En un acto que se llevó a cabo en el Teatro Alberdi, la saliente rectora tomó juramento a la nueva cúpula de la Casa de Altos Estudios.
El discurso completo de José García“La Universidad Nacional de Tucumán es, para mí, un proyecto de vida. La viví como estudiante con entusiasmo y sueños de futuro. Recibí de ella una sólida formación profesional con aciertos y aprendizajes venturosos. Ingresé a sus claustros por concurso docente como ayudante de laboratorio y desde allí construí mi carrera en la Cátedra de Edafología: una ciencia que trata de la naturaleza y las condiciones del suelo.Enseñar y aprender son para mí pensar el crecimiento desde la raíz, decidir los tiempos de la siembra y pronunciar los cantos agradecidos de la cosecha. Mi trabajo en las aulas universitarias supuso dejar de lado egoísmos y vanidades para transmitir los saberes de la tierra a las nuevas generaciones. Agradezco a la vida misma, a mis colegas, a mis estudiantes, a mis afectos y, al Creador, haber sido elegido Rector de ésta, nuestra Casa de Altos Estudios.
Ser universitario hoy, protagonista de una universidad pública y reformista, es una condición privilegiada en una sociedad desgarrada por las asimetrías y la distribución desigual de las riquezas. Este honor me interpela profundamente como ciudadano libre, responsable y democrático. Me desafía con el mandato de asegurar a nuestros ingresantes la igualdad de condiciones que marcaron una historia de formación y desarrollo profesional.El difícil tiempo presente, demanda una entrega sin mezquindades. La Universidad y sus actores institucionales requieren de nosotros, sus dirigentes, una lógica del cuidado y el justo equilibrio entre la razón, la pasión y el compromiso. Nuestro proyecto de gobierno para la Universidad Nacional de Tucumán recupera la idea de un encuentro de voluntades que permitan pensarnos y sentirnos comunidad universitaria con pertinencia social. Creemos en la participación como idea fundamental para definir las políticas que den respuestas y formulen las preguntas nuevas a la producción científica de nuestra Universidad.Con el ingeniero Sergio Pagani y con los miembros de la comunidad universitaria, compartimos la necesidad de potenciar los logros históricos de nuestra Casa de Altos Estudios y promover los cambios necesarios en el nuevo escenario.Definimos a la Universidad como un sistema complejo, con multiplicidad académica, con infinitas posibilidades, con recursos variados y creativos. Necesitamos atender la totalidad de su estructura sin descuidar la identidad de cada una de las partes que la integran. El diálogo, la confianza y el respeto por las diferencias constituyen la unidad en la diversidad y sostienen los pilares de nuestra Universidad pública, gratuita, autónoma y cogobernada.Nos comprometemos a llevar adelante los procesos de Evaluación Institucional y avanzar en la reforma del Estatuto en el marco del desarrollo de un Plan Estratégico con eje en la enseñanza y en la promoción general del conocimiento.Reconocemos que los docentes deben ganar un salario más justo, pero también debemos saber cuidar lo propio y lo público porque existe un camino de reflexión, diálogo y cooperación en el reclamo.Nuestro liderazgo compromete el respeto al prójimo y la defensa de los Derechos Humanos en sus claves de memoria, verdad y justicia. El desarrollo científico y tecnológico implica el cuidado del medio ambiente, la gestión responsable de los recursos y la implementación de estrategias para garantizar, tanto la real articulación entre la historia académica de los estudiantes, como la resolución de los problemas sociales más complejos de nuestro territorio.El modelo de conducción que proponemos sostiene la necesidad de mantener un equilibrio dinámico entre los cuerpos colegiados y los gabinetes ejecutivos facilitando los procesos en marcha para lograr políticas consensuadas. No voy a trabajar en soledad o con equipos reducidos. Propongo una organización plural y democrática con la premisa de anteponer los intereses de la institución a las ambiciones personales. La UNT está siempre primero.Estas generalizaciones no pretenden asumir el carácter de principios sino propiciar un debate más próximo a los criterios de legitimidad, eficiencia y participación de todos los actores institucionales.Sobre el final quiero detenerme en el amor y en sus terrenos que son sagrados y profanos a la vez. Amor a ésta, nuestra Universidad, que es Casa, que es Familia, que es Patria. Los lazos invisibles de nuestro lema nos unen, con los pies en la tierra y con la mirada en el cielo, a un grupo de tucumanos valientes y visionarios que la fundaron hace 104 años y la juzgaron eterna.El amor a la fuerza infinita en la diversidad. Sumamos, a la ética de los afectos y sus cuidados, el compromiso, la responsabilidad y la voluntad de trabajo que nos guiarán, seguramente, en este nuevo puente hacia la grandeza de la Universidad Nacional de Tucumán que nuestra Nación nos reclama para sus generaciones futuras.Pido a Dios me conceda el don del discernimiento para con Él y para con la comunidad que me toca dirigir. No me asusta esta responsabilidad y le doy la bienvenida. La energía, la fe y la devoción que aportamos a nuestra Universidad en el trabajo cotidiano iluminarán la construcción que haremos, entre todos y que constituirá el triunfo de los nuevos desafíos.