Top

La enfermera tucumana que curó a los soldados de Malvinas

ESPECIAL MALVINAS

Tras 35 años de silencio, Marcela Leonor Baldiviezo cuenta por primera vez lo que le tocó vivir durante el conflicto bélico de 1982.




A Marcela, de pronto, la voz se le entrecorta y su mirada naufraga en un mar de lágrimas. Lo que no logra decir es lo que ya no puede callar. Esa pena que ha envejecido dentro suyo por primera vez se vuelve relato y le tiembla en las palabras. Esa pena tiene ya 35 años y arrastra consigo el horror de una guerra y los estragos del tiempo. Marcela ahora respira profundo, buscando en su interior aire que alcance para impulsar su voz y conjurar el olvido. 
A comienzos de 1982, Marcela Leonor Baldiviezo soñaba con ser enfermera naval. Ese anhelo la llevó de su Villa Quinteros natal al Hospital Naval de Puerto Belgrano, en Punta Alta. Ahí, con sólo 19 años y siendo apenas estudiante de enfermería, su historia se cruzó con la faceta más dramática de la guerra de Malvinas. A Marcela,  le tocó asistir y curar a los soldados argentinos que regresaban heridos del frente de batalla en las islas. Su tarea consistió en aliviar las heridas físicas, pero también el espíritu de aquellos que habían vivido el infierno bélico en carne propia. Las esquirlas emocionales de esa guerra la dañaron también a ella. Al terminar el conflicto de Malvinas, las Fuerzas Armadas la dieron de baja. Sin embargo, su vocación fue mucho más fuerte y terminó convirtiéndose en enfermera.  
En 2015, la escritora Alicia Panero rescató en su libro Mujeres Invisibles las historias de decenas de mujeres que participaron del conflicto armado de 1982 asistiendo a los soldados heridos como enfermeras e instrumentadoras quirúrgicas.  Muchas de ellas, como Marcela, eran adolescentes que tuvieron que contener a los jóvenes soldados argentinos. Con la obra de Panero se conocieron por primera vez las voces de aquellas veteranas de Malvinas que habían sido olvidadas por los libros de historia y cuya existencia permanecía velada para toda la sociedad. 
El año pasado,  Marcela Leonor Baldiviezo recibió la Medalla del Bicentenario por su valor y coraje en la curación de los heridos de la guerra. Esta distinción le fue otorgada por Ángel Tello, Secretario de Estrategia y Asuntos Militares del Ministerio de Defensa de la Nación. Sin embargo, las veteranas de la guerra de Malvinas continúan reclamando reconocimiento de parte de las Fuerzas Armadas argentinas. Muchas de ellas actualmente se encuentran agrupadas en la organización Mujeres y Malvinas que conduce Claudia Patricia Lorenzini. 
Esta es la historia de Marcela contada en su propia voz: 

A Marcela, de pronto, la voz se le entrecorta y su mirada naufraga en un mar de lágrimas. Lo que no logra decir es lo que ya no puede callar. Esa pena que ha envejecido dentro suyo por primera vez se vuelve relato y le tiembla en las palabras. Esa pena tiene ya 35 años y arrastra consigo el horror de una guerra y los estragos del tiempo. Marcela ahora respira profundo, buscando en su interior aire que alcance para impulsar su voz y conjurar el olvido.

A comienzos de 1982, Marcela Leonor Baldiviezo soñaba con ser enfermera naval. Ese anhelo la llevó de su Villa Quinteros natal al Hospital Naval de Puerto Belgrano, en Punta Alta. Ahí, con sólo 19 años y siendo apenas estudiante de enfermería, su historia se cruzó con la faceta más dramática de la guerra de Malvinas. A Marcela,  le tocó asistir y curar a los soldados argentinos que regresaban heridos del frente de batalla en las islas. Su tarea consistió en aliviar las heridas físicas, pero también el espíritu de aquellos que habían vivido el infierno bélico en carne propia. Las esquirlas emocionales de esa guerra la dañaron también a ella. Al terminar el conflicto de Malvinas, las Fuerzas Armadas la dieron de baja. Sin embargo, su vocación fue mucho más fuerte y terminó convirtiéndose en enfermera.

En 2015, la escritora Alicia Panero rescató en su libro 'Mujeres Invisibles' las historias de decenas de mujeres que participaron del conflicto armado de 1982 asistiendo a los soldados heridos como enfermeras e instrumentadoras quirúrgicas. Muchas de ellas, como Marcela, eran adolescentes que tuvieron que contener a los jóvenes soldados argentinos. Con la obra de Panero se conocieron por primera vez las voces de aquellas veteranas de Malvinas que habían sido olvidadas por los libros de historia y cuya existencia permanecía velada para toda la sociedad.

El año pasado, Marcela Leonor Baldiviezo recibió la Medalla del Bicentenario por su valor y coraje en la curación de los heridos de la guerra. Esta distinción le fue otorgada por Ángel Tello, Secretario de Estrategia y Asuntos Militares del Ministerio de Defensa de la Nación. Sin embargo, las veteranas de la guerra de Malvinas continúan reclamando reconocimiento de parte de las Fuerzas Armadas argentinas. Muchas de ellas actualmente se encuentran agrupadas en la organización Mujeres y Malvinas que conduce Claudia Patricia Lorenzini.

Esta es la historia de Marcela contada en su propia voz: