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Carta abierta a la comunidad teatral tucumana: urge preguntarnos

TRIBUNA ABIERTA

En Tucumán no tenemos interlocución, ni buena comunicación, ni dirigencia política a la altura de la coyuntura en la Representación Provincial, no sabemos quiénes y cómo se está defendiendo al Instituto Nacional del Teatro. Por Marina Rosenzvaig.

Imagen ilustrativa. (Foto: El Vázquez, tomada de Facebook INT Representación Provincial Tucumán)


A mis compañerxs teatristas, pregunto, como quien quiere la cosa:

¿El silencio y la quietud en que nos encontramos en este momento, pos intento de derogación de la Ley Nacional del Teatro 24.800 en aquella primera Ley Bases, es el estado que mantendremos? ¿Cuánto tiempo? ¿Estamos así como estrategia para sostener lo mínimo o lograron desmovilizarnos?

El director ejecutivo del Instituto Nacional del Teatro Mariano Stolkiner sostuvo, en una nota para Rosario3 publicada el lunes 7 de octubre, que "El presupuesto aprobado no sufrió ningún recorte en particular". Esta afirmación nos entrampa. Por un lado, el presupuesto fue aprobado en 2023 antes de la durísima devaluación llevada a cabo por este gobierno, y, por otro lado, habrá que ver si hasta fin de año se ejecuta todo el dinero presupuestado o por el contrario lo que no se gasta en el organismo vuelve a las arcas del Estado nacional (viejo modo indirecto de ajustar por subejecución). 

Este año además las políticas de fomento por subsidios del INT viraron a políticas de concurso: menos que repartir y para unos pocos seleccionados. Es decir, de una manera u otras se está sufriendo un importante ajuste económico que recae sobre las comunidades teatrales, junto a la invariable pérdida de derechos para las mayorías, que afecta a tanto a lxs trabajadorxs del teatro como a la población en su conjunto para quienes estarían dirigidas las políticas públicas si se estuvieran desarrollando en su magnitud e inclusión conocidas.

Por otro lado, como en Tucumán no tenemos interlocución, ni buena comunicación, ni dirigencia política a la altura de la coyuntura en la Representación Provincial, no sabemos quiénes y cómo se está defendiendo a la institución y a la Ley, suponiendo -y deseando- que eso estuviera ocurriendo. 

El representante es quien debiera hacer de nexo entre el Consejo de Dirección del INT y la comunidad teatral, informar sobre el funcionamiento financiero y sus avatares políticos. Pero ni siquiera sabemos si nos quedamos sin oficina en Tucumán, o dónde y cómo funciona la Representación en este momento, tras el recorte en alquileres en las reparticiones de todo el país. 

No puedo dejar de preguntarme: ¿Dónde fue a parar el archivo audiovisual, gráfico y bibliográfico de los 25 años del INT provincial, memoria reciente, expansiva y militante del teatro independiente tucumano?

En este estado de la cuestión, que no comenzó el 10 de diciembre de 2023, pero que se profundizó rápidamente este año en este contexto ¿Cómo pretender una institución con perfil participativo que considere a las bases dentro y trabajando conjuntamente por el bien común? ¿Cómo pretender políticas públicas culturales que comprendan profundamente las necesidades y las urgencias populares y territoriales? Tan difícil antes, tan poco esperanzador hoy aquí en este lugar.

Sí sabemos que este año se hará entre el 25 de octubre y el 10 de noviembre la 39º Fiesta Provincial del Teatro (pero ¿con qué características? ¿será subida a la ola nacional-provinciana a lo Mi Ley?) y ninguna Fiesta Nacional del Teatro (creada recordemos en la primavera democrática en 1985 y suspendida por única vez en el 2020 por la pandemia del coronavirus). 

Esto es recorte, aunque quieran disfrazarlo. 

¿Cuánta pérdida soportaremos? ¿Cuánto mutismo mientras se finge normalidad resistiremos? ¿Esta confusión y despolitización no son acaso de las cosas más tristes que nos sucedió en mucho tiempo?

 

Marina Rosenzvaig

Teatrera y docente de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán.