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La mujer que antes de morir dejó un mensaje de vida

Luto

Graciela Colombres Garmendia, la Gatta, falleció esta mañana a los 31 años. Tenía cáncer y lo supo enfrentar con esperanza: "Si hay algo que no te quita el cáncer, que parece que te quiere sacar todo, es el amor".




La mañana del viernes amaneció triste para buena parte de los tucumanos y tucumanas, quienes recibieron la noticia del fallecimiento de Graciela Colombres Garmendia, la Gatta, una mujer que antes de partir dejó un mensaje de vida y esperanza, respuesta al cáncer que cargó hasta su último día. Lo enfrentó con alegría.

A los 31 años, la Gatta, periodista y escritora de vocación, se despidió de la tierra donde cosechó muchos amigos que la recuerdan por su simpatía, buena energía y actitud positiva constante. La Gatta tenía muchas, muchas, ganas de vivir. Y ese fue el mensaje claro que dejó en sus palabras que, impresas o digitales, han de perdurar.

En el texto “Pesar, incertidumbre y posibilidad”, que publicó en la última edición de la revista Dixi, una de sus casas del periodismo junto a La Gaceta, narra cómo enfrenta a la enfermedad. En ese artículo muy íntimo, sensible y profundamente humano, dice:  

-“Y así, ya sea que transite por un océano de incertidumbres o un bosque de miedos, sigo adelante. Miedo sola porque sé que este es mi recorrido y miedo acompañada porque, si hay algo que no te quita el cáncer, que parece que te quiere sacar todo, es el amor”.

-”Hay que respetar los momentos. Los de ser héroes y los de ser cobardes. Los de controlar nuestros terrores y los de exteriorizarlos. Los de activarnos y los de descansar”.

-”No saber cuándo se va a acabar el dolor, si es que eso sucede, es tremendo. Otra vez la cabeza anticipa los pesares, y destruye sueños y proyectos. Otra vez hay que luchar en dos frentes, contra la enfermedad y contra una misma. Otra vez la incertidumbre”.

Sus ideas también quedaron plasmadas en la entrevista audiovisual publicada por el www.eltucumano.com. Se la puede ver relajada, entre risas y palabras, con sus ojos de aceituna: “La enfermedad te enseña a valorar las cosas súper elementales. No se si importantes, pero elementales, como que hoy hemos tenido un buen día; hemos estado sentadas en el sillón, tomando un té y lo hemos sobrevivido. Y al final del día decís: qué hermoso día hemos tenido”.  



También había dicho sin rodeos y con simpleza: "Cuando tenés cáncer, cualquier boludez se convierte en algo hermoso" 




Periodista de generación digital, los últimos meses prefirió los textos más relajados a inmediatez de las noticias en línea. Tenía una pluma amable, agradable; la de quien quiere contar sin concenver. Ella no necesitaba exagerar, ni fingir. Lo estaba viviendo.


Sus compañeros de redacción, amigos, amigas y familiares, la recuerdan con fotos, con sus textos y con algunas de sus frases en las redes sociales. Quizás un ratito antes de despedirse de ella por última vez en la Tierra. Su velorio es, desde este mediodía, en una de las salas del Cementerio San Agustín, al pie del cerro, en Yerba Buena. 

La redacción de www.eltucumano.com también la despide con el cariño y con respeto profesional que supo cosechar entre los colegas.