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"Derechos humanos y moralina"

24 DE MARZO

"El 24 de marzo es una fecha muy significativa para nuestro país y que, de un modo u otro, nos pautó la vida y nos embargó de tristeza, de dolores y de recuerdos de las ausencias. Como diría Camus: las decoraciones se derrumbaron y el sin sentido de la existencia mostraron su rostro"


El 24 de marzo es una fecha muy significativa para nuestro país y que, de un modo u otro, nos pautó la vida y nos embargó de tristeza, de dolores y de recuerdos de las ausencias. Como diría Camus: las decoraciones se derrumbaron  y el sin sentido de la existencia mostraron su rostro. 

En este tema vivimos tiempos de brechas porque, por un lado, están los negacionistas y por otro lado, los sufrientes que pretendemos recomponernos de ese pasado que no quiere soltarnos, pero que sabemos que es bueno que no nos abandone. Los seres humanos nos configuramos con nuestra historia y con nuestros deseos de proyectarnos hacia un futuro mejor. 

Ahora bien, muchas veces, nos negamos a ver la realidad porque nos duele, pero hay quienes la niegan para no admitir el horror de sus propias acciones o de sus silencios. 

Esta nota pretende hablar de temas que se conocen y forman parte del rumor pero que no se dicen y se ocultan. Voy a  reflexionar sobre la defensa de los DDHH y su relación con la moralina. Distingo, por un lado,  una   moral con mayúsculas que se nutre de la autenticidad porque actúa según  principios, que es responsable de sus acciones y que respeta  la verdad. Por otro lado, la “moralina” es una moral  degradada, de segundo orden, una falsa moral propia, por ejemplo,  de quien se coloca en el lugar del salvador pero que le pone el pie al que está a su lado para que se caiga. 

Considero que es oportuno decir lo que se murmura, lo que todos saben pero nadie dice. Voy a contextualizar el tema en la política actual de la UNT sobre la defensa de los DDHH, pero no me refiero a la UNT como institución porque que en ella habitan profesores, estudiantes, personal no docente, egresados, investigadores que auténticamente cumplen con sus obligaciones, con nobles actitudes. Me interesa hablar de la política de DDHH.

En la UNT hice mi carrera docente, desde adscripta a Profesora Titular,  me doctoré  y desempeñé cargos de gestión. Me  siento agradecida de haberme formado  en la UBA y en la UNT. Pero, mi reconocimiento a la UNT, a los colegas, investigadores, no docentes, estudiantes,  egresados no me impide cuestionar su política de DDHH. Considero que las actuales autoridades universitarias declaman defender los DDHH, hacen actos, firman convenios, marchan pero, al mismo tiempo, niegan los DDHH. 

Fundamento mi posición en los siguientes argumentos: 1. La comunidad universitaria conoce muy bien que existen muchísimas denuncias estudiantiles en varias unidades académicas por acoso y violencia. Sabe, también, que sucedieron graves episodios pero lo terrible es que estas situaciones pasaron desapercibidas. 2. A nadie parece sorprenderle el silencio de la Secretaría de Género, Diversidades y Derechos Humanos de la UNT. Jamás, una declaración, ni una toma de posición, tan solo alguna foto en una reunión. 3. Conocido por toda la comunidad universitaria es el caso de un funcionario, docente, asesor que tiene causas judiciales pendientes, relacionadas con temas que conciernen a   los DDHH, que fue invisibilizado por la mencionada Secretaría, por el Gabinete y el Consejo Superior.  3. Hay una doble vara en la conducción universitaria,  que castiga a quienes pensamos diferente y premia a quienes debieran sumariar. 4.En mi caso personal, las autoridades universitarias han negado que configurase una afectación al derecho de lesa humanidad haber estado cesanteada durante largos 8 años, impedida de dar clases en instituciones educativas, sin sueldo, sin obra social, despojada de  la ciudadanía universitaria, con un hijo de 1 año y otro de 4 años. Ante mi presentación, la Dirección de Asuntos Jurídicos reconocía que yo habría sufrido psíquica y físicamente durante esos años pero que mi caso no se inscribía en un crimen de lesa humanidad. Alguien con un mínimo conocimiento de Derecho sabe perfectamente que se afecta un derecho de lesa humanidad, no solo cuando se mata, tortura, apresa, hay afecciones psíquicas, éticas que duelen y afectan. Cuando pregunté a varias autoridades del Gabinete del Rector por qué habían respondido esa barbaridad, que además configuraba un negacionismo, me respondieron: “Lo Intenté, pero no pude hacer nada” Respuesta  pobre y patética, propia de alguien que sólo cumple órdenes y que no tiene autoridad alguna, que no era el caso de los funcionarios con quienes conversé. Tampoco el Consejo Superior tomó conocimiento del tema, y menos aún  la Secretaría mencionada. 

Sin embargo, las autoridades admiten la permanencia de un personaje que, estando procesado, violenta a quienes piensan diferente, patotea y grita en espacios públicos, ejerce cargos directivos y es asesor rectoral, sin costo político alguno. 

Pero, gran sorpresa: hemos conocido por los medios que el próximo martes, el funcionario mencionado  presenta en el Honorable Consejo Superior su renuncia  como Director del Canal universitario. Es realmente lamentable que las autoridades hayan perdido la oportunidad histórica de pedirle el alejamiento de sus múltiples cargos hasta que la justicia tome la decisión respecto de su caso.  Hubiera significado una actitud moral, pero de la moral con mayúsculas. Esa medida, en un caso semejante, se tomó en la Facultad de Filosofía y Letras con un Profesor. 

Este listado muestra cómo la moralina ocupó el lugar   de una defensa responsable  de los DDHH, aunque las autoridades se autoproclaman como sus defensores. 

Es mi deseo que nuestra institución lidere la marcha hacia la defensa auténtica de los DDHH, especialmente, en los momentos tan difíciles que afrontamos los argentinos y las argentinas. Debemos recuperar la memoria de nuestra historia institucional, la verdad de los hechos, que nos permita discernir entre lo que está bien y lo que no está bien, entre la moral y la moralina y lograr la justicia que merecemos. Sin declaraciones, sólo con hechos. 

Susana Maidana - profesora emérita de la UNT

Susana Maidana

Doctora en Filosofía. Profesora Emérita de la UNT.