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Sistema de vouchers: ¿La educación pública dejará de existir con Milei?

TRIBUNA ABIERTA

El Licenciado en Educación Exequiel Soria pone bajo la lupa la propuesta en materia educativa del candidato a presidente por La Libertad Avanza. "la educación no es un consumo más del mercado", plantea.

Javier Milei en LN+ (Captura de video)


Actualmente, el sistema educativo cuenta con 63.000 escuelas públicas en todo el país.  Desde el advenimiento de la democracia hasta hoy, este mismo sistema (con muchas reformas en el medio) duplicó su cantidad de universidades y cuadriplicó su población estudiantil universitaria.

La educación en nuestro país se la concibe como un derecho, eso implica que como Estado se debe garantizar por intermedio de financiamiento estatal que el sistema educativo sea una herramienta que brinde los conocimientos necesarios a los ciudadanos para poder desarrollarse y construir oportunidades laborales, pero especialmente empoderarlos y prepararlos para las competencias que demanda la denominada “sociedad del conocimiento y la información”.

¿Qué es el sistema de vouchers que propone Milei? ¿Es la panacea para la solución de problemas educativos o un engaño para la desfinanciación progresiva de la educación pública?

El sistema de vouchers es un crédito (subsidio) que genera el Estado para que el alumno “decida” en qué universidad o escuela estudiar y paralelamente poner en un plano de competencia a la educación pública con la privada bajo la lógica de la oferta y la demanda que opera en el mercado. Así, la institución que más demanda logre en su matrícula sobrevive y la otra tiende a desaparecer o en términos del libertario “quebrar”.

Lo que no contempla este modelo es que la educación no es un consumo más del mercado, sino el espacio donde actualmente se preparan más de 10.000.000 de estudiantes dentro de nuestro sistema. A su vez, cada academia tiene una identidad, es decir, una idiosincrasia que la caracteriza en un lugar y tiempo determinado.

Es difícil imaginar que el mercado, por intermedio de establecimientos educativos privados, logre llegar a zonas rurales con la misma infraestructura y alcance que tendría en las grandes zonas urbanas. Pensar en un sistema de vouchers para personas que viven en zonas del interior profundo sería una política estéril y hasta demagoga. ¿La escuela N° 345 de la localidad de Las Estancias en Simoca tendría una gran demanda y podría competir, siendo que al día de hoy en algunos cursos solo hay un alumno? ¿Cuántos kilómetros debería recorrer Mateo (alumno de esta escuela) para encontrar una institución que no “quiebre”?

Este sistema generaría de por sí una profundización en la desigualdad de oportunidades. Llevaría a mayor estigmatización y a divisiones que no necesariamente están relacionadas con la “capacidad” (cuestionable concepto que premia lo memorístico sobre otras habilidades), sino a lo geográfico y a lo socioeconómico (como la capacidad de afrontar exámenes de ingreso y de sostener preparación con profesores particulares), entre otras segregaciones.

En profundidad, lo que está planteando Milei no es debatir cómo mejorar la calidad educativa o bajar los índices de deserción escolar en el secundario, sino poner en manos del sector privado un área estratégica para el desarrollo de un país próspero y con desarrollo, como lo es la educación.

Sí. El sistema de vouchers es un engaño estratégico que va a desfinanciar la educación pública y las universidades. Es un grito populista que ya falló en Chile en la década del 80’ durante la dictadura de Pinochet.

¿Puede ser la educación híbrida una alternativa a los problemas educativos?

Una salida para federalizar el conocimiento es la educación híbrida, es decir, la combinación de la educación virtual más la educación presencial. Garantizar este acceso permitirá un cambio de paradigma que va a servir para achicar la brecha digital y motivar a los nativos digitales (niños, adolescentes y jóvenes) a educarse en espacios que a ellos les queden cómodos y les genere atracción. Esto como una piedra basal, como la punta de lanza de un debate para una reforma educativa mucho más profunda. Es necesario debatir sobre las nuevas formas de generar procesos de enseñanza y aprendizajes mediados por las nuevas tecnologías.

Partiendo desde un punto básico, es necesario que la reforma educativa permita introducir esta herramienta por intermedio de un marco legal, al menos en los niveles secundarios, donde podemos ver a una gran población de alumnos desencantados y desmotivados por la escuela tradicional que desiste de continuar.

Un ejemplo que suelo dar siempre es el siguiente: si pudiésemos resucitar a un médico que intervenía quirúrgicamente hace 100 años, probablemente estaría confundido o desconocería las herramientas usadas actualmente, debido al avance tecnológico y a la modernización. Lamentablemente, en educación no pasaría lo mismo: si resucitamos a un docente de hace 100 y lo ponemos en un aula a enseñar matemáticas o geografía, seguro lograría desarrollar su clase con mucha normalidad.

En esencia, el debate que no pasa por menos Estado, sino por ver una manera eficiente y eficaz de vincular a la educación con elementos del siglo XXI para los alumnos y docentes de estos nuevos tiempos, un nuevo marco regulatorio que tenga como propósito dar una mejor calidad educativa de manera integral.

 

Exequiel Soria

Lic. en Educación

Exequiel Soria

Licenciado en Educación y Profesor de Biología. Maestrando políticas públicas. Alfonsinista.