Juan Bautista Alberdi, el tucumano que lo hizo posible
El jurista, político y escritor local, sentó las bases de lo que sería la Constitución Argentina, utilizada hasta nuestros días. En su honor, cada 29 de agosto se celebra en todo el país el Día del Abogado.
"Hay que combatir el hambre y la ignorancia porque el hambre se vende y la ignorancia se equivoca".
Juan Bautista Alberdi
En la histórica ciudad de San Miguel de Tucumán, en intersección de las calles 24 de Septiembre y 25 de Mayo, una popular y concurrida pizzería exhibe, en una de sus paredes externas, una placa que pasa desapercibida para los transeúntes. En realidad, la céntrica esquina, oculta, más que exhibir, esta nostálgica placa, cuya inscripción nos informa que, en este preciso lugar , nació el gran Juan Bautista Alberdi, el 29 de agosto de 1810; el célebre autor de las Bases y Puntos de Partida para la Organización Política de la República Argentina, es uno de los tucumanos cuya pertenencia a nuestro suelo engalana nuestras emociones e interpela nuestro sentir nacional.
El historiador José Ignacio García Hamilton, en su libro Vida de un ausente, describe aquella casona natal del padre de nuestra Constitución:" La casa tenpía, hacia el sur, dos cuartos a la calle,en los cuales Salvador (padre de Juan Bautista) puso una tienda bien provista que atendía personalmente. Las piezas interiores se abrían sobre el patio , las paredes eran de adobe y los techos de teja y cañizo. En ese solar nacieron los hijos del matrimonio". La imaginación nos conduce, por los rieles de la memoria, a reconstruir cada tramo de esta vivienda mítica que fue la matriz telúrica de Juan Bautista Alberdi, el eximio abogado, jurista, político, diplomático , escritor y músico tucumano, a cuya inspiración debemos los renglones y las páginas del libro sagrado de nuestra Constitución Argentina de 1853. Que el lugar de un museo para honrar la memoria de un héroe patrio, sea ocupado por una empresa gastronómica, es una circunsatancia que suele desalentar el ímpetu patriótico.
Juan Bautista Alberdi, su pertenencia a la Generación del 37 , la ebullición de ese sueño (y añoranza) de la soberanía popular y de la independencia absoluta fue cristalizado en la expresión: "Dos cadenas nos ataban a Europa: una material, que tronó; otra inteligente que vive aún. Nuestros padres rompieron la una con la espada, nosotros romperemos la otra con el pensamiento". Promotor de un pensamiento emancipador, de un proyecto de país que reivindique la "revolución de la inteligencia;" porque los héroes imaginados por esta joven generación, deberán salir del "seno de la filosofía". Pensamiento, libertad, emancipación; las cadenas de la ignorancia hechas girones frente al avance de un proyecto de patria pletórica de escuelas , de libros y de herramientas para el trabajo. Enfrentado a Sarmiento en aquellas célebres Cartas Quillotanas, ambos coincidieron en taladrar las raices de una nación que sólo amanecería, para la historia universal, con el sol de la educación cegando la noche de la ignorancia. "Nuestro pueblo no carece de pan, sino de educación, pues aquí tenemos un pauperismo mental", aseguraba el tucumano.
Exiliado, perseguido, consultado, aclamado, lleno de ausencias que proclamaban presencias, no exento de contradicciones , de aciertos y desaciertos, su pensamiento y su proyecto de país se enlazan a uno de los más límpidos trayectos de construcción histórica. Paradójicamente, Alberdi no tenía su título universitario por negarse a prestar juramento de fidelidad a Rosas. Finalmente se recibió de abogado en Montevideo. Sus profundos aportes como letrado hacen que un día como hoy, a 213 años de su nacimiento, se celebre en todo el territorio nacional el Día del Abogado.
García Hamilton señala, como una de las profundas contradicciones de Juan Bautista Alberdi , el no haber reconocido completamente la paternidad de su" hijo natural" Manuel Alberdi (valga la expresión retrógrada epocal) mientras fue el padre del sistema constitucional de nuestra patria.
Nuestra Constitución, ley sagrada que toda nación posee, tiene sus cimientos , su fuerza, su tenacidad, su amor a la verdad, su desdén hacia toda forma de tiranía. El nombre , la vida y el resplandor patriótico de Juan Bautista Alberdi, potencian el sentido de nuestra historia y opacan todo intento de traición a la patria en el pasado, el presente y el porvenir. Su imagen engalana museos en el país y el mundo. Y su casa natal es, en San Miguel de Tucumán, un emprendimiento gastronómico exitoso y una placa con mohos y sin luces nocturnas que la enmarquen y encandilen. Quizás de esto se trate, de dejarnos encandilar por su historia y reivindicarla para las generaciones posteriores.