Las filiales de Tucumán, Mar del Plata y Mendoza repudiaron la decisión del gobierno nacional de exhibir en la ex ESMA el avión usado para concretar los "vuelos de la muerte".
Madres de Plaza de Mayo de Tucumán, de Mendoza y de Mar del Plata repudiaron este fin de semana la decisión del gobierno nacional de repatriar el avión de la Prefectura Skyvan PA-51 para ser exhibido en las instalaciones de la ex ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada). En esa aeronave, un 14 de diciembre de 1977 a las 21.30, trasladaron contra su voluntad a doce militantes que habían sido secuestrados la semana anterior, entre ellos, tres Madres de Plaza de Mayo y dos monjas francesas, que fueron desaparecidas mediante la modalidad conocida años después como "vuelos de la muerte". Esas integrantes de Madres eran Azucena Villaflor de De Vincenti, Mary Ponce de Bianco y Esther Ballestrino de Careaga.
"Las Madres rechazamos y repudiamos que el avión desde el cual nuestras tres compañeras fueran arrojadas vivas a las aguas luego de ser secuestradas por la dictadura genocida sea repatriado desde Estados Unidos y llevado para su exhibición en la ex-ESMA", rechazaron Madres tucumanas mendocinas y marplatenses la decisión del gobierno nacional. En cambio, dieron a conocer una nueva propuesta para la aeronave: "En vez de exhibirlo como un trofeo de la memoria, queremos que se funda su hierro para convertirlo en un Pañuelo Blanco gigante, que honre nuestra lucha".
Hace tres años, tres mujeres comenzaron una misión para recuperar el Skyvan utilizado para arrojar al agua a un grupo de militantes que se reunían en la Iglesia de la Santa Cruz. Taty Almeida, líder de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, se embarcó en esta búsqueda junto a Cecilia De Vincenti, hija de Azucena Villaflor, y Mabel Careaga, hija de Esther Ballestrino de Careaga. Finalmente, en enero de este año, recibieron la confirmación de parte de Massa de que el Estado argentino repatriaría el avión.
Se ha informado que el Skyvan iniciará su camino de regreso a Argentina el próximo sábado, aunque aún no se ha confirmado la fecha exacta de llegada. Debido a que se trata de una aeronave antigua con una autonomía de vuelo limitada a cuatro horas y restricciones en ciertas condiciones climáticas, el viaje tomará varios días. Una vez en el Aeroparque, se llevarán a cabo los últimos trabajos de acondicionamiento antes de que sea trasladado al Espacio Memoria y Derechos Humanos, antigua ESMA, donde quedará como un símbolo del "Nunca Más".
En 1971, la Prefectura Naval Argentina incorporó cinco aviones Skyvan a su flota: PA-50, PA-51, PA-52, PA-53 y PA-54. Durante los años de la dictadura, cuando la Prefectura estaba bajo el mando de la Armada y sus aviones y pilotos estaban disponibles para su uso, todas estas aeronaves estuvieron operativas. Durante la Guerra de Malvinas, dos de ellas, PA-50 y PA-54, fueron destruidas. Las tres restantes fueron vendidas en 1994 a CAE Aviation SRL, una empresa con sede en Luxemburgo.
La búsqueda del avión fue impulsada por el fotógrafo italiano Giancarlo Ceraudo y la periodista argentina Miriam Lewin, quien también es sobreviviente de la ESMA. En 2010, descubrieron uno de los Skyvan en Fort Lauderdale, Florida. Había sido adquirido por GB Airlink, una compañía de transporte aéreo de carga. Al encontrar la aeronave, también encontraron los registros de vuelo. Estos documentos revelaron, por ejemplo, el vuelo que se realizó el 14 de diciembre de 1977, cuando los secuestrados de la Iglesia de la Santa Cruz fueron sacados del campo de concentración de la Marina.
En 2017, el Tribunal Oral Federal (TOF) 5 determinó que ese avión fue utilizado para desaparecer a las Madres de Plaza de Mayo y a las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet, entre otros. A partir de esa sentencia, Mabel Careaga y Cecilia De Vincenti comprendieron la importancia de recuperar el avión, ya que fue el último lugar donde vieron con vida a sus madres. Los cuerpos de Azucena y Esther fueron identificados en 2005 gracias a los esfuerzos del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Lo mismo ocurrió con el cuerpo de María Eugenia Ponce de Bianco, la tercera integrante de Madres de Plaza de Mayo, y los restos de Ángela Auad y Leonie Duquet.
Gran parte de la información sobre los vuelos de la muerte pudo reconstruirse a través de las planillas de vuelo proporcionadas por la Prefectura durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y analizadas por la Unidad de Coordinación de causas de lesa humanidad de la Procuración. En general, estos vuelos se realizaban durante la noche y tenían una duración superior a las dos horas y media. Según los registros, los Skyvan realizaron 53 vuelos nocturnos en 1976, 64 en 1977 y 94 en 1998. El único vuelo que se clasificó como "navegación" fue el del 14 de diciembre de 1977, un vuelo excepcional dentro de una serie de vuelos excepcionales.
La justicia argentina condenó a dos de los pilotos que participaron en ese vuelo, Mario Daniel Arru y Alejandro Domingo D'Agostino. Solo D'Agostino sigue con vida y recientemente recibió la noticia de que la Cámara Federal de Casación Penal confirmó su condena a cadena perpetua.
Sin embargo, los tribunales no han avanzado en la investigación de la responsabilidad de la División de Aviación (DAVI) de la Prefectura, la cual estaba a cargo de los pilotos y las aeronaves. Entre 1976 y 1977, la DAVI estuvo bajo la dirección del prefecto Hilario Ramón Fariña. En enero de 1984, el nombre de Fariña apareció en una carta enviada por la "oficialidad joven y no corrupta de la Prefectura Naval Argentina" al entonces ministro del Interior, Antonio Troccoli. En la carta se señalaba que Fariña era quien se encargaba de arrojar al mar a las personas secuestradas y torturadas de la ESMA. Durante esos años, al menos el 20 por ciento de los involucrados en esa área presentaba graves trastornos psiquiátricos.