Un informe revela que, dentro de la Argentina, los tucumanos son unos de los mayores consumidores de contenidos pornográficos. Sin embargo, solo un 23% del total son mujeres. ¿Qué sucede en Tucumán?
Fotografía ilustrativa.
De cada cuatro personas que exitan frente a la pantalla, una es mujer. Y en Tucumán también.
Un informe de la página web pornográfica PornHub reveló que la Argentina está en el puesto n° 18 de visitantes. En promedio, un usuario argentino pasa ocho minutos y 32 segundos conectado. Sin embargo, algunos pasan más tiempo: es el caso de los salteños, los porteños y (en tercer lugar) los tucumanos.
De los usuarios, solo el 23% son mujeres, registrando una gran preeminencia masculina en el consumo de este tipo de contenidos audiovisuales. Al respecto, nos preguntamos: ¿cómo viven su sexualidad las tucumanas?, ¿las tucumanas miran porno?
La respuesta es sí, pero depende del sector social y de la edad, dice en esta entrevista Analía Lacquaniti, psicóloga y sexóloga, secretaria de la Asociación Argentina de Sexualidad y Educación Sexual (AASES).
Los consumidores de producciones pornográficas son, en su gran mayoría, hombres. ¿A qué se debe este comportamiento?
Los sexólogos plantean -siempre en términos generales porque no existen las leyes exactas cuando de comportamiento humano se trata- que los estímulos que generan placer en los hombres tienen que ver con la vista y el tacto, los dos sentidos más sensibles para ellos.
Es por eso que la pornografía en general está orientada al público masculino heterosexual. Allí se ve, sobre todo, el disfrute de la mujer desde un ángulo determinado, muy visual. También muestran hombres con penes grandes, un deseo más del hombre (de poseerlo) que de la mujer, ya que las mujeres aseguran que el placer no tiene que ver exclusivamente con el tamaño.
El órgano sexual primordial de la mujer, por el contrario, es el cerebro: la excitación tiene que ver con la imaginación, el pensar, el sentir, también con el oído y el olfato. En este sentido, la pornografía tradicional no está pensada para mujeres, a pesar de que hay audiovisuales (menos difundidos) pensados para el género femenino, en el que se cambia el enfoque del acto sexual y tienen prioridad otros detalles como la música, el ángulo de filmación, el objeto del deseo.
¿Cómo vive su auto-sexualidad una mujer hoy en día?
Todo lo que tiene que ver con los medios, el cine, la publicidad, en general posiciona a la mujer como objeto de deseo: para vender un auto, un desodorante, una cerveza.
En los últimos tiempos, no obstante, se ha empezado a pensar en la mujer como proveedora de su propio placer, se trata la temática en los grupos sociales jóvenes y parcialmente en los medios. Tanto con la masturbación como con las parejas temporales, el “touch and go”, la cosa así nomás, que si lo pensamos en profundidad es como auto-placer pero con un otro.
Hay una tendencia mundial de mayor libertad y apertura, sobre todo en generaciones más jóvenes, se vive y se habla de la masturbación tanto femenina como masculina como algo habitual.
¿Y cómo es la situación en Tucumán?
A pesar de que existen ciertos intentos por generar igualdad de condiciones entre ambos géneros, aún hay resabios conservadores. En algunos casos hasta de hablar o educar en el sexo. Pero sobre todo en las sociedades machistas, la sexualidad femenina es negada o reprimida.
A medida que vamos creciendo, se nos imponen reguladores psíquicos (pudor, asco, vergüenza) que tienen que ver con cada sociedad. Las orientales tienen más represiones corporales, mientras que las occidentales menos. Ni hablar de las latinas, mucho más abiertas sexual y afectivamente.
A pesar de esta apertura, dentro de Argentina Tucumán es uno de los sectores más conservadores. Yo lo viví mientras trabajaba en el Programa de Educación Sexual Integral, del sector público: en una reunión de representantes de todo el país, era notable cómo el programa tenía mucha resistencia dentro del norte. Habitamos provincias más cerradas, religiosas, con niveles importantes de machismo.
Entonces, ¿cómo viven las mujeres tucumanas su sexualidad?
Esto depende del sector social en el que habite y de la edad que tenga. En generaciones más adultas y de estratos sociales más religiosos, conservadores o machistas, viven con mucha represión: no se ve pornografía, no hay auto-placer, o al menos no se habla de ello.
Sin embargo, en edades más jóvenes y espacios con mayor apertura, hay una gran aceptación de la sexualidad femenina. Es allí donde el auto-placer y, por ende, la pornografía, dejan de ser un tabú o un patrimonio exclusivo de los hombres.