Jujuy a volver a la Fase 1 de la cuarentena. Está preocupado, ya que, aun conociendo las autoridades médicas el resultado de su último hisopado negativo, lo aíslan junto a un paciente que a simple vista presenta síntomas compatibles con COVID-19.

Habitación en donde permanece aislado Antonio Nieva, en Jujuy.-


“Acá me atendieron bien, pero estuve con tres muchachos que tenían síntomas y yo no tengo. Ahora hay un ancianito que está en diagonal a mí, son cuatro camas, y tiene todos los síntomas de estar enfermo y me dice que es padre de uno de los muchachos policías de acá de Jujuy que dieron positivo”, cuenta Nieva desde su encierro, con sensaciones encontradas y haciendo elucubraciones sobre las intenciones de las autoridades jujeñas. “¡¿Y si llegan más enfermos hoy?”, se pregunta.

El tucumano se encuentra hace más de dos días a la espera de un segundo hisopado realizado luego del que dio negativo, que a su vez fue cotejado con un examen de sangre que arrojó el mismo resultado. “A los siete días del primer test me hicieron las pruebas de hisopado, el jueves, y un análisis de sangre. Me dio negativo al otro día. Ellos debieron hacer una contraprueba y esa prueba debía estar dentro de las 24 horas”, señala.

Desde el hospital, médicos y enfermeros aseguran no contar con posibilidades para contactar al responsable de turno. Y desde el Comité Operativo de Emergencias (COE) jujeño, que también recibió las inquietudes de Nieva, le contestaron que la solución debía venir desde los médicos que lo atendieron. Ante esta situación de incertidumbre, este domingo a las 11, Antonio decidió tomar una decisión extrema. “Me trajeron la comida y les dije que no iba a comer, que iba a iniciar una huelga de hambre hasta que me traigan el resultado”, explica. Y agrega: “Me dijeron que los estoy perjudicando a ellos; estoy arbitrariamente hace un montón de días acá”.

Nieva ingresó a la provincia de Jujuy el 14 de junio. Desde entonces, pasó la cuarentena ocho días en un hotel donde le cobraban $1.000 por día, además de la comida que le enviaban del sistema sanitario provincial. Calcula que, hasta hoy, el costo total del aislamiento obligado le está costando más de $20.000 de su bolsillo, incluido el hisopado y examen de sangre que dieron negativo. Al noveno día fue trasladado por las autoridades gubernamentales a un hospital de campaña que, según el propio damnificado, parecía un “castillo de cartón”. “Yo estuve en un hospital donde me morí de frio, sin mínimas condiciones de higiene, no podía afeitarme ni bañarme, tenía la misma ropa de hace tres días, ya no me soportaba el olor”, recuerda Antonio, que ahora desde un hospital público replica la recomendación que una médica de esa entidad le hizo durante uno de los controles que le realizan diariamente: “Una doctora a mí me comentó que tendría que haberme quedado en el hotel donde estaba”.

“Necesito que me den el alta. Yo dudo que haya estado enfermo. No he tenido ningún síntoma y todos los controles que me hicieron ellos dieron normales. No me mostraron nada, me tenían que mandar el resultado del primer hisopado positivo al mail y lo único que me mandaron fue el CBU para que deposite $6.000 para pagar el último test”, reniega el tucumano aislado en Jujuy. “Seguro que va a ser negativo”, vaticina.

“Si salgo vivo va a ser un triunfo más grande que haber soportado el entrenamiento del Ejército”, bromea Nieva, quien durante la Guerra de Malvinas fue voluntario en la Armada Argentina, aunque no llegó a participar en combate. “La alimentación en el Ejército era mejor que acá. Yo soporté situaciones extremas, pero fue porque yo quise; es algo ilegal lo que están haciendo acá”, recuerda y recrimina a las autoridades jujeñas. “No les importa nada, somos números de documento, no somos nada, es una insensibilidad la que yo veo y una falta de humanidad”, concluye Antonio, a quien esperan su esposa y cinco hijos en la provincia, que también debieron padecer las consecuencias de su supuesto positivo en Jujuy, aunque ahora ya retomaron el curso normal de sus vidas.

Antonio Nieva seguirá esperando rodeado de cuatro paredes y un anciano que no para de toser el resultado de su último hisopado, el que significará su libertad. Hasta entonces, no comerá ni beberá nada. Ahora todo depende de las autoridades jujeñas.