De la Ilusión a la desilusión, de la injusticia a la dignidad: el año de San Martín
Balance Ciruja
Empezó primero, termina último. Fue al TAS y perdió. La pandemia golpeó duro a la Ciudadela que se mantuvo en pie de guerra, sostenida por el amor incondicional del Pueblo Ciruja que siempre tiene motivos para brindar.

Son las 12 de la noche, el 2020 transita sus primeros instantes, en un lugar cualquiera de la provincia, un tucumano levanta la copa, mira al cielo y le pide a Dios lo mismo de todos los años, con la mano libre se toca el escudo y promete “Santo, mi buen amigo, este año volveré a estar contigo”. Después sonará la Mona y nadie podrá imaginar el año que se está viniendo encima.
San Martín terminó el 2019 como puntero absoluto y así arranca el 2020. El equipo dirigido por Orsi y Gómez tiene pasta de campeón: cuenta con la valla menos vencida, está invicto de local donde solo recibió un gol, es el equipo que más goles hizo, tiene a uno de los goleadores del torneo y hasta el arquero la mete de vez en cuando.
Así arranca el año, bajo una lluvia torrencial el empate contra Almagro sabe a poco, pero no llega a causar preocupación. La mala actuación contra Dálmine asusta un poco, pero Imbert y Moreira devuelven la confianza en los últimos dos minutos, dando vuelta un partido inverosímil.
Se viene Sarmiento, el segundo que la pelea de cerca no da el brazo a torcer. Partido clave, la cancha explota un lunes a la noche y Pier Barrios abre el marcador, Purita lo cierra. Ronda de abrazos en el centro de la cancha, fiesta en las tribunas, la mona Jiménez en las calles del barrio, Walter Salinas en el vestuario local. ¿Cómo no ilusionarse con este San Martín?

Una semana después, Emiliano la acaricia con Amor y la manda aguardar en el arco que da contra la cancha de San Lorenzo. Triunfazo ante Riestra jugando mal, pero ganando, como siempre. Séptima victoria en condición de visitante en el mismo campeonato, iguala esa marca que solo había logrado en la temporada 89/90. Nadie podía saber que esa era la última alegría del año.
Ante Chacarita, tres tiros en los palos no fueron suficientes para ganar y sobre el final, el exceso de confianza impulsó al equipo hacia adelante, y una contra fulminante en tiempo adicional causa la primera caída en el barrio más popular del país.
Orsi y Gómez meten mano exageradamente y con 5 cambios salen a jugar en Adrogué. Partido chato, feo, que termina con 0 a 1. Dos derrotas consecutivas y Defensores de Belgrano se acerca. Esa misma tarde, Alberto Fernández sugiere a los argentinos quedarse en casa, a los tres días decreta la cuarentena obligatoria. El torneo se suspende y empieza una película de suspenso, que por momentos parecerá una comedia, pero terminará siendo de terror.
Los goles de Pons pasan a segundo plano, Gonzalo se encierra en su casa, igual que todos sus compañeros. El que sale a la cancha es el presidente Roberto Sagra que el 26 de marzo declara en Más Deportes que “Habría dos ascensos. No sé bien cómo se van a resolver. San Martín seguro, pero hay una pequeña disputa entre Atlanta y Defensores de Belgrano. Por suerte nosotros no estamos en discusión gracias a la buena campaña que estamos teniendo".
Al otro día todos lo dan por hecho “San Martín está Primera”, decían con más o menos palabras. La gente festeja en sus casas. El club saca un comunicado a través de Twitter negando completamente la noticia
“A modo de aclaración, el Club Atlético San Martín desmiente los rumores difundidos, y aclara que no hay ninguna decisión oficial al respecto del posible ascenso”.
Sagra empieza a subir el tono de sus declaraciones, y en el programa de Daniel Cacioli, Ascenso x3, despotrica contra varios de sus pares de otros clubes y acusa a Sergio Massa de meter la cola y evitar el ascenso que ya estaba acordado entre todos, para beneficiar a Tigre.
El 24 de abril la historia se repite, la espuma de rumores sobre el ascenso sube otra vez, todo el mundo lo da por hecho, lo dicen en Buenos Aires, en Tucumán y en todos lados. La gente vuelve a festejar en sus balcones, patios, veredas, es viernes y el cuerpo lo sabe.
El sábado el panorama vuelve a cambiar, Sagra vuelve cargar contra todos, la espuma de los rumores había bajado de nuevo. El ascenso volvía a escurrirse como agua entre los dedos.
Cuatro días después, desde AFA sacan el Boletín Oficial 5768 que determina la suspensión de la temporada, la supresión de los descensos, otorga las clasificaciones a las Copas Internacionales y posterga la definición de los ascensos para el segundo semestre y “en la cancha”.
El baldazo de agua helada termina de enfurecer a Sagra que promete ir hasta las últimas consecuencias, el juez Miguel Licht fogonea desde Villa Crespo. Empieza a sonar la palabra TAS.
El sábado 9 de mayo los otros 31 clubes de la categoría firman una carta de apoyo a Tapia y repudio a San Martín que queda solo.
El 19 mayo Chiqui Tapia es reelecto con el voto de Sagra que se justifica “voy a confiar en que el nuevo Comité Ejecutivo revierta la decisión”, en un guiño para una reconciliación que nunca se concretaría.
El 24 de mayo, el Pueblo Ciruja rompe la cuarentena y sale a las calles a defender a su club. Miles de hinchas que realizan una caravana desde la Roca y Pellegrini hasta el Monumento del Bicentenario. “Revolución Ciruja”, “Basta de AFAno”, “Achile Ladrón” y “Ma$$a Mercenario”, son algunas de las leyendas que se leen en las banderas.
La marcha de hinchas termina con una denuncia del Secretario Ejecutivo de AFA, Pablo Toviggino, en el Tribunal de Disciplina y en el Tribunal de Ética, Al día de hoy se desconocen ambas resoluciones.
San Martín acude al TAS, se empieza hablar de audiencias, de jueces israelíes, chilenos, colombianos. La espera es eterna, el orgullo crece, el Pueblo Ciruja está convencido de lo que hace. Lucha por una causa justa, sabe bien a lo que se expone, sabe que puede perder, incluso sabe que va a perder, pero quiere ganar o morir en el intento. Esto es San Martín, compadre.
La resolución llega en los primeros días de la primavera. El dos de octubre, cerca del mediodía, la noticia recorre celulares y en dos minutos, la ilusión del Pueblo Ciruja se convierte en calabaza, pero ¿Quién le quita la dignidad?
Es tiempo de rearmarse, habrá que jugar, se fueron 18 jugadores, algunos van a volver, otros ya firmaron con los enemigos. “No importa, estamos los que estamos, somos los que somos. Somos San Martín”.
Cuando se cumplían 52 años de su inauguración las torres de iluminación de la pellegrini son removidas y no soportan la primera tormenta. Se caen 24 horas después de ser colocadas en un nueva ubicación. Unas semanas después se montaron otras absolutamente nuevas.

Un mes después del revés del TAS, es 2 de noviembre, cada barrio de la provincia se viste de rojo y blanco para la vigilia Ciruja. Es el Año Nuevo Ciruja. Se festeja existir, se festeja sentir, se festeja vivir con la roja y blanca pegada al pecho. A las 12, la noche se ilumina de fuegos artificiales, algunas lágrimas se derraman, muchas botellas se descorchan, todos cantan. “Tomemos, somos San Martín”.
Unos días después, todos lloramos a Juan Brunet cuando el cielo se quedó sin entradas, y la Ciudadela sin uno de sus personajes más queridos. No es la única muerte que lamentamos este año, Hector Segura también se nos fue de manera injusta y dolorosa. Y tantos otros anónimos, pero no menos importantes.
El fútbol volvió un día, sin gente en las tribunas, la Ciudadela vacía duele tanto como los magros resultados de un equipo desalmado que en nada se parece aquel de antes de la pandemia y que no porta ni una gota de la sangre de sus hinchas. Todavía hay tiempo para la recuperación, por supuesto que el segundo scenso es, todavía, una chance concreta. El 2021 vendrá con esperanzas renovadas y con oportunidades de revertir este presente adverso. Ese camino se empezará a desandar recién mañana.
Hoy es el 31 de diciembre de un año difícil, el más difícil, tal vez. Pero en un lugar cualquiera de la Provincia, habrá quién levantará su copa, vaso o botella cortada, y se mirará el escudo, ese mismo que se tatuó Ester a los 75 años de edad, y dirá “Gracias a Dios que nací Ciruja”.
