De Aguilares al Teatro Colón, España y Nueva York. Formó a los mejores del mundo y nunca se olvidó de nuestra provincia. Los sentidos mensajes de Julio Bocca y Paloma Herrera.
Héctor Zaraspe durante su estadía en Madrid, en los años '50. Foto: EFE
Dolor en el mundo del arte: el tucumano Héctor Zaraspe, gran maestro de danza de varias generaciones de artistas, murió la noche del lunes en Nueva York a sus 92 años. Fue docente de la prestigiosa Juilliard School y les brindó clases privadas a figuras de la talla de Rudolf Nureyev y Margot Fonteyn. Nunca se olvidó de Tucumán.
Zaraspe nació el 4 de junio de 1930 en Aguilares, al sur de Tucumán. Desde los ocho se interesó por las danzas folclóricas y luego la danza española. Ganó una beca y se formó en el ballet clásico en el Teatro Colón, con maestros como Otto Weber, Esmée Bulnes y Gema Castillo, según repasó Clarín.
Se radicó en Madrid en 1954 y allí llevó adelante el proyecto del Liceo Coreográfico de Madrid. Dio clases a grandes bailarines españoles como Antonio Ruiz Soler, Antonio Gades, Luisillo y Luis Fuente, entre otros.
10 años después, un viaje junto a un ballet español lo llevó hasta Nueva York, y tiempo después se incorporó como docente de la Juilliard School, ubicada en Lincoln Square, en pleno Manhattan.
Allí conoció y se convirtió en el maestro privado de Rudolf Nureyev y Margot Fonteyn. Enseñó a otras celebridades del mundo de la danza como Olga Ferri, e impulsó la carrera de la joven Paloma Herrera.
Trabajó 35 años en Juilliard: desde 1998 se otorga el Premio Zaraspe, a la labor coreográfica más sobresaliente.
Zaraspe fue profesor del American Ballet Center e invitado del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón; fue instructor en el Metropolitan Opera, Teatro Colón, Hamburgo, Caracas y Ginebra; presidió jurados internacionales de danza y seminarios en Argentina, Brasil y Venezuela; creó el espectáculo Tango Passion, de gran éxito en todo el mundo.
En 1989 recibió un premio Konex y desde 1993 creó en Tucumán la Fundación Zaraspe, que busca talentos artísticos entre los niños que asisten a los comedores y escuelas rurales dela provincia, gracias a un acuerdo inicial con Naciones Unidas, que le permitía llevarlos a Nueva York para su perfeccionamiento.
Su delicado estado de salud lo llevó a pasar algunos días internado en el Memorial Hospital de Nueva York, de donde recibió el alta a fines de enero de 2023. A las 23.43 del lunes 13 de febrero de 2023, falleció en su casa de Manhattan, a los 92 años.
En las redes sociales fue recordado con cariño y admiración por Julio Bocca y Paloma Herrera.
Bocca expresó: "Su personalidad, su amor por el prójimo y la ayuda constante a la danza son parte del legado de este gran ser humano".
Así lo recordó Paloma Herrera: "Me vio en Buenos Aires y me dijo que si quería él organizaba para que me tomaran una audición, y a los 15 años entré en el School of American Ballet y mi vida cambió para siempre".