HISTORIAS DE ACÁ

Fe y gratitud: el peregrino tucumano que recorre más de 200 kilómetros en silla de ruedas por la Virgen del Valle

La vida es un desafío que cada uno enfrenta de diferente manera. Algunos se conforman con lo que les toca, otros buscan cambiar su destino y otros se entregan a la fe. René Barrionuevo es un joven tucumano que sufrió un accidente que lo dejó en silla de ruedas, pero que no le quitó las ganas de vivir. Cada año, recorre más de 300 kilómetros para agradecerle a la Virgen del Valle por su milagro. Su historia es un ejemplo de superación, de valentía y de gratitud.

04 Dic 2023 - 20:24

Foto: Facebook de Hector Jose Barrionuevo

¿Qué tiene de especial la fiesta de la Virgen del Valle? ¿Por qué miles de personas se ponen en marcha cada año para llegar hasta su santuario en Catamarca? ¿Qué los motiva a dejar atrás sus comodidades, sus rutinas, sus problemas y sus alegrías para emprender un viaje lleno de fe, esperanza y amor? La respuesta no es única, ni fácil, ni simple. Cada peregrino tiene su propia historia, su propia razón, su propio agradecimiento. Cada uno es un testimonio vivo de la presencia de la Madre Morena en sus vidas.

Uno de esos testimonios es el de René Barrionuevo, el joven tucumano que desde hace once años recorre en su silla de ruedas los más de 200 kilómetros que separan su ciudad natal de San Miguel de Tucumán, de la capital catamarqueña. René no es un peregrino más, es un ejemplo de superación, de valentía, de gratitud. René le debe la vida a la Virgen del Valle, y él se la devuelve con su esfuerzo, su sonrisa y su mensaje.

A los 18 años, sufrió un accidente de tránsito que lo dejó parapléjico. Los médicos le dijeron que no volvería a caminar, que su vida cambiaría para siempre. Pero no se dio por vencido, ni se resignó a su destino. Con la ayuda de su familia, sus amigos y su fe, se propuso un desafío: llegar hasta los pies de la Virgen del Valle para pedirle por su salud y por la de todos los que sufren.

Así fue como en el año 2012, inició su primera peregrinación en silla de ruedas, acompañado por un grupo de personas que lo apoyaron en todo momento. Desde entonces, cada año, René repite la misma hazaña, con la misma ilusión, con la misma devoción. René no camina, pero avanza. René no corre, pero llega. René no se queja, pero agradece.

Este año, dio inicio la peregrinación el viernes pasado, justo al empezar el mes de diciembre. A lo largo de su travesía, el residente de Tucumán ha experimentado el afecto, el aliento y el respaldo de aquellos que lo saludan, lo abrazan, lo felicitan y le confían sus propósitos. Además, él mismo porta sus propias peticiones, las cuales comparte a través de sus redes sociales: "por la juventud, en contra de la droga y a favor de la vida", así como "por las personas con discapacidad".

Según sus familiares y amigos, que lo acompañan en esta peregrinación, René está cerca de cumplir su meta. Este lunes, cerca de las 17 horas, se aprestaba a subir la Cuesta del Totoral, para llegar a la localidad de La Merced. Desde allí, le quedan solo unos pocos kilómetros para llegar al santuario de la Virgen del Valle, donde podrá abrazarla, besarla y decirle nuevamente: “Gracias por salvarme la vida”.

René se cuenta entre los numerosos peregrinos que, como es tradición cada año, llegan a Catamarca en busca del encuentro con la Madre Morena. Como mencionamos anteriormente, cada uno de ellos lleva consigo su propia historia, razón y expresión de agradecimiento. Cada individuo representa un testimonio vibrante de la influencia de la Virgen del Valle en sus vidas. Son hijos amados por Ella, experimentando transformaciones y encontrando apoyo en la extensa travesía que han emprendido. Cada celebración en honor a la Virgen del Valle es única, moldeada por la singularidad de cada peregrino. De la misma manera, cada peregrino es único, marcado por la distinción que la Virgen del Valle imprime en ellos.








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