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El triste resultado del uso de pirotecnia sobre las aves nocturnas de Tucumán

EN LAS REDES

Desde la Reserva de Horco Molle se suman al pedido para que se dejen de tirar los estruendosos cohetes de las fiestas de fin de año. Con tres imágenes, mostraron cuánto afectan a los pájaros autóctonos.

Una de las lechuzar tiene rota un ala y le espera una larga recuperación. Foto: Facebook Reserva de Horco Molle





Para Navidad y Año Nuevo es común que el estruendo de los cohetes invadan el espacio sonoro. En las últimas semanas, se lanzaron muchas campañas en contra de esa costumbre, que tiene un lado B triste: niños autistas la pasan mal, las mascotas se escapan del miedo, muchos chicos sufren accidentes. Ahora, desde la Reserva de Horco Molle se suman al pedido con una cruda publicación que muestra cuánto daño les hace la pirotecnia a las aves.

Tras Navidad, personas anónimas llevaron tres lechuzas -de dos tipos distintos- a la Reserva de Horco Molle. Las aves habían sufrido los efectos de los festejos con cohetes. "La pirotecnia afecta a todas las aves, pero las lechuzas tienen muy desarrollado el oido, ellas cazan de noche", señaló Daniel Ortiz, biólogo que trabaja en el lugar. "Si ellos pueden escuchar una rata que anda caminando por los pastos, imaginate cómo le repercute el estruendo de una bomba", describió. "Las asusta, salen aturdidas, caen, se lastiman", lamentó. Por supuesto, no son los únicos animales afectados. Por ejemplo, los murciélagos también son muy sensibles, por lo que los estruendos les generan un efecto similar. "Salen de noche, van a buscar comida y bombardean todo el cielo donde están volando", señala Ortiz.

El especialista comenta que las aves heridas llegan generalmente por gente que las encuentra en el patio de sus casas o en la calle y tiene la posibilidad de levantarlos. "Son los menos, hay muchisimos casos que no se hacen visibles", destaca el biólogo. "Los casos son muchos más", advierte. En ese sentido, el ornitólogo explica que la pirotecnia afecta a todos los animales nocturnos, pero también a los diurnos. En el caso particular de las aves, algunas no saben volar en la noche, por lo que ante el ruido de las explosiones intentan hacerlo y chocan.

En cuanto a las 3 aves que llegaron a la Reserva, una murió, la otra tiene una fractura en un ala y la otra ha perdido un ojo -y probablemente no pueda reinsertarse en su hábitat natural-. "Ojalá que vaya disminuyendo el uso", expresa Ortiz, que se muestra optimista en relación con el uso de pirotecnia en las fiestas. Asimismo, recuerda: "Si alguna persona encuentra un ave la puede derivar a la Reserva de Horco Molle".