FALTA 1 FECHA

Video: el plantel del Santo festejó con los hinchas en las calles de Ciudadela

San Martín es un canto a la ilusión y los fanáticos se treparon al micro de los jugadores, llovió cerveza y Bieler y Matías García recibieron el último pedido cara a cara. Imperdible.

21 Abr 2018 - 19:29

Matías García no se aguantó más y sacó medio cuerpo para sumarse a la fiesta.

El chofer de esta ilusión se llama Juan Carlos. Ya está al volante del colectivo especial que traslada los sueños del plantel de San Martín desde que empezó el campeonato. Después del gran triunfo, es un colectivo que se prepara para dar el último viaje desde el estadio a la concentración. Porque aquí, en las calles de Ciudadela, nadie piensa en volver a verse las caras para jugar por el Reducido ni qué ocho cuartos. Lo dicen los hinchas que, como pasó contra Agropecuario, frenan la marcha del micro en la Bolívar y la locura se apodera de todos.

Despacito, primero, como canta Nacho Arce, se mueve el micro mientras pasa cerca de los hinchas hasta que uno se trepa a la puerta trasera y le grita a Serrano: "¡Roly! Hablala a la Gladys!". Y se sube uno más changuito con el celular y toda la ilusión prendida para cantar: "¡Oh..! ¡El Santo va a volver! Va a volver... Va a volver... ¡el Santo va a volver!"

El colectivo ya se para y las ventanillas cerradas de los jugadores empiezan abrirse: empiezan a volar las gotas de cerveza, le quieren acercar una Iguana descartable al Taca Bieler que la agradece y se las devuelve, pero el canto ya es ensordecedor: "¡San Martín! ¡Es un sentimiento! ¡Que se lleva, se lleva bien adentro! ¡A lo Santo lo sigo adonde sea... ¡Soy Ciruja! ¡Hasta que me muera!"Y vamo' Ciudadé, que vamos a volver... ¡Y vamo' Ciudadé, que vamos a volver!"

Taca saca la cabeza para escuchar el pedido, el ruego, con las voces gastadas de tanto aliento, casi al borde del llanto, de la emoción que genera en Ciudadela todo este momento, sentirse a las puertas del ascenso directo a Primera: "¡Los últimos huevos, por favor! ¡El último favor! ¡Por favor se los pido!", gritan los hinchas, mientras uno de gorra verde mete medio cuerpo por la ventanilla de Esteban Espíndola.

Pero es cuando los jugadores escuchan el grito que más les gusta escuchar, el que "Gracias... a los jugadores... los huevos que ponen para ser campeón... Eso... Eso no se olvida, lo dice la hinchada con el corazón", y ya Matías García, que la rompió toda hace unos minutos en la cancha, que trata de mantener la mesura imposible de mantener a esta altura del campeonato, Caco, el 10, el crack, el dueño de la ovación de la tarde todavía tiene aire y saca el cuerpo y agita los brazos con Busse y hay hinchas que se abrazan entre ellos, uno que se quiebra, otro que fondea para tragar la emoción, y un aplauso cerrado para despedirlos hasta que vuelvan a encontrarse en los entrenamientos previos a la final contra Brown, y al viaje a Adrogué, donde todos estos sueños pueden llegar a convertirse en una hermosa realidad.


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