Efemérides

“Con la esperanza de mejorar su salud”: un día como hoy, pero de 1819, Belgrano llegaba a Tucumán

Aquejado de grave enfermedad, delegaba el mando del ejército en el General Francisco Fernández de la Cruz y se ponía en marcha hacia Tucumán.

11 Ago 2023 - 14:56

Manuel Belgrano, el creador de nuestra insignia patria: la bandera celeste y blanca, padeció distintas enfermedades a lo largo de su vida. En 1819, mientras era General en Jefe del Ejército, su salud se deterioró significativamente.

Belgrano, a partir de abril de 1819, estuvo afectado del pulmón y del pecho, y además del muslo y pierna derechos, por lo cual tenían que ayudarlo a desmontar del caballo. Las duras condiciones que debió soportar no favorecieron para nada su cura. En mayo de 1819 se instaló en Cruz Alta, localidad situada al sur de la Provincia de Córdoba, donde vivió en un mísero rancho, sin ningún tipo de comodidades, debiendo soportar la humedad y el frío. Al acercarse la primavera el ejército se trasladó a la Capilla del Pilar, sobre el Río Segundo, nueve leguas distantes de la ciudad de Córdoba. Belgrano fue atendido por el Doctor Francisco de Paula Rivero, quien diagnosticó una “hidropesía avanzada”.

A pesar de su enfermedad Belgrano no aceptó acompañar al gobernador de Córdoba, Doctor Manuel Antonio de Castro, hasta la ciudad de Córdoba, para ser atendido como merecía. Finalmente, sus males se agravaron y entregó el mando al general Francisco Fernández de la Cruz y partió hacia Tucumán, con la esperanza de mejorar allí su salud al cambiar de temperamento.

En nuestra provincia, había estallado un movimiento que derrocó al gobernador Feliciano de la Mota y Belgrano, a pesar de estar gravemente enfermo, fue apresado. Cuando Bernabé Aráoz se hizo cargo del gobierno lo puso en libertad. Luego de permanecer tres meses en Tucumán, se dirigió a Buenos Aires. En todo el trayecto no recibió ninguna hospitalidad por parte del estado. Le negaron auxilio los gobernadores Ibarra de Santiago del Estero y Díaz de Córdoba. Finalmente, llegó a Buenos Aires en los últimos días de marzo. Se instaló durante un breve lapso en San Isidro, para alojarse luego en la casa paterna. Allí fue cuidado por su hermana Juana y contó con la compañía de sus hermanos. El 25 de mayo dictó su testamento. Recibió las visitas de su antiguo soldado Gregorio Aráoz de Lamadrid y su amigo Balbín. Su médico el doctor Redhead lo asistió en su enfermedad y recibió, como testimonio de gratitud del prócer, el reloj y el carruaje que en vida acompañaron a Belgrano, quien al darle el obsequio expresó: “Estoy tan pobre que no tengo nada más para regalarle”.

El año 1820 fue el año de la caída de las autoridades nacionales, con la consecuente crisis política de gobierno y surgimiento de las provincias. El famoso día de “los tres gobernadores” en la ciudad de Buenos Aires, 20 de junio de 1820, a las 7 de la mañana falleció el General Manuel Belgrano. Sus últimas palabras fueron: “¡Ay, patria mía!” A pedido suyo, sus restos fueron sepultados en el atrio del Convento de Santo Domingo, cubiertos con los hábitos del patrono de esa orden. El lugar fue marcado con una sencilla lápida hecha con mármol de una cómoda que había pertenecido a su madre, con la inscripción: “Aquí yace el General Belgrano”. 

Fuente: “Manuel Belgrano, prócer de la independencia americana” de Norma Noemí Ledesma Investigadora Instituto Nacional Belgraniano.


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