Están juntos desde la fiesta de 15 de ella, donde él puso música. Él nunca dejó de trabajar, ni en el mítico boliche GL ni en su salón de fiestas. Sólo una pandemia pudo hacerlo bajar un cambio y hacerse esos estudios que cambiarían su vida, la vida que construyeron y seguirán transitando juntos.
Marcelo y Lorena, juntos. Foto: Facebook Lorena Avellaneda.
"El Covid te salvó la vida ,así como suena, tuvo q detenerse el mundo para que escuches lo que tu cuerpo quería decirte, fue un hallazgo casual que en otro momento hubiese quedado guardado en un cajón, porque para vos nunca había tiempo, siempre listo para trabajar y cuidarnos o cuidar al que te necesitaba". Con esas palabras, con toda esa emoción y ese calor y amor que le explotaba el pecho, Lorena Avellaneda comenzaba a anunciar a través de las redes sociales que su marido, Marcelo Lazarte, el que está a su lado desde su fiesta de 15, había superado la operación, que le habían extirpado el tumor y salvado su riñón en una intervención que no hubiese sido posible en otro contexto, si no regía el aislamiento social preventivo y obligatorio que los obligó a bajar temporalmente las persianas de su salón de fiestas y dejar por un momento de trabajar, por primera vez en muchos años.
"Escribí lo que me salió del alma", admite Lorena en diálogo con eltucumano.com, después de responder los cientos de mensajes que familiares y amigos y conocidos le enviaron al enterarse que Marcelo ya estaba bien y comenzando su recuperación. Los dueños del Salón de Fiestas Las Cañitas, camino al Aeropuerto Internacional Benjamín Matienzo, se vieron obligados a cerrar temporalmente y dejar de lado el negocio familiar que tanto esfuerzo construyeron al suspenderse todo evento social en el marco de la cuarentena. Esa cuarentena fue la que permitió que su marido decida consultar a su médico ante el dolor de estómago que lo aquejaba, y que hubiese ignorado con el salón en funcionamiento.
Lorena y Marcelo cerrando 2019 juntos. Foto: Facebook Lorena Avellaneda
Lorena recuerda que "en medio de toda la angustia, con todos metidos en nuestras casas pensando en cómo vivir, con todo lo que está pasando en todo el mundo, de repente a mi marido le sale un dolor en el estómago". El doctor Juan Carlos Autino, su médico de toda la vida, "le abrió las puertas de su consultorio" para atenderlo, y le dijo algo que su mujer considera "prodigioso": "hacete una tomografía de contraste para ver qué tenés", recomendó. Esperaban que se tratase de cálculos cuando les confirmaron que tenía un tumor de 5 centímetros en el riñón derecho. Una bomba para la familia en pleno aislamiento y con el salón cerrado.
Ahora Lorena hasta sonríe al recordar todo lo que pasaron aquel miércoles, justo antes del Jueves Santo: "nos pasamos Semana Santa rezando y llamando a amigos cirujanos incluso en Francia para conocer su opinión, qué pensaban". Fue el doctor Pepe Nuñez, un "amigo del alma", quien les recomendó que dejen de buscar nuevas opiniones y vayan a ver al doctor Nazar. "Hay Ángeles de la Guarda disfrazados de humanos, todo se fue ordenando, y llegamos a las manos mágicas del equipo del Dr. Eduardo Nazar, en pocos días los planetas se alinearon, y estuvo todo listo para la cirugía", celebraría días después en su conmovedor posteo en las redes.
Las primeras recomendaciones que la familia Lazarte escuchó fue que había que sacar el riñón de Marcelo y con él, el tumor. Sin embargo, el doctor Nazar se comprometió a "hacer lo imposible por salvar el riñón y sacar el tumor sin dañarlo". Tras un montón de idas y venidas y con todas las complicaciones que la cuarentena implica, desde problemas para trasladarse hasta su fuente de ingresos cerrada, llegó el día de la operación.
"Pero como el que espera desespera, las 6 horas en quirófano parecieron una batalla eterna, (sola por protocolo) pero unida en oración con un sinfín de almas nobles que me acompañaron, y cuando estaba a punto de claudicar salieron a avisarme que ya faltaba menos y que habían salvado el riñón pudiendo extraer sólo el tumor. No sólo fueron brillantes artesanos, sino seres humanos maravillosos a los que cualquier elogio les queda chico", se deshace en elogios y emoción Lorena en su posteo. Tras dos noches de recuperación en la habitación, Marcelo avanza ya en su casa con la recuperación a la intervención que -repite su mujer- no hubiese sido posible en otro contexto.
"Mi marido trabaja tanto desde los 18 años, y ahora con 50 es toda una vida destinado a laburar. Si no pasaba ahora no se hacía ver, no lo llevaba apunte y después iba a ser tarde. Lo agarramos a tiempo, para nosotros fue algo mágico", analiza Lorena, que celebra el pronóstico 99% favorable que recibieron sobre su recuperación, aunque se mantiene calma y expectante. En 10 días recibirán el resultado de la biopsia y le sacarán los puntos; en 10 días los argentinos seguiremos regidos por el aislamiento que ayer se anunció se extenderá hasta el 10 de diciembre. "Sea o no benigno, ya lo hemos extirpado y se conservó el riñón", subraya, y pide un especial agradecimiento al equipo que acompañó al Dr. Nazar: Fernando Gómez Huamani , José Attar y el anestesista Juan Ortega.
"Para vos que no conoces la palabra egoísmo, que sos el orgullo de tus hijos, que siempre estás listo como un scout para el que te necesita, colapsaron los teléfonos, médicos que nos orientaron, amigos que son casi hermanos, antiguos conocidos que siempre te recuerdan con cariño, familia que nunca te abandona y a todos aunque no podemos abrazarlos, los abrazo en el alma, fueron la fuerza necesaria para caminar semejante trance y salir victoriosos", reza la sentida misiva de Lorena.
Ella no deja de agradecer a todos los médicos que intervinieron, a todos los familiares y amigos que se preocuparon, se pusieron a su disposición de forma desinteresada y siguieron la operación a su lado, pero lejos. "Marcelo es una persona muy querida, un tipo muy noble: nosotros somos dinosaurios, desde mi fiesta de 15 años que estamos juntos y con todo lo del boliche la gente nos conoce y nos quiere mucho", afirma.
"El boliche" no es cualquier boliche. Gustavo Lazarte, el hermano de Marcelo, fue el fundador de GL, histórico local bailable de San Pedro, epicentro de la movida nocturna en el verano tucumano. "Ellos pusieron música en mi fiesta de 15, estamos juntos desde ahí. Yo me hice fotógrafa de eventos sociales y mi marido camarógrafo, pero cuando crecimos pusimos el salón de fiestas; además él fue profesor de dibujo técnico 25 años en el Técnico de la Banda del Río Salí" destaca, al analizar por qué han recibido tanto amor y tanto afecto en las horas más difíciles.
GL 2009. Foto: Flickr Sitooo
Hoy, en plena recuperación y todavía en aislamiento, se preparan para seguir adelante con sus tres hijos: la más grande está a punto de recibirse de Psicóloga; el del medio tiene 19, está en tercer año de Administración de Empresas e integra el plantel superior de Lawn Tennis, mientras que la menor tiene 11 años y se preparaba para egresar de la Primaria cuando los sorprendió la pandemia. Esa es la familia que juntos han construído y que hoy tras la batalla más difícil y en el peor momento posible, saca pecho y está más unida que nunca.
"Se paró el mundo para que mi marido pueda ir al médico", celebra hoy Lorena que, como afirma en su ya famoso posteo, seguirá adelante con el aislamiento y a la par del amor de toda su vida, el de la fiesta de 15, el de las noches de GL y del salón de fiestas, y la que se hace fuerte ante la pandemia: "siempre con la mirada en el cielo sabiendo que ya fuimos bendecidos enormemente".