Literatura tucumana

“Obsidiana”, la novela de la escritora tucumana Verónica Barbero se presenta este domingo en el MUNT

“La obra tiene por protagonista a Fiorella, que por un lado tiene internado en un sanatorio a su padre violento y por otro lado está sumergida en una relación con hombres marginales que buscan aprovecharse de ella y de los que aprende las reglas de un mundo que no llega a entender”. Leé la entrevista exclusiva con la autora.

21 Jul 2024 - 11:33

Verónica Barbero. (Foto: gentileza de la Editorial Gerania).-

Este fin de semana Tucumán vivió una verdadera fiesta en el Festival Internacional de Literatura. Este domingo 21 de julio es el gran cierre y, en este marco, se presentará la novela Obsidiana a las 17 horas en el Museo de la Universidad Nacional de Tucumán (MUNT – San Martín 1545).

Obsidiana es una novela de la escritora tucumana Verónica Barbero. Se trata de la segunda publicación de la autora, quien previamente ha publicado la colección de relatos titulada Aquí se restauran niños y vírgenes por el sello Minibus en 2018. Este año la editorial Gerania de Tucumán ha decidido no sólo recuperar este primer volumen de cuentos de Barbero sino también editar esta nueva novela que saldrá a la venta en los primeros días del mes de Julio.

La novela cuenta con la edición literaria de Diego Font, y arte de tapa por Ximena Foguet. El libro será presentado en la VIII° edición del Festival Internacional de Literatura de Tucumán. Durante la charla Barbero estará acompañada de las escritoras y docentes tucumanas Silvia Camuña y dra. en Letras Verónica Juliano.

La obra tiene por protagonista a Fiorella, que por un lado tiene internado en un sanatorio a su padre violento y por otro lado está sumergida en una relación con Chuchu y los Muchachos de la Oficina, hombres marginales que buscan aprovecharse de ella y de los que aprende las reglas de un mundo que no llega a entender. Son años de especulación inmobiliaria, ley de divorcio, sectas religiosas que preparan el alma de los descarriados para la llegada del nuevo milenio, y de estrategias de marketing contaminando cualquier aspecto íntimo de la vida. Pero lejos de pedir ayuda, Fiorella logra abrirse paso hasta la mesa donde los hombres tejen acuerdos y logra armar sus propios negocios, descubre atajos y secretos que le permiten hacerse una vida distinta.

En el centro de todo hay un misterioso huevo negro de obsidiana, un amuleto que Fiorella atesorará entre sus piernas para sumarse también a un largo linaje femenino, el entramado de sangre que la empuja a seguir investigando las fuerzas que rigen el universo.

Fragmento de la obra:

Saca un frasco con pastillas de la guantera, toma tres, las apura con un trago de agua. Suena su celular, “Sí, sí mi amor, prepará algo para esta noche voy con Bob”. Hay una esposa. Se seca las gotas de transpiración que se deslizan por su cara, aunque hoy no hace calor. En una esquina nos espera Adela y dos chicas más. Somos las chicas de Joe Vitale lo que significa que los jefes de recursos humanos de varias empresas nos dejan pasar hasta el comedor a la hora del almuerzo. Las de otros bancos quedan en la portería, me hice amiga de muchas de ellas, descubrí un patrón común: todas con piernas en condiciones para la minifalda y todas divorciadas. ¿Será que la flamante ley de divorcio tiene la segunda intención de proveer mano de obra barata y desesperada a las grandes empresas?

Entrevista exclusiva con la autora:

- ¿Cómo se hace para darle un lugar a la escritura en medio de los compromisos laborales, familiares y de la vida en general? 

Tendríamos que reflexionar acerca de cómo se gana la vida un literato porque de algo hay que vivir. Creo que hay que hacer a un lado la noción romántica sobre la figura del escritor; el trabajo, las responsabilidades son parte de la vida de cualquier persona. La literatura se construye desde la vivencia, desde la observación. En mi caso estoy atenta a los momentos de extrañamiento, cuando alguien o algo se vuelve material literario por decirlo de alguna manera y enfoco mi atención en esto como si tuviera una cámara voyeurista. Estas interrupciones son las trampas al sistema con el que siempre una está en conflicto.  Salvando la distancia, pensemos en Rulfo, era vendedor de neumáticos y de sus viajes obtuvo la inspiración para sus dos libros.  

- "Obsidiana" es tu primera novela, y antes habías publicado un primer libro de cuentos. ¿Fue un desafío pasar de los relatos cortos a una narración más extensa?

Pienso que en el libro anterior, “Aquí se restauran niños y virgenes”,  hay una escritura más crispada, más concentrada. Hernan Sosa en una reseña sobre ese libro lo calificó como una protonovela. Tal vez salió así, porque sabía menos, había leído menos o porque los textos así lo demandaban. La mayor parte del tiempo hay cosas que no se sabe, se sabe que están por la ausencia en la superficie, solo se puede llegar por asociaciones. Tales asociaciones tampoco son verdades absolutas. Respeto esa incertidumbre, es mejor encontrar algo nuevo, que el lenguaje encuentre su fetiche. En el caso de la novela, aparece el huevo de Obsidiana que va marcando un sendero a transitar en eso nuevo.  Con los años una lee más, sabe más por lo que el oficio se vuelve más divertido. Puedo distanciarme del proyecto para ver qué de todo eso que sé elijo para la construcción. No pensé a priori que iba a escribir una novela, me di cuenta a mitad camino que estaba lidiando con algo distinto que mi libro anterior. Tuve el tiempo, la interrupción y el aislamiento necesario para trabajar ya que me mude y transite en Tafi la pandemia. La muerte es buena para la creatividad, crear algo se convierte en supervivencia.

- Tanto tu primer libro de cuentos como esta nueva novela se ocupan de personajes que deben atravesar las tramas ocultas de su familia. ¿La literatura es una forma de ajustar cuentas con el pasado?

Pienso en la escritura como juego erótico: tapo aquí, muestro allá. Sin darse cuenta una ingresa a ese universo con preguntas, no sé bien en que momento, algo empieza a funcionar. Tengo una serie de rituales, consultas al I ching para movilizar estructuras rígidas y entrar en el proceso desde un lugar nuevo.  En general los personajes, están inspirados en situaciones o personas reales, podría decir que se instala una ambigüedad moral acerca de qué utilizo y qué no ; me detengo más en las palabras, va más por ahí, sin renegar de la narración, pero no me centro en eso en el proceso de escritura.

- Los personajes centrales de Obsidiana  son Fiorella y las mujeres de su familia, sin embargo ninguna de ellas es precisamente una heroína. ¿Cómo describirías a estas muchachas?

Hay que situarlas en su época, Emma es una inmigrante que llega a la Argentina en 1880 y cien años después Fiorella la biznieta, trata de insertarse en el mercado laboral en pleno neoliberalismo en Argentina. Si entendemos una heroína como aquella que hace el bien, ninguna de las dos lo hace, tampoco Margarita que lo envenena al marido, ni ninguna de las otras mujeres que aparecen en la novela.  Fiorella se mueve constantemente como forma de supervivencia, así escapa a las embestidas del sistema; hay un juego de espejos con su bisabuela acerca de poner el cuerpo. A diferencia de Emma que solo espera, Fiorella trabaja y acciona. Es una mujer bisagra que utiliza también la magia, lo esotérico para hacerle trampa a un mundo con reglas que no entiende y que sabe que no están hechas para ella

- La novela se presenta en el marco del VIII° Festival Internacional de Literatura de Tucumán. ¿Qué nos espera en el evento de este domingo?

En el marco del FILT, un evento tan querido, daremos la bienvenida a Obsidiana ya  convertida en libro. Este evento es para dialogar, compartir, intercambiar, una invitación a que se acerquen a mi escritura con el acompañamiento de la dra. en Letras Vero Juliano y la escritora Silvia Camuña. Además contaremos con las majestuosas intervenciones audiovisuales de Ximena Foguet. 

Para conseguir el libro hace click acá y contáctate con la editorial.

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