Recomendaciones para gastar, ahorrar o invertir el aguinaldo

Estatales y privados, los argentinos que trabajan en relación de dependencia reciben, en junio y diciembre, un medio sueldo extra. En los tiempos que corren, algunos se sienten tentados por gastarlos y, los más temerosos, por guardarlos debajo del colchón. Sin embargo, las opciones son amplias.

Rodrigo García Monteros es Licenciado en Administración de Empresas y enseña a las personas que no son especialistas a ahorrar, gastar, invertir y trabajar el dinero. En esta ocasión, en comunicación con eltucumano.com, desmintió algunos mitos y recomendó qué hacer con este medio sueldo extra que llega.

Para invertir, por el monto, recomienda la compra de Lebac (Letras del Banco Central). “Tiene una tasa del 24% anual, aproximadamente un 8% más que un plazo fijo y mucho más seguro. La gente está acostumbrada y, por miedo, no hace cosas nuevas. Hace años que circula esta modalidad y muy poca gente la usa, a pesar de que es segura y redituable”, explicó el profesional. Además, aseguró, existen inversiones menos conservadoras a través de empresas inversoras que pueden llegar a redituar hasta un 80% anual.

Con respecto al dólar, comentó que las expectativas no son muy buenas. “Comprar la divisa sirve como ahorro pero no como inversión”, explicó.

Si hay algo que se necesita comprar con urgencia, el profesional recomienda pagar de contado o revisar bien las condiciones de compra, sobre todo el costo financiero. “La gente se fija si puede pagar la cuota, sin revisar si puede pagar los intereses. En algunos casos, se termina abonando el doble de lo que cuesta un producto porque hay locales que cobran un 100% de interés”, asegura.

En este sentido, recomienda aprovechar las cuotas sin interés o con un costo financiero entre el 0% y el 55%. Si los intereses superan esa cifra, es conveniente utilizar el aguinaldo para abonar de contado el producto deseado.

Por último, recomienda encontrar el punto justo entre el ahorro y el gasto. “Hay gente que no invierte, pensando en que no va a necesitar, y llega a los 80 con una jubilación mínima que no le permite vivir bien. En el otro extremo están los que no gastan por pensar siempre en el futuro, y terminan por no disfrutar lo que tienen hoy. Lo ideal es encontrar, a través del conocimiento y sin miedo, el punto justo entre la inversión, el gasto, el ahorro y el trabajo”, finaliza.