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"Tuve la suerte de cruzarme con buena gente en la vida"

HISTORIAS DE ACÁ

Lucrecia Jordanoff tiene 20 años, egresó como abanderada de su escuela y hoy estudia Administración de Empresas en la UNT. Su discapacidad nunca fue un impedimento.

Carlos Juárez y Lucrecia Jordanoff. Fotografía de Facebook.





Lucrecia Jordanoff tiene 20 años. Egresó de la escuela como abanderada y cursa actualmente el 2° año de la Licenciatura en Administración de Empresas en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). También trabaja como docente particular de alumnos de primario y secundario. Todo eso, sorteando los obstáculos que le plantea su discapacidad: nació sin brazos y con un acortamiento severo en la pierna derecha, que le dificulta moverse.

Sin embargo, gracias a la ayuda de su familia y de sus compañeros, su vida se hace más sencilla. “Mi mamá está en la casa para ayudarme a mí. Desde que me levanto me higieniza, me viste, me peina y me acompaña a la facultad”, explicó en una entrevista con eltucumano.com. Sus compañeros también fueron de ayuda, tanto en la escuela como en la facultad. "Tuve la suerte de cruzarme con buena gente en la vida", agregó. 

Ante la pregunta de si considera a su discapacidad como un impedimento, contestó: "Al contrario. Sí me costó en la adolescencia con las salidas, uno en esa edad se hace problema por cosas que no son, pero hoy entiendo cuáles son mis limitaciones y me esfuerzo para usarlas a mi favor”, confiesa. 

Otro de los pilares de su vida, además del estudio y el trabajo, es la religión (es catequista en la capilla de su barrio los sábados). "La religión me ayudó a superar muchas cosas, es una fuente de contención importantísima para mí", agregó.


Hacerse cargo

A raíz del pedido de su traumatólogo, Carlos Juárez, se acercaron a su casa funcionarios del Ministerio de Salud y de Desarrollo Social de la Provincia, además del diputado nacional Federico Masso y representantes del senador José Alperovich. “Es el Gobierno el que tiene la obligación de ayudar a la gente con discapacidad”, expresó, y agregó que “aún no hay nada concreto”. 

“Mucha gente ofreció dinero o mercadería, pero esas no son mis necesidades. Yo necesito ampliar mi casa para poder moverme con tranquilidad con mi silla de ruedas. También una silla a motor para independizarme, porque la que tengo no tiene motor y además tiene ya 7 años, está muy deteriorada”, explicó. También solicitó una fuente laboral segura, ya que (junto con su hermana de 22 años) son las que sostienen económicamente su hogar.