Sin salir de su casa en barrio Sur, junto a su novia Cocó superaron un difícil momento personal, pero al anuncio de la cuarentena le pusieron el cuerpo: "Desde las 7 hasta las 22 grabamos los videos y ya están disponibles. Es el momento de sacar al país adelante". La historia detrás de la pandemia que conmueve.
Cocó, Ruffina y Pablo.
Pablo y Cocó tenían fecha de casamiento en abril. Un amigo de Jujuy los llamó la semana pasada para preguntarles si todo seguía en pie. Pablo le dijo que sí. Para cerciorarse, llamó un día al dueño del salón y le dijo que sí. Al día siguiente lo volvió a llamar y le dijo que sí. Pero a la tercera vez que lo llamó, le dijo que no, que se suspendía. Y todos los planes de altar y fiesta se postergaron: “Nos dieron fecha para el 8 de agosto. Teníamos todo programado. Nos bajoneamos por la noticia, pero lo entendimos. Y ya veníamos golpeados porque falleció una tía muy querida la semana pasada”.
Pablo Sosa y Constanza Helguero viven en un departamento de barrio Sur. El jueves a la noche, como todo el país, escucharon al presidente Alberto Fernández anunciando la cuarentena obligatoria en Tucumán y en toda la Argentina: “Nos asustó mucho, al punto de llorar. Sentir esta incertidumbre, este miedo. Hasta que nos calmó mucho mi abuela. Se llama Teresa y es una persona sabia. Me dijo: ‘No tenés que tener miedo, esta es la voluntad de Dios, si vos creés en Dios, vamos a estar bien. Hay que poner todo en las manos de Dios. Claro que nosotros tenemos que poner nuestra parte. Pero cuando habló el Presidente, uno no es ajeno a las situaciones que se están viviendo. Y nos fuimos a dormir”.
Esa noche que se paralizó el mundo para cada uno de nosotros, Pablo le dijo a Cocó: “No nos podemos quedar de brazos cruzados”. Como le cuenta en este diálogo a el tucumano, ya venían pensando qué hacer para ayudar al otro: “Antes de la cuarentena obligatoria ya veníamos hablando: ‘Algo tenemos que hacer, algo tenemos que hacer’. Lo primero que se nos ocurrió fue hacer barbijos para repartirlos entre la gente. Consultamos a un amigo, pero no conseguíamos los materiales. Todo el tiempo pensábamos cómo podíamos ayudar. Para empezar, ayudamos quedándonos en casa sin salir de casa. Pero sentíamos impotencia. Sabíamos que podíamos hacer algo más”.
Y ese pensamiento tomó forma ayer viernes: Pablo es profesor de Educación Física, Cocó es fonoaudióloga y Ruffina la tercera integrante de la familia. “Le dije a mi novia: ‘Ya sé, vamos a hacer videos para ayudar a los chicos durante la cuarentena: 12 videos, uno para cada día hasta el 31 de marzo. Vos filmás y sos el público'. Los videos los grabamos en el departamento. Es muy lindo nuestro departamento pero no es muy grande. Entonces corrimos las sillas, la mesa, el sillón, la tele, sacamos todo al balcón y empezamos a grabar los videos. Son videos cortos para que los chicos hagan actividad física sin salir de sus casas durante la cuarentena. Elegí las 12 canciones que sé más les gustan, las adapté a mi gusto y filmamos. Estuvimos desde las 7 de la mañana hasta las 22 haciendo los videos. Solo paramos un segundo para comer”.
Algunos héroes no llevan capa. Eso está claro. Les alcanza con vestir una remera azul Adidas y un pantalón al tono. Y, claro, una compañera al lado para emprender juntos esta aventura que emociona al protagonista mientras lo cuenta y que ha conmovido a grandes y chicos, a todos: a la directora del colegio Santa María donde enseña, a las señoritas del jardín Caracol, a los terapeutas de los centros educativos terapéuticos Despertar y Acontecer, al amigo de Jujuy que vendrá en agosto para el casamiento, a la abuela Teresa, a la familia, a Ruffina, a todos quienes lo conocen.
“El lunes había mandado unos videos para mis alumnos del colegio. La directora me dijo: ‘Mirá, Pablo, es muy buena la recepción de los padres. Nos dicen que los chicos se están prendiendo con los videos'. Pero quería que llegara a más gente. Entonces entre las 7 y las 22 que grabamos los videos, puse el celular en modo avión, tuve que descargar videos familiares, algunas fotos, cargar el celular. El primer video fue el más difícil, salió todo espontáneo y quedó grabado: yo pregunto y los chicos del otro lado responden. Cocó era mi público. Se quedó callada al principio: ‘Cocó, decime algo’. ‘Es que te estaba filmando’, me respondió. Muchas veces nos tentábamos y teníamos que volver a empezar. En un video pasa Ruffina. Escuchábamos al vecino de abajo matándose de la risa. Pero le agarramos la mano a los videos, le pedí a una amiga que me ayudara a subirlos y ahí están: disponibles para todos”.
Encendida la cámara, Pablo da el saludo inicial y arranca cada video pensado para cada día. El formato es así: 12 videos, uno por cada uno de los 12 días hasta que termine la cuarentena obligatoria: “¡Hola, familia! ¿Cómo están? Hoy vamos a empezar con ‘La araña cha cha cha’. Tiene que ser con toda la fuerza y toda la alegría”. O en otro video propone: “Vamos con una canción de adivinanzas: ‘Amiguito te quiero preguntar, de acuerdo a la reina, ¿cuál es el animal?”. O hace trucos de magia con “Palo, palito”. O un clásico: “Soy un cocodrilo y un orangután. Una pícara serpiente y un águila real. Un gato, un topo y un elefante loco, que le patina el coco y sale andar en moto".
Subidos los videos y los ejercicios, las repercusiones han abrumado al Profe Pablo: “Me escribió gente de todas partes: desde Jujuy hasta Tierra del Fuego. De Salta, de Santa Cruz, lógicamente la mayoría de Tucumán. Me pedían que se los pasara por mail, otros por WhatsApp. Este sábado me desperté a las 8 de la mañana y recibí mensajes de profesores a los que admiro. Era esta la idea de poder fomentar. El mensaje que queremos dar es: ‘Ayudemos en este momento. Podemos hacer algo. Hay que ser creativos, desde el corazón, no quedarnos quietos, quedarnos en nuestras casas, pero fomentar la creatividad del otro. Quiero ayudar. Me hace muy bien ayudar. Recibí mensajes que me tocaron el alma: casi me largo a llorar, temblé. Esto es lo que quería. Mensajes como: ‘Gracias, Profe, mi hijo no sabía qué hacer’, ‘Tengo a mi hijo que está bailando con vos’, ‘Profe Pablo, mi hijo no deja de mirarte’, ‘Mi hijo quiere ser como vos’. Son huellas que dejan marcas”.
La alegría que sienten Pablo y Cocó ha traspasado las fronteras y ha dejado atrás la cancelación de la boda: “También teníamos los pasajes. No conocíamos Bariloche y para ahí nos íbamos de luna de miel. No pudimos reprogramarlo y perdimos los pasajes. Veníamos con esos golpes bajos, pero somos muy creyentes en las manos de Dios y sentimos que este es el momento donde las personas nos tenemos que unir, dejar las diferencias de lado, dejar el egoísmo y sacar adelante al país. Cada uno desde su lado. Nosotros con los videos para que los chicos hagan gimnasia y se diviertan en sus casas durante este tiempo. Veremos cómo responden los grandes. No sabemos si habrá una segunda parte para los padres o los abuelos. Si lo piden, aquí estamos”.
Aquí todos los videos del Profe Pablo en su post original en Facebook: