Cómo se vive un día en el Mercado de Concentración Frutihortícola: un recorrido por sus pasillos desde bien temprano. ¡Mire ese video!
El corazón del Mercofrut vive en eltucumano.com.
Mire cómo vuela ese zapallo de mano en mano. Partido al medio, tomalo vos, dámelo a mí. Hace frío y hay que cubrirse la pelada con gorro y capucha, pero entramos en calor cargando bandejas con 36 huevos cada una. ¿Cuántas sopas calentitas llegan a su boca desde el corazón de la verdura? ¿Cuántas mandarinas al sol han nacido aquí, escupiendo la semilla en la mano cascarada? Bienvenidos al Mercofrut, al MERcado de COncentración
FRUTihortícola de TUCumán. ¡Pasen y vean!
Mire esas bolsas arpilleras de papa y coreanitos mientras el señor de la boina color papa nos da la bienvenida. Vea el flequillo al cepillo y lentes con fondo de zapallo cuando habla la señora abrigada de los amaneceres invernales. O el muchacho de gorra Nike, polar rojo, guantes negro y “Bienvenidos al Mercofrut, loco”. Son los trabajadores y las trabajadoras. Todos los días hombreando, poniéndole el hombro al clima, a la vida, todas las mañanas así: 500 puesteros, pasillos, cajones de madera clara con frutas y verduras protegidas por un cartoncito lila ondulado, con bananas, mangos, tomates, peras, lechugas, cebollas y "¿Qué le doy?"
Son camiones cargándose de achicoria, de tangerinas, de sanguíneas, sonriéndole con los guantes puestos, Salta, Santiago, Jujuy, Catamarca, Chaco, el Sur, todos unidos y unidas por la misma tierra que nos alimenta, que a través de sus balanzas rojas y redondas pesan lo que pasa mientras la doña abre despacito la billetera y uno a uno cuenta la plata, billete a billete para abastecer su propia verdulería, su propio negocio, su propia cocina, todo un ritual desde las 7 de la mañana hasta las 14, hora del descanso, de la siesta, del chiste de las dentaduras, siempre así hasta el día que viene, así, miles y miles de manos y una fogata con las mismas maderas de los cajones iluminando el rostro de los trabajadores, de un señor de barba blanca pitufesca frotándose las palmas y una compañera a su lado mateando un amargo o con mucha azúcar, el desayuno en familia, el pocillo humeante, Pichuco de la misa en los mercados…
-¡Vení! Ponete acá que te voy a preparar un café. ¿Qué tal tu trabajo?
- Y más o menos. Está mal la mano.
- ¿Con qué vas a tomar?
- Tortilla.
El café acompaña la producción de eltucumano.com. Hay que batirlo así, como sugiere el camperón de la Selección. Y acompañarlo con pan, manteca y la cachetada de dulce de leche: “Así, para que el changador que está trabajando o cargando la camioneta no tenga que estar untando”. Costumbres sagradas y costumbres que van disminuyendo: “Antes, allá en el Mercado de Abasto, la mujer no era bien vista dentro de un mercado”. Se lo cuenta Cristina y sus zapallos de distintas variedades: brasileño, coreano, ya partido, de mano en mano, otra vez, volando, abierto. Como el Mercofrut que abre sus puertas. Es la vida de un gigante que no duerme. ¡Bienvenidos!