PARANORMAL

Donde lo paranormal se multiplica: ¿Qué pasa en Lomas de Tafi?

Apariciones, ruidos extraños, sucesos aparentemente inexplicables: todo esto converge en un mismo punto de Tucumán. Testimonios, experiencias y confesiones en un solo artículo.

12 Abr 2025 - 21:09

Lomas de Tafí fue proyectado como el barrio más grande de Sudamérica. El ambicioso proyecto es un complejo habitacional habilitado en etapas desde fines de los años 2000, y construido por el Instituto de Vivienda de la Provincia. En total lo constituirán 5 mil viviendas, en un predio de casi 400 hectáreas.

Lo que nadie se imaginó, fue que en tamaño predio comenzaran rápidamente a converger coincidencias poco agradables para cualquier vecino. Fundamentalmente, historias y situaciones difíciles de asimilar o de explicar mediante la lógica.

No es un secreto para nadie que uno de los sectores que involucra el mega barrio, es testigo del terror más profundo que puede imaginarse Tucumán: el Pozo de Vargas, ese pozo de agua que fue utilizado como fosa clandestina por muchos años, y que al día de hoy sigue albergando restos de tucumanos y tucumanas desaparecidas durante la última dictadura militar.

En el año 2021, se hizo conocido el reclamo de un grupo de vecinos que se animaba a contar lo que venían sufriendo tras un posteo de una tucumana llamada Karen Rodríguez: “Buenas, soy del sector 18. Les hago una consulta (quizás para algunos medio estúpida), pero quisiera saber si alguien más tiene el mismo problema en su casa… Los ruidos, ruidos durante la tarde y la noche, golpes en la pared, sonidos de que se caen las cosas como mesas, sillas, de puertas que se abren, como si martillaran en la pared y pegaran piñas. Por las noches a partir de las 2 de la mañana los ruidos son mucho más fuertes. Quisiera saber si somos los únicos que pasamos por esto. Nuestro vecino también los escucha, (pensábamos que eran ellos primero, pero resultó ser que ellos pensaban que éramos nosotros). Les agradecería respuestas serias, ya que no pregunto en broma” decía la joven, reclamo que fue compartido por eltucumano.com. Rápidamente, decenas de personas coincidieron en que sentían los mismos ruidos molestos en sus propias casas.

Entre los relatos de los vecinos, muchos confesaron haber encontrado elementos que podrían deberse a trabajos de brujería, como velas consumidas o muñecos pinchados con alfileres. Tras la viralización de estos sucesos en el 2021, un arquitecto declaró para La Gaceta que hay una explicación lógica para los sonidos: “Cada material reacciona diferente a los cambios de temperatura en los sistemas constructivos que se utilizan para hacer viviendas. Vos tenés la chapa, por ejemplo, que es un gran conductor de calor: si la calentás, alza temperatura rápido, y si la enfriás, también lo hace a gran velocidad. El sistema constructivo de Lomas de Tafí y de muchos barrios consiste en una mezcla de materiales: hay ladrillos, revoque, cemento, algunos productos con capacidad de absorber y otros no. Los materiales ‘trabajan’, como se dice en el ambiente, es decir, producen dilataciones y contracciones. Entonces, si tenés mucho calor durante el día, la chapa se expande, hace ‘tac, tac’ y, cuando te acostás a la noche, sentís la retracción- Que la gente se quede tranquila, los ruidos existen y son propios del sistema constructivo que tienen -remarca-; no es un defecto de construcción ni una falla de materiales, sino una condición de estos”.

Sin embargo, los años transcurren y el terror se sigue apoderando de los vecinos, como si las cosas hubieran cambiado poco y nada. Isabel Argañaráz es una extrabajadora del parque temático Miguel Lillo en Lomas, y confesó lo que vivió durante el año que formó parte de su construcción en un detallado audio para Tucumán Paranormal: “Soy obrera de construcción y estuve trabajando por más de un año en el parque temático de Lomas de Tafí, el parque Miguel Lillo. Ahí, a la tarde noche, me ha tocado más de una vez quedarme hasta bastante tarde porque mi trabajo requería más tiempo, me tocó quedarme a esperar a los serenos. Muchas veces he visto a una persona con una capucha blanca sentarse en los ladrillos del fondo, donde ahora hay una pista de skate. Los serenos iban con las linternas, él se paraba y caminaba, y a mitad de camino desaparecía a la vista de todos, como atrás de un árbol” dijo la tucumana.

“Siempre aparecía de ese lado. A veces parado de espalda o de costado, pero siempre en el mismo lugar. En esa zona del parque se veían también como tres llamas, como si alguien hubiese hecho fuego. Vos te ibas acercando y se iban agrandando las llamas. A medida que te ibas acercando, se apagaban. Alumbraras al piso y no había nada. Eso antes era un campo de cañaverales” contó.

Y estas no son todas las experiencias de la obrera: “A la madrugada me tocó estar alguna vez cuando faltaba algún sereno. A la madrugada se veía una mujer de blanco que caminaba por el costado de la calle hasta la garita de la diagonal, se daba la vuelta y miraba. Tenía cabello largo y como un camisón. Al principio pensamos que era alguien esperando el colectivo o que estaba escapada. Pero al llegar a la garita, desaparecía. Aparecía por la punta del parque, caminaba por la orilla de la calle hasta la garita y ahí desaparecía. Estas apariciones eran diarias, era común ya. Inclusive en días lluvioso se veía. También había llantos de bebés de vez en cuando. O te golpeaban paredes de la oficina, ruidos rarísimos como de patadas. Siempre estábamos ahí con susto, pero al pasar el tiempo te acostumbrás a esas cosas. Se vieron siempre cosas y aun con la rotación de empleados todos veían cosas, hemos llamado alguna vez a la policía por ver gente dentro del predio y cuando venían, finalmente no había nada ni nadie” recordó.

Así se veía el parque Miguel Lillo durante su construcción.

Ariel es otro tucumano que recordó para Tucumán Paranormal hace algunas semanas otra situación que vivió en el barrio: “Esto ha sido un Día del Trabajador. Estábamos reunidos, salí a ver el auto de mi cuñado que quedó afuera. En lo que abro la puerta vi dos chiquitos riéndose. Me sorprendió por la hora de la noche, en un momento han salido corriendo, yo pensé que se habían escondido atrás del auto. Me fijé hasta abajo del auto y no estaban. Me sorprendió que se pierdan tan rápido. Eran las tres de la mañana, me pareció raro. Del 911 comentaron lo mismo que llamaron por estos chiquitos que aparecen a las 4 de la mañana, 5, la gente llama para alertar” recordó, aterrorizado.

“Comúnmente los vecinos cuentan cosas, hay sectores donde suceden más cosas. Hay casas que las vendieron porque no los dejaban dormir de noche. El sector que da más miedo es el 17 y el 18. Son los más apartados. Todo eso era cañaveral, como gran parte de Lomas. En el sector del Pozo de Vargas, el sector 6-1, por el Camino de Perú, suceden muchas cosas. Espantan mucho” opinó el tucumano.

Lo cierto es que nadie puede negar que en esta zona de Tucumán suceden cosas que cuesta mucho explicar. Los escépticos dirán que todo tiene explicaciones lógicas, o que en un lugar tan habitado como Lomas, es común ver gente en horarios nocturnos deambulando. Pero, quienes buscan explicaciones “fuera de la caja”, seguramente tendrán teorías un poco más elevadas para analizar qué es lo que realmente pasa en el barrio más grande de América Latina.

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