OPINIÓN

La sensación de la calle: “Algo raro pasa en Tucumán”

La provincia vive días agitados donde no paran de sucederse hechos que sacuden el clima que respiramos: paros, sentencias, accidentes, muertes, incendios fatales durante la noche y suicidios a plena luz del día en el microcentro. ¿Qué es?

19 Mar 2019 - 20:14

El color de las sirenas de las ambulancias 107 en Tucumán. La foto es de Agustina Nieva.

Hasta la lluvia torrencial que en estos momentos está cayendo (y en otros momentos nos hubiera generado alivio) ahora nos lleva a pensar en el sur de la provincia, en que ojalá no caiga tanta agua, no sea cosa que el drama de las inundaciones vuelva a empaparnos. Haya sol o truene, el clima que se respira en la calle en los últimos días es el que ninguna sensación térmica es capaz de contar: “Algo raro pasa en Tucumán”. ¿Qué cosas? Veamos.

No es habitual que en cuestión de horas o días, paros, sentencias, accidentes, muertes, incendios y suicidios se sucedan uno tras otro. Lo hablamos en la redacción y hay quienes sostienen que el derrotero de malas noticias comenzó con la muerte de doña Sara Figueroa, natural en una señora de su edad si se quiere, pero que no dejó de enlutar a la provincia aquel viernes 22 de febrero. Otros quienes apuntan a la malaria por la plata que no alcanza y encima a pie por el paro de colectivos.

Hablamos de climas, de caras largas, de semblantes caídos, de gestos adustos, de luces y sombras que ocuparon la atención nacional con la sentencia del caso Lebbos y un día después con la marcha multitudinaria hasta que en marzo los ojos del mundo se posaron sobre Tucumán y el caso “Lucía”, en la dilación en la implementación de la ILE, en los días y noches de bronca, angustia, impotencia y la muerte de la beba nacida prematura a los cinco meses.

No hay relación (¿o sí?) en los tópicos que han ocupado los temas de agenda, embadurnado las tapas de papel, saturado las pantallas de tu celular, pululado en comentarios, reacciones, y gritos al cielo como lo que sucedió después de ese fin de semana cuando un lunes a la noche (un lunes a la noche) las sirenas de las ambulancias del 107 empezaron a querer avanzar por la 25 de Mayo enteradas de lo que acababa de suceder: durante la cuarta canción de su recital Sergio Denis había dado cinco pasos hasta el escenario, uno más de espalda y cuando quiso reaccionar ya estaba cayendo cuatro metros hasta el foso del teatro Mercedes Sosa.

Así los ojos del país volvieron a centrarse en la provincia con un traslado descomunal de medios de comunicación, móviles en vivo a cada minuto, cruces entre los familiares del cantante y el administrador Armisén, cadenas de oraciones, 48 horas críticas, la noche que no respondió a las medicaciones y un país en vilo con centro en el Hospital Padilla desde hace ocho días.

El último fin de semana el plano deportivo y social estuvo marcado por el descenso de San Martín y el dolor que eso genera para una gran parte de la provincia y la cargada aceptable de los hinchas de Atlético hasta cierto punto, no así como cuando cuelgan un maniquí ahorcado de un puente en la avenida Mate de Luna con la camiseta roja y blanca provocando el morbo de los automovilistas que lo festejaban con sus celulares y la indignación de los que no.

Esa “intervención” callejera sucedía a unas cuadras de un edificio que se incendiaba en Salta al 700 también un lunes a la noche cuando, por causas que investiga la Justicia, el primer piso contrafrente con decenas de sirenas verdes, rojas y azules, escenas dramáticas en otra avenida cortada por la Policía, personas mayores trasladadas en camilla, niñas llorando por su mascota, una rápida intervención de las dotaciones de bomberos que controló el problema, pero que no pudo evitar el fallecimiento esta mañana de una mujer de 64 años, una de las primeras que había sido trasladada de urgencia también al Padilla.

La catarata de sucesos trágicos continuó esta mañana cuando otra vez el microcentro tucumano fue escenario de una escena terrible: una mujer, a plena luz del día, mientras pasaban autos, motos y transeúntes, puso fin a su vida tirándose, arrojándose por el balcón y sembrando la tristeza y la conmoción en la primera cuadra de la calle 9 de Julio. Decenas de testigos también sacaron sus celulares para registrar el terrible momento hasta que un policía los encaró hasta la valla perimetral pidiéndoles respeto: “Por favor, señores, no hay nada que ver aquí, guarden sus teléfonos por favor”.

En fin, señoras y señores: hechos, accidentes, siniestros y sucesos que justamente se suceden con la fuerza del agua que cae esta noche en la provincia y una sensación que flota en el ambiente y lo dicen los taxistas, los empleados de comercio, los y las que caminan por las mismas calles: “Algo raro pasa en Tucumán”. ¿No?
  

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