Los discursos de odio contaminan la política
Susana Maidana, Profesora Emérita de la UNT, analiza los dichos del expresidente Macri en su visita a Tucumán y la conexión de esas declaraciones con los discursos reflejados en los medios masivos de comunicación.
Mientras algunos comunicadores invitan a especialistas en autoayuda, que se deleitan impartiendo recetas para combatir el odio y generar empatías, se encargan, al mismo tiempo, de promover y aplaudir la antipolítica.
Voy a comenzar con los dichos de un ex presidente de la Nación, que visitó recientemente nuestra provincia y declaró que Tucumán se caracterizaba por ser “un sistema político mafioso y feudal”.
Su discurso “ético” parece haber olvidado que integrantes de su propio espacio político “no mafioso” llevan sobre sus espaldas una historia triste y olvidada de un gran cirujano, que salvó muchas vidas, y se quitó la vida al carecer de financiamiento para su Fundación.
Pero su falta de memoria se evidenció, también, cuando dijo que ese modelo mafioso se iba a terminar porque Juntos por el Cambio y Milei iban a producir las transformaciones. ¿Olvida, acaso, que Milei y su candidata a Vicepresidenta están aliados con figuras antidemocráticas y que atacan la libertad, a pesar de llevar el nombre de “Libertad Avanza”?
No deja de ser contradictorio que afirmen el derecho a la vida y, al mismo tiempo, propongan la libre tenencia de armas, la venta de órganos, el arancelamiento a la salud pública, el recorte a jubilados y que niegan el terrorismo de Estado.
¿No es discurso de odio llamar a la Vicepresidenta de la Nación “la mafiosa” y culpabilizarla de la enfermedad de su hija, entrometiéndose en la vida privada de las personas, que debieran defender? ¿Las supuestas periodistas tienen, acaso, un medidor del afecto maternal?
¿No es discurso de odio el de un pseudo periodista que caracterizó, en un programa televiso, a los “peronistas” de “pelotudos” y de “mierdas” que saquearon el país, al analizar el acto del 25 de Mayo?
¿No es discurso de odio el de otro supuesto comunicador que afirmó que ser “tartamudo” era un impedimento para ser Presidente? Y como si fuera poco el nivel de ignorancia y discriminación, sus dichos fueron elogiados por el entrevistador y su mesa.
Toda esta galería de atrocidades muestra cómo la antipolítica ha ganado espacio para generar resentimiento, bronca e irracionalidad en lugar de apostar al bien común, a la solidaridad, a los proyectos y a las ideas que necesitamos para construir un futuro mejor.Susana Maidana
Doctora en Filosofía. Profesora Emérita de la UNT.
