La voz del teatro en tiempos distópicos
Una mirada sobre la obra Bengala. Por Susana Maidana.-
La obra de teatro titulada: Bengala de Alfredo Megna comenzó su trayectoria en 2007 y está nuevamente en cartel en Tucumán, con la dirección de Teresita Terraf y protagonizada por Marcelo Katz, quien con gran solvencia actoral personifica a Bengala, un cansado boxeador, golpeado por una profesión y un mundo ajeno.
Terraf tomó el guante y, valiéndose de un escenario no convencional: una sala de Boxeo, montó esta pieza artística que atrapa al auditorio desde el inicio. Unió la historia en su espacio natal: un ring de boxeo, incorporando al espectador como otro protagonista.
La “bengala” es un fuego artificial, que despide una luz muy vivaz para hacer señales, ante la amenaza de un peligro inminente para defenderse. Y el peligro acecha permanentemente al boxeador.
El público se siente atrapado por la actuación del personaje central, que desempeña diferentes papeles.
Bengala, el boxeador, no sólo se siente perdedor en la pelea sino en su relación amorosa en un cruce de traiciones; es consciente del peligro y sabe que está a punto de detonar.
En momentos de crispación y de desprecio a la cultura, esta obra muestra el valor del teatro y de las expresiones artísticas, que son herramientas fundamentales para configurar una existencia auténtica. El arte descubre la verdad de la vida humana y no es cosa de poca monta. También, pone al descubierto el esfuerzo y la creatividad de quienes creen en el arte y desafían las dificultades para hacer de necesidad virtud, como sostenía Aristóteles.
Susana Maidana
Doctora en Filosofía. Profesora Emérita de la UNT.