HISTORIAS DE ACÁ

Jugar a las escondidas bajo la lluvia: así se divierten un abuelo y su nieto

José tiene 82 años y Bautista solo 9. Cuando se trata de un gesto de amor, la edad ni el clima importa. En pleno centro tucumano, se divirtieron como chicos. VIDEO

21 Feb 2020 - 21:00

Jugar bajo la lluvia, una de las cosas más lindas de la infancia. Imagen ilustrativa.

Esta es una historia sencilla. Los protagonistas son un abuelo de 82 años que se llama José y su nieto que se llama Bautista de 9. El video que protagonizan dura apenas 15 segundos, pero el detrás de escena revela un Tucumán que ya no se ve tanto, cuando la calle era el único lugar para jugar hasta que las madres cantaran nuestros nombres porque ya estaba la comida lista.

Voces como la de doña Imelda, la compañera de vida de José y la abuela de Bautista, quien cierra los ojos por un segundo, recuerda su propia infancia, jura que no importaba si las calles fueran de tierra o de asfalto, que hiciera frío o calor, ni siquiera que lloviera un poco: jugar, jugar y jugar era lo único importante después de hacer la tarea.

Ahora Imelda vuelve a abrir los ojos y relata: “Siempre juegan. Cuando vi el video me emocioné mucho porque es como puso la chica que lo subió: ‘se divierten como dos niños’. Hace 54 años que estoy con mi marido. El video es aquí al frente de la marroquinería que atendemos desde el 94”.

El video en cuestión es el que se ha viralizado esta semana: transcurre sobre calle San Juan al 700: el abuelo José y Bauti juegan a las escondidas bajo la lluvia en pleno centro de Tucumán. El abuelo José se esconde de su nieto detrás de las columnas de Osecac. Su nieto lo ha descubierto y cuando lo encuentra corre a tocar la pared mientras los taxis siguen su rumbo, las personas reniegan porque el colectivo no llega, todos caminan apurados para no mojarse menos una persona que registra la pausa simple y lúdica entre tanto ruido.

La escena transcurre, como decía Imelda, frente a la marroquinería Veliche de San Juan 787 donde se hacen arreglos de bolsos, carteras, valijas y cambios de cierre en general. Y la marroquinería es un escenario donde también el abuelo José juega con los nietos más chicos que Bautista: “Aquí hay un montón de valijas y es el escondite perfecto: los nietos amontonan tres o cuatro valijas y mi marido los busca. Todos los chicos que pasan lo saludan y la gente lo quiere mucho”.

También el abuelo José juega a juegos más modernos como el de la botella con agua que se la hace dar una vuelta en el aire y gana el que la haga caer parada: “Tiene sus ñañas José, pero mantiene el espíritu de un niño. Nuestros hijos también lo inculcan a sus hijos: juegan a las escondidas, a la pilladita, a la pelota. Nosotros vivimos en el barrio Terán y mis hijos en la Jujuy al 3300".

"Ahora que nuestros hijos han crecido a los abuelos nos toca jugar con los nietos. Es como dicen los hijos: cuando crecen, te abandonan. Es la ley de la vida”, se despide Imelda, a quien le llegó el video a través de su nuera: “Hay muchas cosas que se han perdido, pero los juegos siguen siendo los juegos: a mí me encanta el mercadito. Y cuando era chica siempre jugaba a la rayuela: tiza sobre la vereda, piedrita en mano y a los saltitos. Así de simple”.


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